Todas las entradas de: admin

Inventario de anfibios del Parque Regional por Iñigo Martínez-Solano y Mario García-París

CONSEJO DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS
MUSEO NACIONAL DE CIENCIAS NATURALES

INVENTARIO PRELIMINAR DE LAS POBLACIONES DE ANFIBIOS DEL PARQUE REGIONAL DEL CURSO MEDIO DEL RÍO GUADARRAMA Y SU ENTORNO

Iñigo Martínez-Solano y Mario García-París
Museo Nacional de Ciencias Naturales, CSIC

Diciembre de 2001


1. Introducción. Objetivos

En los últimos años los anfibios despiertan un interés poco habitual en la sociedad, tanto a nivel general (aparición en los medios de comunicación) como a nivel científico. La principal razón de este interés es su sensibilidad a las alteraciones ambientales progresivas, que se manifiesta en un declive global de sus poblaciones o incluso en la extinción de especies (Blaustein y Wake, 1990, Wake, 1991, Alford y Richards, 1999, Houlahan et al., 2000). En Madrid la situación es preocupante ya que los primeros síntomas de ese declive se han comenzado a manifestar en áreas protegidas, incluyendo la casi extinción del sapo partero en Peñalara (Bosch et al., 2001).

La fauna de anfibios del área occidental de la Comunidad de Madrid puede considerarse rica en cuanto a número de especies (García-París et al., 1989), con un interés alto, ya que incluye poblaciones de especies amenazadas (Triturus boscai, Hyla arborea), o recientemente consideradas (Triturus pygmaeus). Desafortunadamente el estado de conservación y el grado de conocimiento de estas especies es muy pobre (Benzal y Salvador, 1998).

La región en la que se incluye el Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama incluye en su porción septentrional parte del piso basal de la Sierra de Guadarrama, un área de excepcional importancia para los anfibios de Madrid. Las porciones media y meridional del curso se encuentran en áreas con menor relevancia desde el punto de vista de la singularidad de las poblaciones de anfibios que alberga, aunque sin embargo estas zonas son de especial interés para la conservación de unas pocas especies (Pleurodeles waltl, Pelobates cultripes, Alytes cisternasii) ya que es aquí donde se mantienen algunas de sus mejores poblaciones. Por otra parte, la cuenca del Río Guadarrama muestra un también especial interés para el análisis de los procesos de especiación en un grupo de anfibios primitivos (el género Discoglossus). Existen indicios de la posible existencia de una zona de contacto al este de la cuenca entre poblaciones de las dos especies morfológicamente crípticas de Discoglossus que habitan en Madrid. Los estudios genéticos que hemos realizado para la ejecución de este Inventario preliminar nos permiten señalar que la porción occidental de la Cuenca del Guadarrama se encuentra ocupada por D. galganoi, mientras que las poblaciones del centro y del oriente de la Comunidad de Madrid corresponden a D. jeanneae. El estudio genético de las poblaciones de la porción oriental del Parque es imprescindible para evaluar la importancia evolutiva de la Cuenca del Guadarrama en los procesos de especiación del género Discoglossus. En conjunto se ha detectado la presencia de 8 especies de anfibios (Pleurodeles waltl, Triturus pygmaeus, Alytes cisternasii, Discoglossus galganoi, Pelobates cultripes, Bufo bufo, Bufo calamita y Rana perezi). Además de éstas, existen otras dos especies que aunque no han sido localizadas dentro del Parque presentan poblaciones muy próximas en su extremo septentrional (Triturus boscai, Hyla arborea) y cuya búsqueda ha de intensificarse. Para la realización de este estudio hemos contado con datos previos generados para la realización del Atlas de Anfibios y Reptiles de Madrid (década de 1980), con datos inéditos recogidos por los autores durante la década de 1990, y con los procedentes de los muestreos efectuados en los años 2000 y 2001. El análisis comparativo de estos datos, aunque preliminares, permiten constatar el deterioro sufrido por las poblaciones de anfibios asentadas en la región, lo que nos lleva a proponer una serie de medidas a corto y medio plazo encaminadas a mejorar su situación. Las poblaciones de Pleurodeles waltl, Triturus pygmaeus, Alytes cisternasii, Pelobates cultripes, Bufo calamita y Rana perezi se mantienen en relativamente buen estado de conservación en gran parte del tercio septentrional del Parque. La calidad de los medios de reproducción disminuye hacia la región meridional donde únicamente Bufo calamita mantiene poblaciones fuertes. Consideramos que la especie más representativa del Parque es el “gallipato” (Pleurodeles waltl), tanto por su elevada densidad de población en el tramo alto, como por su resistencia para sobrevivir en condiciones extremadamente difíciles en el tramo medio, donde en ocasiones es la única especie presente junto con R. perezi.

