Un gesto tan sencillo y cotidiano como abrir el grifo en nuestra casa y que salga agua potable, es algo que implica una infraestructura no sólo dentro de nuestro hogar, sino en los lugares donde se recoge la lluvia hasta las cañerías de nuestros municipios.
Pensemos, por ejemplo, en todos los embalses, estaciones de potabilización, centros de bombeo y kilómetros de tuberías por los que tiene que discurrir el agua para llegar por fin a nuestra vivienda. Cada uno de esos pasos supone alteraciones del Medio Ambiente y entre los más graves deterioros, podemos destacar los embalses que inundan bosques galería y que separan poblaciones animales. Pero no todo acaba aquí, el agua que nos llega, retorna de una manera u otra a la Naturaleza, para lo que son necesarias nuevas canalizaciones y centrales depuradoras que inevitablemente han de ser construidas en nuestros campos.
Por todo esto, debemos ver el agua como un preciado bien que no podemos derrochar o contaminar a la ligera. Existen un gran número de pequeñas acciones que, como usuarios, podemos hacer. La mayoría de ellas no nos acarrearán ninguna molestia y otras, con un poco de buena voluntad, acabaremos haciéndolas de modo natural. No olvidemos que, si bien los mayores gastos de agua son aquellos que derivan de su utilización en la industria y agricultura, nuestra aportación en el ahorro puede llegar a ser muy importante. El economizar agua en nuestras casas parece a primera vista poco importante comparado con el derroche de este líquido que podemos ver a nuestro alrededor, pero precisamente cada grano de arena aportado por las familias ayuda a equilibrar en conjunto el balance de gastos.
Cada español llega a gastar unos 160 litros de agua al día como media repartidos en el aseo personal, la cocina, limpieza de vajilla, lavadora, etc. Si poseemos una casa con jardín , entonces el gasto se dispara. A la cifra anterior debemos añadir el consumo de agua para regar nuestra extensión verde, no olvidando que el agua utilizada en este menester es agua potable, idéntica al que usamos para beber o cocinar.
Veamos a continuación algunos ejemplos prácticos de reducción del gasto de agua fáciles de realizar en casa.
• Podemos reducir el gasto de agua en la cisterna introduciendo en su interior botellas cerradas y llenas de agua, lo que reduce hasta 20 litros como media el número de litros por descarga. Si optamos por este método, hemos de cuidar mucho que las botellas queden bien sujetas en la cisterna, de otro modo podrían desplazarse al correr el líquido y estropear el mecanismo de descarga.
• En el mercado ya existen cisternas con consumo reducido y algunos modelos pueden incluso regularse en función de la cantidad de materiales que deseen eliminarse. Si estamos pensando en hacer reformas en el baño, éste es el momento de cambiar de cisterna.
• Recordemos que el inodoro no es el cubo de la basura, no lo utilicemos como tal, ya que estos residuos tendrán que pasar por una depuradora para volver a los ríos, y las depuradoras serán más grandes y numerosas en función del número de residuos.
• Los amantes del baño deberían ir pensando en reducir esta costumbre que, por otra parte, suele ir precedida de una ducha. El consumo de agua se dispara al llenar la bañera, por lo que, en este sentido, es mejor tomar una ducha y cerrar el grifo mientras nos enjabonamos y abrirlo en el momento de aclararnos.
• Deberíamos cerrar también los grifos cuando nos afeitamos, nos enjabonamos las manos o cepillamos los dientes; durante estos procesos la costumbre de dejar el grifo abierto derrocha muchos litros.
• Cuando nos lavamos las manos o nos duchamos deberíamos regular el caudal y no mantener el chorro abierto al máximo.
• En muchas tiendas podemos adquirir mecanismos que se adaptan a nuestros grifos y son perfectos para reducir la presión y el caudal.
• No nos excedamos en el uso de champú o gel. Está demostrado que usamos más del que es necesario e incluso conveniente para nuestra piel. Recordemos que todo este detergente termina en ríos si no resulta bien depurado.
También la cocina es una zona en la que se puede ahorrar mucha agua:
• Intentaremos siempre llenar el lavaplatos antes de usarlo.
• Si es posible, adquiriremos aquellos modelos que incluyan un programa de ahorro de agua.
• No es necesario enjuagar los platos antes de meterlos en el lavavajillas, puede conseguirse el mismo efecto rascándolos con unas espátulas de goma que existen para ello.
• Si tenemos que fregar algo en la pila de la cocina, no dejemos abierto el grifo mientras lo enjabonamos.
• Con la lavadora podemos aplicar las mismas normas que con el lavaplatos.
Consejos para el ahorro en el jardín
• Lo mejor sería poder construir en el jardín algún sistema de captación de aguas que recogiera el agua de lluvia y la canalizase a un pequeño depósito, de esta manera todo el agua que, por ejemplo, baja por nuestros canalones puede utilizarse para el riego del jardín.
• Siempre que podamos es muy aconsejable evitar instalar en el jardín plantas que necesiten mucha agua. Lo indicado sería utilizar plantas autóctonas o plantas con poco requerimiento de humedad.
• El sistema de goteo es uno de los más indicados para evitar el despilfarro. En el mercado existen ya una gran variedad de modelos que se adaptan a todas las necesidades.
• Las mejores horas para el riego son las nocturnas, de esta manera evitamos pérdidas de agua por evaporación.
• Olvidemos la costumbre de lavar el coche en casa, es mejor usar los túneles de lavado.
• Reciclemos todo el papel que podamos, usémoslo por las dos caras antes de depositarlo en el contenedor. Para fabricar un kilo de papel es necesario usar 250 litros de agua.
Para finalizar con esta lista no hay que olvidar que un sistema de grifos y tuberías en condiciones óptimas evita pérdidas innecesarias. Por ello debemos revisar periódicamente los mecanismos de los grifos y llaves, o dejarlos en manos de fontaneros, si no somos “manitas”. Esto nos evita sorpresas desagradables en forma de goteos, fugas y roturas. Sin duda alguna, se nos pueden ocurrir otras formas de ahorrar y evitar contaminar nuestras aguas. Siempre que podamos hemos de ponerlas en práctica y fomentar entre nuestra familia y amigos el uso de estas pautas. Los niños son especialmente receptivos a la información que los adultos podemos darles del medio que les rodea, por lo que podemos probar a iniciarles en algunas de estas prácticas, ya que si de pequeños toman estos sanos hábitos, les acompañarán toda su vida. Una buena forma de empezar es inventando actividades y juegos relacionados con el agua, transmitiéndoles lo importante que es para la vida y lo afortunados que somos al tenerla al alcance. Poco apoco se va tomando conciencia en nuestro país de la importancia del ahorro de agua. Cada vez más ayuntamientos dedican una parte de su esfuerzo a reducir el gasto y mejorar la calidad de sus aguas. Sirva como ejemplo la gran cantidad de parques y jardines públicos que utilizan el riego por goteo en sus instalaciones.
El siguiente paso que, seguramente no tarde en llegar, sería la separación de circuitos de agua potable para la alimentación y aseo personal y otro para las cisternas, limpieza y riego. Podemos aprender mucho de países que deben subsistir con mucha menos agua que nosotros. Ellos hacen del reciclado del agua una liturgia, utilizando en agua hasta cinco veces, como es el caso de algunas granjas en Israel. Si queremos disfrutar de nuestros ríos y arroyos hay que empezar por no maltratar lo que los identifica, tomemos el agua absolutamente necesaria y devolvámosla en las mejores condiciones posibles.