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Comisión para la retirada de la línea eléctrica del colegio “Las Veredas”

Desde el primer momento entendemos —y así lo manifestamos públicamente— que debemos ponernos al servicio del APA del nuevo colegio, manifestando nuestro apoyo y alineación total con sus decisiones y huyendo de protagonismos en un asunto tan delicado y sensible. Tan solo en reuniones y encuentros privados manifestamos nuestro convencimiento de que los plazos y promesas municipales no van a ser respetados (como así se ha demostrado) y únicamente nos hacemos eco en público de dos cuestiones: nuestra oposición a que la línea fuese desviada por el parque regional (proyecto denegado por la Comunidad de Madrid y que solo ha servido para retrasar el desvío parcial) y nuestra crítica al Equipo de Gobierno por no desplazar el colegio unas decenas de metros hacie el oeste, dentro de la misma parcela municipal, desplazamiento que habría evitado el actual problema, y ahorrado un buen montón de dinero de los contribuyentes. Estas críticas fueron hechas en el seno de esta comisión, en un intento —no sabemos si acertado— de no enrarecer el ya de por sí absurdo problema de la línea (absurdo no por su trasfondo, sino por lo tremendamente fácil que habría sido evitarlo).
Las previsiones para el desvío parcial de la línea que afecta al colegio han sido nuevamente modificadas, y si se realiza finalmente (que aún pueden presentarse alegaciones por colectivos afectados, como Los Escoriales) no es fácil que se realice antes del próximo curso escolar 2002-2003, es decir, con dos años de retraso respecto a las primeras promesas del Equipo de Gobierno.

Actividad institucional – Comunidad de Madrid – Presentación

El primer gran éxito de nuestra asociación tuvo como escenario a la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid. Fue el asunto de la limpieza de riberas del río Aulencia (Desbroce Aulencia). A raíz de aquel asunto, resuelto de manera muy satisfactoria, mantuvimos reuniones muy positivas con el entonces director del Parque del Guadarrama, y el director general de Medio Natural, Juan del Álamo, hoy viceconsejero de Medio Ambiente. Esta buena relación se ha mantenido a lo largo de estos años, en forma de un diálogo muy fluido y un trasvase de información que sólo ha tenido un punto negro en el espinoso tema del CASRAMA.
En la actualidad mantenemos excelentes contactos con la dirección del Parque y la Guardería Forestal, además de con Educación Ambiental.

En diciembre de 1999 Proyecto Verde presentó un escrito de alegaciones a una propuesta de la Comunidad de Madrid para la construcción de una carretera entre Colmenarejo y Villanueva del Pardillo.

Actividad institucional – Universidad – Presentación

La actividad social desarrollada por Proyecto Verde está muy ligada a la universidad Carlos III, y concretamente a su Residencia de Estudiantes “Antonio Machado”.