Resumiendo, los objetivos básicos del presente informe son:

1. Elaborar un inventario preliminar de las poblaciones de anfibios presentes en el Parque. La información disponible se limita en la actualidad casi exclusivamente al Atlas provisional de los anfibios y reptiles de Madrid, publicado en 1989 (García-París et al., 1989). Disponer de información actualizada acerca de los recursos de que dispone el Parque (lo que incluye tanto completar la información contenida en aquel Atlas con nuevos datos como confirmar la persistencia o no y en qué condiciones de las poblaciones conocidas por entonces) es el mejor punto de partida para su correcta gestión. Se prestará especial atención a las especies que han sido catalogadas con algún grado de amenaza en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de la Comunidad de Madrid (Decreto 18/92, 26 de marzo de 1992) o bien poseen un interés especial (ver propuestas de catalogación de las especies de anfibios madrileños en Benzal y Salvador, 1998).

2. En el caso del género Discoglossus, además de esta información, y debido a la ausencia de criterios morfológicos para identificar a las dos especies del género endémicas de la Península Ibérica (D. galganoi y D. jeanneae), resulta necesario llevar a cabo estudios con marcadores moleculares para identificar correctamente la(s) especie(s) presente(s) en el Parque.

3. Realizar una evaluación preliminar del estado de conservación de las poblaciones de anfibios del Parque y realizar algunas recomendaciones para su gestión y conservación.

2. Métodos

2.1. Inventario preliminar de las poblaciones de anfibios

Se ha reunido información de las siguientes fuentes:

1. Ejemplares depositados en la Colección de Batracología del Museo Nacional de Ciencias Naturales (Madrid). Se ha revisado la base de datos informatizada de la colección en busca de entradas correspondientes a ejemplares capturados en localidades situadas dentro de los límites del Parque o bien en el término municipal de alguno de los municipios que forman parte del mismo. Posteriormente, se ha revisado la correcta identificación de dichos ejemplares, actualizándose en su caso las novedades taxonómicas (que básicamente afectan al género Discoglossus y a Triturus pygmaeus, anteriormente considerado una subespecie de Triturus marmoratus).

2. Información publicada: básicamente la recogida en García-París et al., (1989) y Prieto (1991). Se ha determinado siempre que ha sido posible la procedencia de las citas recogidas en ambos trabajos con el mayor detalle posible.

3. Nuevos datos recogidos en muestreos llevados a cabo en dos periodos de tiempo: entre 1988 y 1995, y entre 1999 y 2001. La realización de los muestreos ha incluido:

– localización de puntos potenciales para la reproducción de anfibios: recorridos diurnos por áreas potencialmente interesantes y escuchas nocturnas de cantos.

– muestreos diurnos en puntos de reproducción potenciales para la obtención de datos sobre la presencia o ausencia de larvas. También se han muestreado el medio terrestre circundante en busca de ejemplares adultos escondidos en refugios.

– muestreos nocturnos por carretera para localización de adultos dentro y fuera del período reproductor (generalmente durante noches lluviosas, que los adultos de muchas especies aprovechan para dispersarse desde sus refugios de la época no reproductora hacia áreas próximas a sus zonas de reproducción o a la inversa).

– muestreos nocturnos en los puntos de reproducción para localización de adultos (especialmente urodelos) durante el período reproductor.

La información correspondiente a los resultados de los muestreos llevados a cabo entre 1988 y 2001 se ofrecen en mapas de distribución sobre retículo UTM de 5×5 Km.

2.2. Identificación mediante marcadores moleculares de las especies de Discoglossus presentes en el Parque

Como se ha comentado anteriormente, debido a la ausencia de criterios morfológicos para discriminar entre las dos especies de Discoglossus endémicas de la Península Ibérica (D. galganoi y D. jeanneae) es necesario emplear marcadores moleculares para diferenciarlas. En concreto, estudios previos (García-París y Jockusch, 1999) han mostrado la existencia de diferencias importantes entre ambas especies empleando una fragmento del gen mitocondrial del citocromo b de 385 pares de bases. Por ello, hemos seguido el mismo método para identificar las especies de Discoglossus presentes en el Parque.

