Cada vez más personas se sienten alarmadas por la destrucción masiva que padecen las selvas primarias tropicales de Asia, América y África. Estos bosques primarios son aquellos en los que nunca ha entrado una sierra, por lo que se mantienen en una evolución natural desde hace miles de años. Son, por esta razón, los que albergan la inmensa mayoría de la riqueza biológica del planeta, lo que llamamos biodiversidad. Su conservación no es un capricho ecologista: además de aportar ingentes cantidades de oxígeno a nuestra atmósfera, poseen especies animales y vegetales únicas y desconocidas que pueden suponer —y de hecho suponen— la solución para múltiples enfermedades. La farmacología actual, se nutre en buena medida de especies encontradas e investigadas en estos bosques. Y las investigaciones para encontrar remedio a enfermedades tan devastadoras como el cáncer, encuentran en diferentes especies de seres vivos principios moleculares fundamentales que aún hoy somos incapaces de sintetizar en un laboratorio. Pero no son estos motivos egoístas los únicos que podemos aportar en favor de estos bosques. En estos lugares habitan seres humanos como nosotros; son la casa de miles de indígenas y su único medio de subsistencia. Y a pesar de esto, las empresas madereras y los gobiernos hacen caso omiso a sus derechos de propiedad y subsistencia y arrasan sistemáticamente sus poblados, cosechas, bosques, llegando incluso a matanzas masivas que solo de tarde en tarde llegan a los teletipos de occidente. Como muestra diremos que cada año se destruyen 10 millones de hectáreas de bosques primarios.
Nosotros, consumidores finales, somos la única fuente del capital que permite todas estas barbaridades, y lo somos inconscientemente, sin saber lo que puede suponer para el medio ambiente y las personas comprar este o aquel mueble. Para tratar de poner freno a esta situación de injusticia y peligro medioambiental, se fundó en Toronto (Canadá) en 1993 el Forest Stewardship Council (Consejo de Administración Forestal o FSC). Sus fundadores fueron 130 representantes de asociaciones ambientales, silvicultores, industrias de la madera, asociaciones de bosques comunales e instituciones de certificación de productos forestales, pertenecientes a 25 países. El sello FSC es el único sello que garantiza que la extracción se ha realizado respetando la salud del ecosistema y los derechos de las comunidades que viven o explotan el bosque. También vela porque la explotación rinda beneficios a la población local y que las condiciones laborales y de seguridad mejoran la calidad de vida de los trabajadores.
¿Qué productos podemos exigir con el sello FSC?
Cualquier producto realizado con madera es susceptible de acogerse al controlFSC: desde tableros, papel, muebles, tarimas… hasta lápices. Cualquier producto que incluya madera en su origen o composición, puede llevar el sello FSC si cumple con las condiciones necesarias. Es, hoy por hoy, la única certificación con garantías y transparencia suficiente. Existen otros sellos. Algunos son simples tapaderas para lavar la imagen de uno o varios fabricantes, otros están concebidos con buena voluntad pero sin los medios o capacidad de control necesarios.
Situación en España
Nuestro país se encuentra bastante atrasado en este asunto respecto a otros países europeos y norteamericanos. Que esto cambie va a depender fundamentalmente de los consumidores. Mientras no exijamos productos certificados, a los fabricantes les seguirá resultando mucho más rentable económicamente importar las maderas más baratas sin prestar atención a su origen y garantías de explotación. Solo el día en que su imagen pueda verse dañada, exigirán a sus proveedores madera certificada FSC. Y ese día las cosas empezarán a cambiar en las selvas de la Amazonía, en el sureste asiático, en Camerún y Guinea, incluso en Canadá, que también está expoliando bosques primarios. Nosotros seguiremos disfrutando de muebles y productos hechos con estas maderas de gran calidad, de la misma manera que ahora disfrutamos del pino o el roble de explotaciones europeas y norteamericanas sostenibles. Y garantizaremos que nuestros hijos también disfrutarán de estas maderas, al tiempo que mantendremos ecosistemas de gran valor y una calidad de vida y una dignidad en los pueblos que habitan en ellos.
Para más información: www.greenpeace.es y un directorio de madera certificada en: www.forestworld.com