Los colmenarejanos tenemos la suerte de tener aquí, al lado de casa, parajes de una belleza extraordinaria, a los que podemos acercarnos incluso a pie. Uno de ellos es el pantano de Valmayor, que une la belleza a lo práctico, al dedicarse su contenido a dar de beber a muchas personas. Hace unos días, mientras paseaba por allí con mi familia se me ocurrió fotografiar no sólo el lado bonito, sino el otro, más desagradable: el suelo que pisamos. Las orillas del Valmayor están cubiertas, en buena parte, de basura. Basura de todo tipo, pero especialmente procedente de comidas efectuadas allí. Hemos podido constatar que hay muchas menos basuras ahora que en nuestro anterior paseo por allí en el mes de Septiembre, presumiblemente a causa de la subida del nivel del agua, que ha engullido buena parte de las basuras (recordemos que mucha gente beberá esta agua). En todo caso, el estado de las orillas del Valmayor dista mucho de lo ideal.