Para ello, se han recogido muestras de tejido de ejemplares de Discoglossus en áreas próximas al Parque. En algunos casos no ha resultado necesario el sacrificio de ejemplares, bastando con la obtención de un pequeño fragmento de cola de una larva para obtener suficiente cantidad de ADN para los análisis. En otros casos, sin embargo, se han capturado ejemplares para llevar a cabo estudios más detallados de la posible zona de contacto entre D. galganoi y D, jeanneae en la Comunidad de Madrid por medio de electroforesis de proteínas, técnica que sí requiere el sacrificio de ejemplares.

Para la extracción de ADN de las muestras de tejido se realizó una digestión previa con proteinasa-K durante 2 días a 56ºC tras la cual se siguió un protocolo habitual de extracción con fenol-cloroformo. Para la amplificación del fragmento del citocromo b deseado se emplearon las secuencias cebadoras universales MVZ-15 y cyt-B2 (ver García-París y Jockusch, 1999). Las reacciones de amplificación incluyeron 40 ciclos de desnaturalización (1 minuto a 94ºC), hibridación (1 minuto a 50ºC), y elongación (1 minuto a 72ºC). Los productos amplificados fueron secuenciados en el Servicio de Secuenciación Automática del Centro de Investigaciones Biológicas (CSIC). Las secuencias obtenidas fueron comparadas con las secuencias de D. galganoi y D. jeanneae publicadas por García París y Jockusch (1999).

3. Resultados

3.1. Inventario preliminar de las poblaciones de anfibios

En las figuras 1 a 4 se presentan los mapas de distribución que resumen la información publicada hasta 1991 (García-París et al., 1989; Prieto, 1991). Los mapas 5 a 8 recogen citas nuevas obtenidas durante el periodo 1988-2001 (ver listado en Apéndices 2 y 3).
Listado de especies de anfibios presentes en el Parque:

Pleurodeles waltl

La mayor parte de los ejemplares depositados en la colección de Batracología del Museo Nacional de Ciencias Naturales han sido colectados en el embalse de Los Peñascales, en Torrelodones, fuera de los límites del Parque (Apéndice 1). García-París et al. (1989) recogen la presencia de la especie en los términos municipales de Boadilla del Monte, Brunete, Galapagar, Las Rozas, Valdemorillo y Villaviciosa de Odón (Apéndice 2, figura 1). Los muestreos llevados a cabo en los últimos años confirman una amplia presencia de esta especie en todo el Parque, que llega a ser localmente muy abundante en algunas zonas (Colmenarejo) (figura 5).

Las principales amenazas para la especie en la Comunidad de Madrid son la destrucción directa de medios de reproducción y las muertes por atropello de ejemplares durante las migraciones desde o hacia los medios de reproducción (Benzal y Salvador, 1998).

Triturus pygmaeus

Existen ejemplares de esta especie colectados en las localidades de Galapagar, Torrelodones y Valdemorillo depositados en la colección de Batracología del Museo Nacional de Ciencias Naturales. También se ha citado la presencia de la especie en los términos municipales de Collado-Villalba, Torrelodones y Valdemorillo (García-París et al., 1989, Apéndice 2, figura 1). En la actualidad esta especie es localmente abundante en la mitad norte del Parque. Especialmente numerosas son las poblaciones presentes en el término municipal de Colmenarejo, que amplían la distribución previamente conocida de la especie en el Parque (figura 5; ver también apartado sobre áreas importantes).

Las amenazas más importantes para la especie son la alteración y destrucción de medios de reproducción y del hábitat terrestre (Benzal y Salvador, 1998) .

Alytes cisternasii

En la colección de Batracología del Museo Nacional de Ciencias Naturales se encuentran depositados ejemplares procedentes de Torrelodones (Los Peñascales) y Valdemorillo (Apéndice 1). Por otra parte, García-París et al. (1989) citan la presencia de la especie en las cuadrículas VK-17, VK-18, VK-19 y VK-29 (figura 2). Muestreos recientes han permitido ampliar la distribución de esta especie en el Parque en la cuadrícula VK-16 (Arroyo de Sacedón) (figura 6). No obstante, cabe destacar que en general, se han
encontrado siempre bajos números de ejemplares adultos o en estado larvario. Además, está ausente en áreas potencialmente favorables que han sido ocupadas por especies introducidas (Lepomis, Procambarus…).

Los principales problemas que amenazan a la especie son la destrucción y alteración de medios de reproducción (especialmente por introducción de especies) y la destrucción de hábitat (Benzal y Salvador, 1998).

