Desde el primer momento entendemos —y así lo manifestamos públicamente— que debemos ponernos al servicio del APA del nuevo colegio, manifestando nuestro apoyo y alineación total con sus decisiones y huyendo de protagonismos en un asunto tan delicado y sensible. Tan solo en reuniones y encuentros privados manifestamos nuestro convencimiento de que los plazos y promesas municipales no van a ser respetados (como así se ha demostrado) y únicamente nos hacemos eco en público de dos cuestiones: nuestra oposición a que la línea fuese desviada por el parque regional (proyecto denegado por la Comunidad de Madrid y que solo ha servido para retrasar el desvío parcial) y nuestra crítica al Equipo de Gobierno por no desplazar el colegio unas decenas de metros hacie el oeste, dentro de la misma parcela municipal, desplazamiento que habría evitado el actual problema, y ahorrado un buen montón de dinero de los contribuyentes. Estas críticas fueron hechas en el seno de esta comisión, en un intento —no sabemos si acertado— de no enrarecer el ya de por sí absurdo problema de la línea (absurdo no por su trasfondo, sino por lo tremendamente fácil que habría sido evitarlo).
Las previsiones para el desvío parcial de la línea que afecta al colegio han sido nuevamente modificadas, y si se realiza finalmente (que aún pueden presentarse alegaciones por colectivos afectados, como Los Escoriales) no es fácil que se realice antes del próximo curso escolar 2002-2003, es decir, con dos años de retraso respecto a las primeras promesas del Equipo de Gobierno.