Los orígenes de esta fructífera colaboración se remontan al otoño de 2000. Antes de esa fecha, Proyecto Verde se había “presentado” a la universidad, en un intento por fomentar un acercamiento mutuo con lo que debe ser y será siempre un eje vertebrador de Colmenarejo: la universidad Carlos III. Estos comienzos no cristalizaron en nada concreto.
Pero al poco de su inauguración, llega un nuevo director a la Residencia de Estudiantes. Unos contactos iniciales hacen presumir (como así fue) una línea de colaboración muy fructífera.
En el otoño del año 2000 nos dirigimos a D. Elviro Aranda, director de la residencia, para solicitar que nos permita utilizar sus excelentes instalaciones para la realización de las II Jornadas Micológicas de Colmenarejo.
Las I Jornadas habían sido un éxito inesperado por todos. Se celebraron en el Centro de la Tercera Edad, un salón destinado al ocio y esparcimiento de nuestros ancianos, y que en nada reunía características adecuadas para este tipo de eventos. Pero era lo que había disponible. Su inesperado éxito nos hizo programar unas segundas jornadas mucho más ambiciosas. Era necesario un amplio espacio para la macro-exposición de setas que pensábamos montar; un salón de actos en condiciones para la charla; una recepción para las muestras que nos llegarían de los participantes en un maratón micológico… y todos estos espacios deberían tener una amplia disponibilidad de horario para facilitar la afluencia del público. En parte por la precariedad de las instalaciones culturales municipales (un centro cívico cerrado los fines de semana, que en la práctica solo funcionaba como cantina y para actos escolares, y en el que hasta hace apenas unos meses ha sido imposible pasar una película o dar una conferencia, a no ser que se dispusiera de un equipo de cine o de megafonía particular) y en parte por la escasa disposición de las autoridades municipales responsables a facilitar y estimular estas convocatorias, lo cierto es que nuestra única solución pasaba por la Residencia de Estudiantes.
La acogida del director de la residencia fue inmejorable. Las jornadas se celebraron y fueron el acto cultural más multitudinario que se ha celebrado nunca en Colmenarejo (ver Jornadas Micológicas). Y desde entonces, la Residencia ha sido para nosotros —y para cualquier ciudadano o colectivo de Colmenarejo que lo haya solicitado— lo que fue ideado y proyectado por sus valedores: un lugar público de cultura, abierto, plural y libre… y una residencia para estudiantes, por supuesto y ante todo. De la pluralidad sale la tolerancia, y de la actividad cultural libre y no sesgada sale la verdadera cultura.
A partir de entonces, hemos participado activamente en la vida cultural de la Residencia, muchas veces como simples espectadores, otras como protagonistas, y otras como colaboradores. Han habido momentos verdaderamente “gloriosos”, momentos que los que hemos tenido la fortuna de vivirlos recordaremos siempre. Aquellas II Jornadas Micológicas fue uno de esos momentos, Y las III Jornadas que vinieron después, también. La arriesgadísima apuesta por la Fiesta de la Solidaridad fue otro de esos momentos, una idea que desarrollaron Elviro Aranda y nuestra socia y amiga Teresa García, y en la que Proyecto Verde puso toda la carne en el asador… aunque de manera muy discreta (no era una competencia estatutaria y, además, no queríamos que nuestro protagonismo pudiera incomodar a ningún sector institucional del pueblo). Esto, y multitud de actos conjuntos y colaboraciones, son la carta de presentación de una relación cuyo objetivo único y último siempre ha sido prestar un servicio.
Desde esta página queremos dar las gracias a todos cuantos han hecho posible esta colaboración, y muy especialmente a uno de los grandes artífices de esta magnífica universidad y vecino nuestro, D. Gregorio Peces-Barba, y al responsable directo de que la Residencia de Estudiantes “Antonio Machado” (y por extensión, la universidad Carlos III) vaya ganando día a día un espacio vital para la convivencia, la cultura y la tolerancia en nuestro pueblo, D. Elviro Aranda.

Algunas actividades realizadas por Proyecto Verde en la Residencia de Estudiantes:

• II Jornadas micológicas, que incluyeron:
– Taller de pintura para niños
– Conferencia sobre los “Hongos de Colmenarejo”
– Gran exposición de hongos
– Maratón micológico
• III Jornadas micológicas, que incluyeron:
– Seminario “Introducción a la micología”
– Degustación de cocina micológica
– Salida identificativa
– Taller de educación ambiental para niños
• Cineforum: “Volando libre”, tertulia dirigida por un ornitólogo
• Cineforum: “El Oso”, tertulia dirigida por naturalista
• Seminario sobre Energía Solar, con “Taller de ocio creativo para niños”.
• Conferencia “La cigüeña negra”
• Conferencia “Alimentarse hoy: ¿una actividad de riesgo?”
• Conferencia “El problema de los residuos”
• Conferencia “Anfibios de Colmenarejo”
• Charla sobre reciclaje para los residentes
• Conferencia-Coloquio-Proyección sobre el cambio climático

Además de estas actividades, nuestra asociación tuvo un papel impulsor importante en la Primera Fiesta de la Solidaridad, y una colaboración en la Segunda fiesta de la Solidaridad. Igualmente, siempre que se nos ha requerido, hemos colaborado en otros eventos organizados por la Residencia, bien realizando los carteles promocionales o bien con nuestro apoyo y asistencia.