Discoglossus galganoi / Discoglossus jeanneae

En la colección de Batracología del Museo Nacional de Ciencias Naturales no se encuentra depositado ningún ejemplar colectado en alguna localidad dentro del Parque. Además, existen citas publicadas de la presencia de esta especie en los municipios de Valdemorillo y Villaviciosa de Odón (García-París et al., 1989, figura 2; Apéndice 2). Los muestreos recientes han ampliado la distribución conocida de la especie en el Parque (VK-26, figura 6; Apéndice 2).

A pesar de ser una especie capaz de emplear medios acuáticos de muy escasa entidad y con frecuencia cierto grado de contaminación, la destrucción de medios de reproducción es un factor limitante para la especie (Benzal y Salvador, 1998).

Pelobates cultripes

En la colección de Batracología del Museo Nacional de Ciencias Naturales se encuentran depositados ejemplares colectados en las localidades de Majadahonda, Sevilla la Nueva, Torrelodones y Villaviciosa de Odón (Apéndice 1). Además, existen citas publicadas de la presencia de esta especie en los municipios de Arroyomolinos, Las Rozas, Móstoles, Valdemorillo, Villanueva del Pardillo y Villaviciosa de Odón (García-París et al., 1989, figura 2; Apéndice 2). Los muestreos llevados a cabo entre 1988 y 2001 han ampliado ligeramente el área de distribución de la especie en el Parque (VK-17; figura 6).

Además de verse afectada por problemas comunes a otras especies de anfibios (alteración y destrucción de medios acuáticos, pérdida de hábitat), es una de las especies más afectadas por muerte de ejemplares por atropellos en carretera (Benzal y Salvador, 1998).

Bufo bufo

En la colección de Batracología del Museo Nacional de Ciencias Naturales se encuentran depositados ejemplares colectados en las localidades de Brunete, Torrelodones y Villanueva de la Cañada (Apéndice 1). Además, existen citas publicadas de la presencia de esta especie en los municipios de Galapagar y Valdemorillo (GarcíaParís et al., 1989, Apéndice 2; figura 3). Muestreos recientes han ampliado los límites de distribución de la especie en el Parque por la zona sur (figura 7, Apéndice 3).

La dependencia de la especie de medios apropiados para reproducirse (corrientes de aguas limpias y de escasa corriente o masas de aguas estancadas de cierta extensión, precisamente los más afectados dentro del Parque por contaminación e introducción de especies) limita seriamente las posibilidades de supervivencia a largo plazo de la especie. Hay que añadir además el fuerte impacto que supone la muerte por atropello de ejemplares (Benzal y Salvador, 1998).

Bufo calamita

En la colección de Batracología del Museo Nacional de Ciencias Naturales se encuentran depositados ejemplares colectados en la localidad de Villaviciosa de Odón (Apéndice 1). Además, existen citas publicadas de la presencia de esta especie en los municipios de Arroyomolinos, Brunete, Las Rozas, Móstoles, Valdemorillo, Villanueva del Pardillo y Villaviciosa de Odón (García-París et al., 1989, figura 3; Apéndice 2). Se ha ampliado en tres cuadrículas su área de distribución, especialmente en la mitad sur (VK14, VK-25 y VK-27, figura 7).

Afectada en menor medida por la pérdida de medios de reproducción debido a su capacidad de reproducirse en medios acuáticos de muy breve duración temporal. Sin embargo, es una de las especies más afectadas por el atropello de ejemplares (Benzal y Salvador, 1998).

Rana perezi

En la colección de Batracología del Museo Nacional de Ciencias Naturales se encuentran depositados ejemplares colectados en las localidades de Torrelodones y Villaviciosa de Odón (Apéndice 1). Además, existen citas publicadas de la presencia de esta especie en los municipios de Arroyomolinos, Boadilla del Monte, Brunete, Móstoles, Valdemorillo y Villaviciosa de Odón (García-París et al., 1989, figura 3; Apéndice 2). Es la especie más abundante en el Parque, recientemente se ha ampliado su área de distribución en el extremo sur del Parque (VK-14, figura 7).

Es una especie muy versátil en cuanto a que puede emplear una gran variedad de medios acuáticos para reproducirse. Además, es posiblemente la especie que mejor soporta la contaminación de medios acuáticos (que, junto con la introducción de especies –especialmente cangrejos-, parece ser la única limitación de la especie).

