Este pequeño sapo es bastante abundante en Colmenarejo. Pero tiene unos hábitos de reproducción que le llevan a elegir pequeños charcos estacionales, ni siquiera charcas, sino simples charcos. En sus zonas de reproducción, aprovecha el agua acumulada en las roderas dejadas por los coches en los caminos para hacer sus puestas. El resultado es que en el 90% de los casos, estas puestas se pierden por el paso posterior de vehículos o bien se secan antes de que la larva haya tenido tiempo de convertirse en ejemplar adulto. El sapo corredor tiene buenos mecanismos para suplir estas dificultades, pero los vertiginosos cambios habidos en sus hábitats en los últimos años hacen que dichos mecanismos no sean suficientes para permitir un desarrollo adecuado de las poblaciones.
Renacuajos
En la primavera del 2001, las lluvias se retiraron muy pronto, y la sequía comenzó a hacer estragos en estos pequeños charcos, cuna de las poblaciones de renacuajos de esta especie. Muchísimos murieron, muchos más de lo que es habitual. Acudimos en su ayuda y logramos trasladar varios cientos a charcas cercanas a estos hábitats.