Cabe concluir que el balance de estos dos años de colaboración ha sido excelente, y una muestra de lo que debe ser la integración de una universidad con la ciudadanía que la acoge. Desde aquí animamos a asociaciones, ayuntamiento y ciudadanos a aprovechar más y mejor las enormes posibilidades que en el desarrollo del ocio creativo y la cultura ofrece la Residencia de Estudiantes “Antonio Machado”.

Breve historia del asunto CASRAMA

El 20 de julio de 2001 salieron a la luz las obras de mejora de la red de abastecimiento de agua destinada a consumo en la zona norte del Parque del Guadarrama. Estas obras, acometidas por el consorcio CASRAMA, de la Confederación (Ministerio de Medio Ambiente), y cuyo cliente final es el Canal de Isabel II (de titularidad autonómica), han sido llevadas a cabo en su mayor parte incumpliendo la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), a pesar de que dicha declaración data del año 1994 y no es todo lo restrictiva que debería, por tratarse de una zona de máxima protección de un parque regional.

Ese día 20, saltó la alarma entre el colectivo ecologista, gracias a que un miembro del partido Los Verdes Comunidad de Madrid —Gloria Torres— vive en la zona de encinar afectada (CAmino del Rey, Colmenarejo). Su voz de alarma fue escuchada y Proyecto Verde y Ecologistas en Acción interpusieron sendas denuncias ante el juzgado. El ayuntamiento de Colmenarejo dio por buenas las obras y se lavó las manos, pese a nuestros numerosos requerimientos de que ejerciera la defensa de nuestro patrimonio natural.

Después de meses de lucha por tratar de proteger las encinas del Parque Regional a su paso por Colmenarejo, de denuncias, reuniones, mañanas al teléfono, en el ministerio de Medio Ambiente y en la Comunidad de Madrid, después de días enteros sentados junto a las encinas para impedir su tala… en fin, después de alegrías, desalientos y sobresaltos, finalmente el asunto Casrama entró en la recta final.

La historia de esta aventura es tan larga que debemos resumirla.

Cuando se anunció la reanudación de las obras, poniendo fin a la paralización cautelar que dictó el juzgado de El Escorial ante nuestras denuncias, Los Verdes acudieron a la vía contencioso administrativa y presentaron denuncia en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM). Parecía difícil que el alto tribunal paralizase de nuevo las obras, habida cuenta de que el juzgado las había levantado, teniendo muy presente la declaración de altos cargos de la Comunidad de Madrid (CAM) que daban las obras por sujetas a derecho.

Mientras Los Verdes exploraban la vía judicial, Proyecto Verde acudió a la dirección del Parque Regional, presionando para que el director del parque se personara en las obras y comprobara de primera mano el atentado medioambiental que se estaba produciendo.

La reunión se fijó en Colmenarejo, a pie de obra, para el día 11 de septiembre de 2001, día de infausto recuerdo. Asistieron el director de las obras, el director del parque, Gloria Torres por Los Verdes y el presidente de Proyecto Verde. Ese día concurrieron varios acontecimientos que nos favorecieron. Quizá el más destacable sea que la empresa adjuticataria, OHL, lejos de parar las obras ante visita tan notable, continuó arrasando encinas mientras conversábamos con mayor o menor virulencia. Ante semejante espectáculo, el director del parque no tuvo más remedio que pedir a los agentes forestales que le acompañaban que levantaran denuncia de los hechos.

El paso siguiente era lograr una copia de dicha denuncia para adjuntarla al expediente del juzgado, lo que aumentaría espectacularmente las posibilidades de paralización. Pero la CAM no tenía intención de que se parasen las obras. Incluso el director del parque recibió presiones de sus superiores.