Especies cuya presencia en el Parque es probable:

Triturus boscai

No existe ningún ejemplar de esta especie colectado en el Parque o en sus alrededores depositado en la colección de Batracología del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Las citas más cercanas se encuentran en las localidades de Torrelodones (VK29; Los Camorchos), Valdemorillo (VK-08; manantial junto al pantano de Valmayor, García-París et al., 1989) y El Escorial (VK-19; Embalse de los Arroyos, Prieto, 1991; ver figuras 4 y 8). Sin embargo, aún no se ha conseguido localizar poblaciones de esta especie (Catalogada como “De Interés Especial” en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de la Comunidad de Madrid) dentro de los límites del Parque. La existencia de condiciones favorables para la especie en algunas zonas dentro del término municipal de Colmenarejo, unida a la cercanía de las poblaciones citadas anteriormente, hacen pensar que podría detectarse su presencia en futuros muestreos.

Hyla arborea

No existe ningún ejemplar de esta especie colectado en el Parque o en sus alrededores depositado en la colección de Batracología del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Existen citas próximas en los términos municipales de Collado-Villalba y Valdemorillo (ver figuras 4 y 8). Sin embargo, y pese a la existencia de medios favorables para la especie en algunas zonas (Colmenarejo, por ejemplo), aún no se han detectado poblaciones dentro de los límites del Parque.

3.2. Identificación mediante marcadores moleculares de las especies de Discoglossus presentes en el Parque

Se han obtenido muestras de ejemplares de Discoglossus de las siguientes localidades (todas ellas se encuentran fuera de los límites del Parque, aunque en sus proximidades):

La primera localidad se encuentra en el término municipal de Villanueva de Perales. Se trata de un manantial localizado junto a la carretera M-501 a la altura del puente sobre el río Perales (UTM: VK-0369). La segunda es un pequeño arroyo localizado a las afueras de Navalagamella (UTM: VK-07). Finalmente, la tercera corresponde al Arroyo del Huerto entre las localidades de Casarrubios del Monte y Chozas, en el término municipal de El Viso de San Juan (Toledo) (UTM: VK-1544).

El análisis de las secuencias parciales (385 pares de bases) del citocromo b del ADN mitocondrial de los ejemplares procedentes de estas poblaciones (1 ejemplar por población) y su comparación con secuencias publicadas del mismo fragmento correspondientes a Discoglossus galganoi y D. jeanneae (García-París y Jockusch, 1999, disponibles en GenBank: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/Genbank) permiten identificar a todas las poblaciones examinadas como correspondientes a la especie D. galganoi (99100% de similitud entre secuencias). Considerando que todas estas poblaciones se encuentran en la ribera oeste del Guadarrama y que la población más cercana de la ribera este para la que se dispone de información (Rivas-Vaciamadrid) corresponde a D. jeanneae (García-París y Jockusch, 1999), podemos inferir la posible existencia de una zona de contacto entre ambas especies cuyo eje sería el curso del río Guadarrama.

3.3. Áreas importantes para la conservación de los anfibios en el Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama y su entorno

1. Colmenarejo.
Dentro del término municipal de Colmenarejo se encuentra una de las áreas de mayor interés para los anfibios dentro del Parque. La mayoría corresponde a charcas temporales de moderado tamaño y origen artificial, generalmente de uso (al menos en su origen) como abrevaderos de ganado. Una parte importante del valor del área reside en el papel que pueden desempeñar poblaciones en buen estado de conservación como las que aquí se encuentran en la dinámica poblacional de la especie a una escala geográfica más amplia. Hay que resaltar que las poblaciones localizadas al norte del Parque de muchas especies, como P. waltl, T. pygmaeus, A. cisternasii, P. cultripes o B. bufo se encuentran actualmente severamente fragmentadas debido a la pérdida de hábitat terrestre y de medios de reproducción que acompaña al crecimiento urbanístico que ha experimentado esta zona (municipios de Galapagar, Torrelodones, Villalba o Alpedrete, por poner sólo algunos ejemplos) en las últimas décadas (Barbadillo y García-París, 1991).

Se realizaron varias visitas a lo largo de 2001 (ver listado de citas en Apéndice 3). A continuación se amplía la información sobre algunas de las charcas muestreadas.

1. Los Escoriales (VK-1488). Se han localizado las siguientes especies de anfibios: P. waltl, T. pygmaeus, P. cultripes, B. bufo, B. calamita y R. perezi. Algunas de ellas se encuentran en altas densidades, como T. pygmaeus o P. cultripes (se han llegado a contabilizar 110 ejemplares concentrados en un área de apenas 6 metros cuadrados, comunicación personal: Asociación Proyecto Verde de Colmenarejo). La charca reúne unas condiciones muy favorables para la presencia de Hyla arborea, pese a lo cual no ha sido observado ningún ejemplar. En los alrededores de esta charca se localizó un pilón en el cual, probablemente debido a la presencia de peces introducidos, no se ha observado la presencia de ninguna especie de anfibio. Al parecer, esta charca se verá afectada por la próxima construcción de urbanizaciones en los alrededores de la Universidad Carlos III.

