El pasado 20 de noviembre se cumplió un año de la toma de posesión de Esperanza Aguirre. Para Ecologistas en Acción este último año ha supuesto un importante retroceso en algunos aspectos como la pérdida de independencia de la Consejería de Medio Ambiente, al unificarse con Urbanismo. Por otra parte, la escasez de presupuestos dificulta enormemente una gestión ambiental de calidad y consolida el problema, heredado de anteriores gobiernos, de disciplina ambiental y urbanística.
El Gobierno de Esperanza Aguirre se inició con uno de los golpes más duros para el movimiento ecologista en la Comunidad, la desaparición de la Consejería de Medio Ambiente y su unificación con Urbanismo. Los intereses de las asociaciones de promotores urbanísticos (ASPRIMA especialmente) se antepusieron a las reiteradas solicitudes de Ecologistas en Acción para que se mantuviese como órgano independiente la Consejería de Medio Ambiente.
Un año después, unificar las dos Consejerías no ha dado el resultado que prometía la actual Presidenta, anteponer la protección ambiental a la especulación urbanística. Muy al contrario, la avalancha de nuevos planeamientos urbanísticos tratando de incorporar zonas de espacios protegidos al suelo urbano se está convirtiendo en una práctica demasiado frecuente (Avances de Moralzarzal, Villanueva de la Cañada, Las Rozas, Galapagar).
La prometida transparencia en las sesiones de la Comisión Provincial de Urbanismo (Órgano autonómico que supervisa y aprueba los planeamientos urbanísticos) tampoco se ha producido. Ecologistas en Acción ha solicitado en cuatro ocasiones, durante este año, volver a participar en este Órgano que preside el Consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, y del que fue expulsado en 1995 por Luis Eduardo Cortés, anterior Consejero de Obras Públicas, Urbanismo y Transporte. Sin embargo, no ha recibido contestación alguna.
Para los ecologistas la reducción del presupuesto, en 2004, dedicado a medio ambiente ha dificultado que se lleven a cabo actuaciones importantes como la compra de fincas de gran valor ambiental. Esta actuación sería esencial en espacios protegidos como el Parque Regional del Sureste o el del Curso Medio del Río Guadarrama, donde la escasez o inexistencia de suelo público dificulta enormemente una gestión de calidad. Las previsiones para el próximo año no son mejores. El proyecto de presupuestos de 2005 vuelve a destinar escasos medios al medio ambiente madrileño.
Otra consecuencia de la precariedad presupuestaria en temas relacionados con el medio ambiente es el escaso personal destinado a tramitar los expedientes sancionadores tanto de Medio Ambiente como de Urbanismo. Aunque este es un problema ya heredado del anterior equipo de Gobierno no se ha hecho nada para mejorarlo. La casi paralización de los Servicios de Disciplina Ambiental y Disciplina Urbanística permiten que importantes infracciones queden impunes, simplemente, porque prescriben. El malestar en este sentido no es único entre los ecologistas, los propios agentes forestales de la Comunidad han protagonizado numerosas movilizaciones denunciando esta situación.
Por otra parte, la revitalización de proyectos enormemente impactantes, que ya estaban resueltos, como el desdoblamiento de la carretera M-501, o carretera de los pantanos, es otro aspecto que Ecologistas en Acción critica muy duramente. Considera que el proyecto está siendo fomentado desde la propia Consejería de Infraestructuras obviando los informes del CSIC, el máximo organismo científico del Estado. Igualmente, la constante insistencia de Esperanza Aguirre por llevar a cabo proyectos muy impactantes y muy discutibles desde el punto de vista técnico (como el cierre de la M-50 por El Pardo) o de viabilidad económica (como la radial R-1) demuestran que estamos ante un Gobierno insensible a las cuestiones ambientales.