Entonces pedimos al juzgado que reclamase esos papeles a la CAM. A los pocos días, Gloria Torres y el presidente de Proyecto Verde acudieron a entrevistarse con el magistrado. El juez, hombre de gran sensibilidad ambiental, no terminaba de ver clara la necesidad de paralizar las obras, habida cuenta de las declaraciones anteriores de mandos de la CAM. En un momento de la conversación le preguntamos si había llegado la denuncia de la guardería forestal, realizada el 11 de septiembre. El juez nos miró con sorpresa y pidió el expediente. Su secretaria le trajo un montón de papeles de más de más de 30 cm. de altura y comenzó a mirar uno por uno. Y allí, casi al final, estaba la denuncia de la Guardería Forestal. En su rostro se dibujó una sonrisa de alivio: ya tenía base para paralizar las obras.

El 14 de noviembre, dos días después de entrevistarnos con el Presidente de la Sala de lo contencioso, el Tribunal Superior de Justicia dictó un auto que crea un precedente en la defensa jurídica del medio ambiente. Este auto, conocido por las partes el día 23, no solo mantiene la suspensión cautelar de las obras de canalización que están arrasando centenares de encinas en Colmenarejo, sino que sienta unos principios jurídicos que van a tener enorme trascendencia en el futuro.

El auto dictado por la Sala de lo Contencioso Administrativo dice así:
“ 2. Si bien la ponderación de los intereses en conflicto, públicos ambos en cuanto se manifiestan en la necesaria protección del entorno natural y, al mismo tiempo, la garantía del suministro del agua a los municipios afectados, ha sido uno de los criterios tenidos en cuenta al acordarse la medida cautelar que ahora se impugna, siendo en todo caso consciente la Sala de la necesaria conciliación de ambos, es lo cierto que el que debe prevalecer en un trámite como el que nos encontramos, es el de más urgente protección, sin duda la conservación, en la medida de lo posible y de acuerdo con las normas medio ambientales del Proyecto mismo, de la cobertura vegetal y especialmente de las especies arbóreas de más porte, cuya reposición sería prácticamente inviable teniendo presente el largo tiempo —muchos años, en cualquier caso— de desarrollo de las encinas, lo que permite hablar de un perjuicio verdaderamente irreparable de arrancarse o talarse sin ser absolutamente necesario para el tendido de la conducción. Resultada por todo ello obligado mantener la medida cautelar —paralización de las obras— en tanto no se aporten por la Administración demandada garantías suficientes de que la continuación de las obras se lleva a cabo con plena observancia de las medidas fijadas en la DIA, garantías que habrán de ponerse en conocimiento de este Tribunal para su análisis, y en su caso, aprobación. Contra esta resolución no cabe recurso alguno.”

Cinco días después de la paralización, el juez decide levantar la suspensión cautelar, pero imponiendo a la empresa que respete exigentes medidas de protección. Ese mismo fin de semana se comienzan a arrancar encinas de la Dehesa de Las Latas. Lo hacen desde el interior del vallado, lejos de la vista de los incautos ecologistas. Y cuando rompen la valla para aflorar por la zona de la ermita, todo está ya arrasado.

Volvemos a entrevistarnos con el juez. Y finalmente se dicta un auto por parte del juez que obliga al transplante de las encinas mayores de un determinado diámetro y a la reforestación completa de la zona. Y el juez nombra al director del parque como organismo encargado de velar por el cumplimiento de estas medidas, con la obligación de infirmar al juzgado cada dos meses.

A partir de este momento, las obras continúan con un cuidado exquisito, pero cuando se llega a una encina que es necesario trasplantar, las obras se detienen y continuan más adelante. De formas muy diversas nos llega noticia de que la Confederación del Tajo no está dispuesta a aceptar le precedentes del transplante, y prefiere otras soluciones técnicas.

Finalmente, las obras se dirigen hacia la conclusión, con una solución desastrosa desde el punto de vista técnico, pero que permiten a la Confederación “salvar la cara” y evitar el transplante. Allí donde exista una encina que hay que trasplantar, se da un rodeo, conectando la tubería si es necesario al trazado antiguo, de otro material y de menor sección. Esta solución va a provocar que en un plazo de pocos años sea necesario volver a levantar el terreno para acometer reparaciones. Pero de alguna manera la Confederación se ha salido con la suya.