2. Las Cercadas del Huerto (VK-1488). Se han localizado las siguientes especies de anfibios: T. pygmaeus, B. calamita, P. cultripes y R. perezi. En los alrededores de esta charca se localiza una charca y unos pilones en los que no se detectó la presencia de anfibios, aunque sí se observaron altas densidades de ejemplares de cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii). Este problema, potencial y actualmente grave, parece ser frecuente en los medios acuáticos localizados en Colmenarejo.

3. Camino del Rey (VK-1288). Tres charcas empleadas como abrevaderos de ganado donde se ha registrado la presencia de P. waltl, T. pygmaeus, B. calamita y R. perezi.

4. Charcas del Navazo (VK-18). En esta zona existen varias charcas temporales, un manantial que reúne condiciones muy favorables para la presencia de Discoglossus galganoi (pero donde se ha registrado la presencia de peces introducidos), y una laguna artificial. Se localizaron las siguientes especies: P. waltl, T. pygmaeus, P. cultripes, B. cala – mita y R. perezi.

Se han encontrado 6 especies de anfibios dentro del término municipal de Colmenarejo: P. waltl, T. pygmaeus, P. cultripes, B. bufo, B. calamita y R. perezi. En general, todas ellas presentan poblaciones fuertes con abundantes efectivos a excepción de B. bufo. Si bien pueden observarse ocasionalmente ejemplares adultos, la progresiva pérdida de medios favorables para la reproducción de la especie (una tendencia apreciable a nivel nacional) hace que sea una especie cada vez más rara. De hecho únicamente se conoce su reproducción en la presa del Aulencia (embalse de Valmenor), que actualmente sufre los problemas derivados del vertido de lodos de la potabilizadora de Valmayor y las aguas residuales de Colmenarejo (además de la presencia de peces introducidos).

El valor de la zona no se limita a la existencia de un número relativamente alto de especies de anfibios incluso tratándose de un inventario preliminar, sino que también reúne condiciones para el asentamiento de otras especies que aún no han sido localizadas dentro del municipio de Colmenarejo:

Triturus boscai : las citas más próximas se encuentran en Valmayor y El Escorial (García-París et al., 1989). En Colmenarejo existen enclaves favorables para esta especie, a pesar de lo cual no ha podido ser localizada. La presencia de cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii) en medios acuáticos de escasa entidad, como los que suele emplear T. boscai podría estar relacionada con su ausencia de la zona. Considerando que el tritón ibérico está catalogado como especie “De Interés Especial” en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas sería recomendable llevar a cabo un estudio más detallado sobre esta especie.

Alytes cisternasii : citada en la zona por García-París et al. (1989), su presencia no ha podido ser confirmada. Esta especie parece estar sufriendo un fuerte retroceso generalizado en Madrid, especialmente en el pie de la Sierra, por lo que es recomendable también un seguimiento más detallado de la especie en el área de estudio.

Discoglossus galganoi : especie citada en cuadrículas vecinas por García-París et al. (1989), su presencia en la zona es muy probable, si bien al emplear también zonas encharcadas o de poca profundidad para reproducirse puede haberse visto también afectado por la presencia de cangrejos introducidos.

Hyla arborea : existen poblaciones abundantes en Zarzalejo, Valdemorillo y El Escorial. Su ausencia en Colmenarejo, a pesar de la existencia de lugares idóneos para la reproducción de esta especie (p. ej., la charca de Los Escoriales) podría reflejar la tendencia negativa general que experimentan las poblaciones de esta especie localizadas en la zona basal de la sierra (la más afectada por la presión urbanística en los últimos años). Esta tendencia negativa ha justificado que esta especie esté catalogada como “Vulnerable” en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas.

4. Conclusiones. Elaboración de propuestas para el manejo y la gestión de las poblaciones de anfibios del Parque

Se ha detectado la existencia de poblaciones de al menos 8 especies de anfibios dentro de los límites del Parque, cifra que podría llegar a las 10, incluyendo especies de gran interés desde el punto de vista de la conservación como T. boscai, o H. arborea, catalogadas como “De Interés Especial” y “Vulnerable”, respectivamente, en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de la Comunidad de Madrid. Esta diversidad, unida al buen estado que presentan algunas poblaciones de otras especies mejor distribuidas como P. waltl o P. cultripes, hace que pueda considerarse a esta zona como de un interés especial en cuanto a su fauna de anfibios, especialmente en la mitad norte del Parque.