El asunto Casrama ha puesto varias cosas de manifiesto:

– La sensibilidad judicial respecto al medio ambiente está cambiando, aunque por el momento la declaración de un cargo de la administración goza de mucha mayor credibilidad que la de un ciudadano
– Los autos del TSJM son pioneros y sientan un precedente de enorme interés
– Los ayuntamientos (en este caso el de Colmenarejo) siguen considerando “el campo” como algo ajeno a sus atribuciones, importándoles muy poco lo que pueda suceder en él.
– Los ciudadanos tienen cada vez más sensibilidad y sensación de que la Naturaleza les pertenece
– La Guardería Forestal funciona muy bien
– Disciplina Ambiental funciona muy mal…
– …y el Seprona ya no es lo que era.

El ayuntamiento de Colmenarejo redacta una ordenanza recurrida judicialmente en Valladolid

Comerciantes, asociaciones, colectivos vecinales y empresas, entre los grupos más afectados. Las multas pueden llegar a los 50 millones de pesetas.

El Equipo de Gobierno lleva al Pleno del día 26 de abril un paquete de ordenanzas, basadas en otras dictadas por el Ayuntamiento de Valladolid, que están recurridas judicialmente por Izquierda Unida, Ecologistas en Acción y la Federación de Asociaciones de Vecinos, entre otros colectivos, por considerar que atentan contra derechos fundamentales.

Estas ordenanzas de Colmenarejo están prácticamente calcadas de las aprobadas por Ayuntamiento de Valladolid, y mantienen los aspectos más polémicos. Proyecto Verde ha remitido un escrito al Ayuntamiento en el que, al tiempo que manifiesta su conformidad con buena parte del contenido de esta ordenanza, repudia una parte de ella por restringir derechos fundamentales e invita al Ayuntamiento a que se abra un periodo de participación, consulta y sugerencias previo a la aprobación por el pleno de estas ordenanzas, y que se haga desde una actitud de sincero compromiso con el derecho de todos a participar en la vida local, y no como un mero compromiso formal. De nada ha servido: ni se ha prorrogado el plazo para preparar alegaciones, ni se ha convocado al Consejo de Participación Ciudadana, una de cuyas misiones es precisamente esta.

ORDENANZA MUNICIPAL SOBRE PROTECCIÓN DE BIENES PÚBLICOS
Colocar un cartel convocando a una manifestación contra la guerra de Irak o contra la política del gobierno, por ejemplo, se podría considerar que incita a la discriminación por motivos ideológicos y sería sancionado con multa de 1.001 a 3.000 euros.
Del mismo modo, cualquier acto que encierre una crítica a la labor municipal en cualquier área, podría entrar en ese supuesto, y se podría sancionar su publicidad con la misma cantidad.
En cualquier caso, se sancionará a la entidad firmante de la octavilla o cartel, de manera que aquel que tenga ánimo de perjudicar a alguna asociación o colectivo lo tiene muy fácil.
Y por si la indefensión, discrecionalidad y arbitrariedad que provoca esta Ordenanza no fueran suficientes, la alcaldía se reserva el derecho de dictar cuantas órdenes e instrucciones resulten necesarias para su adecuada interpretación y aplicación.

ORDENANZA MUNICIPAL PARA LA PROTECCIÓN DE LOS ESPACIOS PÚBLICOS
Si en la ordenanza anterior, una asociación que coloca carteles podría salvarse invocando el carácter de interés social o cultural de su convocatoria, bastará con aplicarle esta segunda ordenanza, Artículo 14, apartado 22: Queda prohibido pegar carteles en paredes o elementos urbanos. Y esta vez sin excepciones. La infracción según esta ordenanza sería catalogada de grave, y la multa de 3.000 hasta 30.000 euros.

Pero no solo tienen que echarse a temblar aquellos “elementos” que pegan carteles anunciando sus actividades (da lo mismo que sean excursiones, exposiciones, conferencias o manifestaciones), y que en el preámbulo de la primera ordenanza son calificados de “colectivos minoritarios e irresponsables” cuyo origen de tan denigrante actitud “tiene su raíz en problemas sociales, familiares y educativos” (a juicio del ayuntamiento de Colmenarejo.. y del de Valladolid).
Vean alguno de los supuestos sancionables:
• El comerciante que no mantiene su acera limpia: de 600 a 3.000 euros.
• Dejar un contenedor de escombros lleno más de 24 horas sin retirar: de 600 a 3.000 euros.
• No retirar los materiales sobrantes de una obra antes de dos días desde su finalización: de 600 a 3.000 euros.
• No colaborar en la retirada de nieve o hielo de la vía pública: de 600 a 3.000 euros.
• No llevar a cabo la separación en origen de los residuos: de 600 a 3.000 euros.
• No limpiar la acera tras una operación de carga o descarga: de 3.000 a 30.000 euros.
• No limpiar de carteles nuestra fachada: de 3.000 a 30.000 euros.
• No informar a la Policía Local de cualquier situación de riesgo para la seguridad vial: de 3.000 a 30.000 euros (Y si no hay policía local, como es habitual, ¿paga la multa el concejal responsable?).
• Utilizar sin permiso expreso tierra y escombros o materiales residuales para obras de relleno o cualquier otra, en espacios públicos o privados: 30.000 a 300.000 euros.

EL CAZADOR CAZADO
Muchas de las acciones que pretenden reprimir estas ordenanzas, son cometidas por las propias autoridades municipales o por entidades públicas. Por ejemplo, ¿tiene licencia el cutre-aparcamiento realizado con escombros y restos de derribo hecho junto a la nave municipal del polígono? Pues son hasta 50 millones de pesetas de multa. ¿Y la obligación de reciclar en origen, la respetan todos los organismos públicos radicados en Colmenarejo con servicios de catering?

PRIMERO EDUCAR, DESPUÉS REPRIMIR
Creemos en la labor ejemplificadora de las autoridades públicas. No es razonable reclamar conductas cívicas responsables desde administraciones irresponsables. La represión vía sanción es un arma que puede ser legítima, es cierto, pero se debe aplicar con responsabilidad y en todo caso, aplicar a quién es responsable del daño. Cuando la Ordenanza sanciona a un comerciante porque alguien ha tirado un papel a la puerta de su establecimiento, no está realizando un acto de justicia (sancionar al culpable) sino un simple acto recaudatorio. Del mismo modo, cuando se sanciona a una asociación por pegar carteles anunciando una excursión, una conferencia o una manifestación de protesta, se están limitando muy gravemente derechos fundamentales porque no olvidemos que el ayuntamiento sancionador no ha habilitado un solo cauce por el cual sus ciudadanos y asociaciones puedan dar a conocer a los vecinos asuntos que legítimamente pueden ser de su interés. Aquel municipio que antepone la limpieza del mobiliario urbano a derechos democráticos fundamentales, se está definiendo claramente.
Al final, de la norma queda la discrecionalidad, es decir, la posibilidad de sancionar a quien se quiera y cuando se quiera. Y la norma podría terminar usándose para otros fines muy distintos de los legítimos.
Debe de haber muy pocos ciudadanos en Colmenarejo que no quieran un pueblo limpio, cuidado, respetado. La solución pasa, desde luego, por una Ordenanza que regule y tipifique las conductas reprobables (no otras) y persiga a sus infractores (no a otros). Pero no es la única medida, ni siquiera es la más importante. Hay que informar, dar ejemplo, facilitar cauces y lugares de participación, trabajar con los colectivos susceptibles de provocar molestias o daños, tener una política de juventud y lugares donde puedan llevar a cabo sus actividades nuestros chavales, vigilar la escolarización, mantener parques, jardines y viales limpios, hacer campañas sobre reciclado y uso de los contenedores, inspeccionar comercios y locales animando a sus propietarios a cumplir la normativa, integrar e informar adecuadamente a los colectivos inmigrantes, mantener un cuerpo de policía local suficiente y motivado… Y de todo esto, nada de nada. Al final, lo más fácil es dictar una ordenanza que obligue al ciudadano a suplir las carencias de servicios y asumir competencias que son primordialmente municipales.