Principales factores limitantes para las poblaciones de anfibios del Parque detectados:

– Desaparición de medios acuáticos: algunos ejemplos se han citado en Barbadillo y García-París (1991).
– Alteraciones en los medios acuáticos: en este apartado se incluyen tanto la contaminación de cursos de agua por vertidos procedentes de urbanizaciones próximas, el vertido de escombros en charcas, y la introducción de especies depredadoras de huevos y larvas de anfibios como algunos peces y crustáceos. Se ha observado la presencia de cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii), gambusia (Gambusia affinis) y perca-sol (Lepomis gibbosus) en múltiples puntos de agua que reúnen condiciones apropiadas para la reproducción de varias especies de anfibios.

Si bien el impacto generado por alguno de estos factores (presencia de cangrejos y peces introducidos en algunas charcas) es puntual y afecta sólo a algunas poblaciones concretas (aunque por el momento son problemas de difícil resolución), el principal problema que amenaza a las poblaciones de anfibios, en especial en las áreas centro y norte del Parque, es el desmedido crecimiento urbanístico, que ya ha producido descensos acusados en especies como T. pygmaeus, T. boscai, A. cisternasii, B. bufo o H. arborea en otras áreas cercanas como Galapagar, Villalba, etc. Por ello, además de la correcta regulación de los vertidos que sufren muchos cauces dentro del Parque, resulta muy recomendable la adopción de alguna medida de protección especial para los medios acuáticos temporales y de pequeña extensión. Éstas masas de agua quedan generalmente excluidas de políticas de gestión del territorio a mayor escala a pesar de la importancia que representan para muchas especies de anfibios (especialmente si consideramos que, dada la extendida presencia de peces y cangrejos introducidos en los medios acuáticos permanentes en la Comunidad de Madrid, suelen ser los medios temporales los únicos disponibles). Debe prestarse también especial atención al mantenimiento de corredores naturales entre charcas en los planes urbanísticos que afecten directa o indirectamente a estas zonas. Hay que recordar que no sólo se trata de no destruir directamente puntos de reproducción, sino de favorecer la conexión entre los ya existentes (mediante corredores o creación de nuevas charcas en lugares adecuados) con el fin de asegurar la supervivencia a largo plazo de las poblaciones de anfibios. Una charca puede mantener densidades elevadas de varias especies, pero si está aislada, cualquier alteración puntual puede producir la extinción de todas ellas en la zona en un corto plazo de tiempo sin que pueda producirse recolonización desde núcleos próximos.

5. Agradecimientos

Queremos agradecer especialmente la colaboración del grupo “Proyecto Verde”, de Colmenarejo, y en especial a Carlos, Elvira y Roberto por su ayuda en la localización de charcas y realización de algunos muestreos, así como la aportación de información de gran valor acerca de los anfibios de Colmenarejo. J. Enrique González facilitó la consulta del material depositado a su cargo en la Colección de Batracología del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC).

6. Bibliografía

Alford, R. A.; Richards, S. J. 1999. Global amphibian declines: a problem in applied ecology. Annual Review of Ecology and Systematics, 30: 133-165.
Barbadillo, L. J.; García-París, M. 1991. Problemas de conservación de los anfibios en España. Quercus, 62: 20-25.
Benzal, J.; Salvador, A. 1998. (Eds.). Plan de acción de los anfibios y reptiles de la Comunidad de Madrid. Comunidad de Madrid-Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC). Informe inédito.
Blaustein, A. R.; Wake, D. B. 1990. Declining amphibian populations: a global phenomenon?. TREE, 5: 203-204.
Bosch, J.; Martínez-Solano, I.; García-París, M. (2001). Evidence of a chytrid fungus infection involved in the near disappearance of the Midwife toad in protected areas of central Spain (Anura: Discoglossidae). Biological Conservation.
García-París, M.; Jockusch, E. L. 1999. A mitochondrial DNA perspective on the evolution of Iberian Discoglossus (Amphibia: Anura). Journal of Zoology, London, 248: 209-218.
García-París, M.; Martín, C.; Dorda, J.; Esteban, M. 1989. Atlas provisional de los anfibios y reptiles de Madrid. Revista Española de Herpetología, 3(2): 237-257.
García-París, M.; Martín, C.; Dorda, J. & Esteban, M. (1989): Atlas provisional de los anfibios y reptiles de Madrid. Revista Española de Herpetología, 3(2):237-257.
Houlahan, J. E.; Findlay, C. S.; Schmidtt, B. R.; Meyer, A. H.; Kuzmin, S. L. 2000. Quantitative evidence for global amphibian population declines. Nature, 404: 752755.
Prieto, J. 1991. Nuevas cuadrículas para el Atlas de anfibios y reptiles de Madrid. Boletín de la Asociación Herpetológica Española, *: 20-21.
Wake, D. B. 1991. Declining amphibian populations. Science, 253: 860.