Aula medioambiental en el colegio 6 de diciembre

El curso 2000-2001 lanzamos una propuesta al colegio para hacer una prueba piloto de un Taller Medioambiental para niños, como actividad extraescolar. La experiencia duró un par de meses, a razón de una hora semanal, y se hizo sin coste alguno para las familias. En el taller colaboraron Isabel, Teresa y Roberto, entre otros.

Al curso siguiente, 2001-2002, el taller se institucionalizó y profesionalizó. Fue impartido por nuestro compañero de Junta, Roberto, excelente biólogo y excepcional pedagogo. El coste para las familias fue de 1.000 pesetas al mes. Los quince niños que se apuntaron lo pasaron estupendamente. El Taller incluyó algunas salidas al campo.

Anillando cernícalos

Nuestro compañero Gonzalo, un chaval con extraordinarios conocimientos en ornitología, nos avisó de la existencia de un nido de cernícalos en un lugar muy expuesto. Él, que descubrió el nido por casualidad, observó la existencia de 7 pollos.

Llamamos a nuestro compañero Ángel, anillador oficial y director del proyecto de Atlas Ornitológico del Parque del Guadarrama, y junto con tres socios más, nos dispusimos a anillar los pollitos y verificar su estado.

Cuando llegamos, algunos días después, ya solo quedaban tres pollos. El resto probablemente había sido robado. Una vez cerciorados de que los padres no estaban cerca (para evitarles el mal trago), anillamos a los tres pollos y nos hicimos una foto con ellos para inmortalizar la ocasión.

Salvando el pequeño susto, el anillado es una actividad que no implica ningún riesgo para las rapaces, y no existe el menor peligro de que los pollos sean abandonados por sus padres ante el contacto humano, al contrario que sucede con algunos mamíferos, como los gatos.

Los halcones de menor tamaño integran un grupo de 13 halcones llamados cernícalos. Son accidentales en la península Ibérica. El cernícalo vulgar residente en España llega a medir más de 34 centímetros. A menudo aparece planeando cerca de las carreteras en busca de ratones y otros animales pequeños.

Salvar autillos

En la primavera de 2001, un pollito de autillo, llamó a la puerta de nuestro compañero José Ignacio. Temiendo por la vida de tan indefenso animalillo, lo cogió y nos avisó.

El autillo es la rapaz más pequeña que podemos escuchar (porque verla es dificilísimo) en nuestro municipio. Pasa el invierno en el sur y viene a criar a España. En nuestro municipio se pueden escuchar varias parejas, con su silbido corto y espaciado, que llena las noches del verano de un sonido misterioso.

Los que tuvimos la suerte de conocer al autillo nos quedamos prendados de él, por su docilidad, simpatía y aspecto cómico. Al día siguiente lo llevamos a GREFA (Grupo para la Recuperación de la Fauna Autóctona). Y allí, en compañía de otros cuatro pollos de autillo, creció y fortaleció su musculatura, mimado en todo momento por la docta sapiencia de Fernando y su gente.

A finales de agosto, reunimos un pequeño grupo de socios que no estaban de vacaciones y nos fuimos todos a las laderas del cañón del Aulencia (Colmenarejo) a soltar a nuestro autillo y sus amigos.

Y ahí podemos ver a Rosa, lanzando el autillo al aire, y cómo éste despliega sus alas y emprende el vuelo, bajo la atenta mirada de Fernando, que desde ese momento es conocido con el sobrenombre de “El Señor de los Autillos”.

El autillo, junto con el mochuelo y el cárabo, pertenece a la familia de los buhos.El nombre científico del autillo común o corneja es otus scops. Es una especie fuertemente migratoria que se reproduce en el sur de Europa, incluida la península Ibérica y, al este, hasta el lago Baikal.

Observación de aves acuáticas invernantes

Se organizó en el invierno 2000-2001, y congregó cerca de 30 personas. La observación se realizó en la orilla de Valmayor, y estuvo dirigida por Arturo, Roberto, Luis Javier y Elvira. Reunimos dos telescopios terrestres con los que se pudieron observar zampullines, somormujos, cormoranes, garzas, ánades y alguna otra ave. La fría jornada se completó con un café caliente (colacao para los pequeños), servido por Teresa.