(Para descargar documento Acrobat (PDF) pulse aquí)

Atlas Ornitológico del Parque Regional del Río Guadarrama y su Entorno

En 2001, al poco de ocupar la dirección del parque regional D. José María González Alcalde, emprende la tarea de elaborar diversos estudios sobre fauna y flora que permitan redactar un PUG (Plan de Uso y Gestión) perfectamente adaptado a la realidad ecológica de cada rincón del parque.

La necesidad de estos estudios es imperiosa, ya que todo lo que hasta la fecha se había hecho —entre otras cosas los estudios encaminados a la declaración del parque y el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN)— no había contado prácticamente con trabajos de campo, limitándose a simples compilaciones bibliográficas de trabajos con bastantes años a sus espaldas. Era necesario, pues, conocer con precisión lo que había, para poder redactar un PUG como es debido, orientado a conservarlo, incrementarlo y defenderlo.

Proyecto Verde tiene noticia de este interés de la dirección del Parque a través de uno de nuestros socios, Ángel, un magnífico ornitólogo que a su vez mantiene una estrecha relación con Grefa (Grupo para la Recuperación de la Fauna Autóctona), ya que es algo así como su “anillador oficial”. Nosotros también mantenemos una buena relación con Grefa a través de Fernando Garcés, de manera que entre todos diseñamos un proyecto de Atlas Ornitológico del Parque y se lo presentamos a su director, que nos encarga el trabajo. Simultáneamente, se presenta un proyecto para el estudio de mamíferos, otro para la conversión de las instalaciones de la presa de Valmenor en una estación biológica permanente, y más tarde, cuando llegan a nuestro pueblo —y a nuestra asociación— dos magníficos botánicos, Nico y Ana, les animamos para que realicen un proyecto para el estudio de la flora del parque, lo presentamos, y también se les encomienda el trabajo.

Un trabajo exhaustivo

La realización del Atlas Ornitológico del Parque implica movilizar a varios expertos en aves, que tienen que realizar un trabajo de identificación con una metodología científica preestablecida. Para ello utilizan transeptos (recorridos fijos en los que se debe invertir un tiempo determinado y realizados a unas horas concretas). Estos transeptos se repiten varias veces en primavera-verano y en otoño-invierno. En el primer caso, se obtienen datos sobre las aves que nidifican y crían en las diferentes zonas del parque (nidificantes), y en el segundo caso de aquellas que pasan el invierno entre nosotros (invernantes). Muchas coinciden, es decir, pasan todo el año en el mismo lugar, pero otras muchas son migratorias, y al final del verano emigran hacia el sur para volver en primavera a criar.
Para la realización de este trabajo se van a emplear 3 años: del 2001 al 2003. Como se ha empezado por el norte del parque, todo lo referente a Colmenarejo está terminado, y se puede consultar en Aves Invernantes y Aves Nidificantes. Los datos de campo obtenido por el grupo de ornitólogos, dirigidos por nuestros socios Ángel y Juan Carlos, se han enriquecido con observaciones contrastadas efectuadas durante los maratones ornitológicos de 2000, 2001 y 2002.
En su momento, se hizo un llamamiento a través de la prensa para que todo aquel que estuviera interesado en acompañar a los ornitólogos en sus salidas, pudiera hacerlo. Solo Pamela se atrevió a compartir con ellos esos horarios infernales y esas caminatas interminables, y sabemos que le ha merecido la pena. Salir al campo con un experto es una experiencia que merece la pena.

Estudio de un punto negro de atropello de anfibios

La AHE (Asociación Herpetológica Española) dio la voz de alarma a los grupos ecologistas de la zona, respecto a una posible zona de atropello de anfibios en el tramo de carretera comprendido entre el dique de Valmayor y un kilómetro más allá, en dirección a Valdemorillo. Se trataba de realizar una prospección en este tramo de carretera, durante la noche (momento de la migración de sapos), en días lluviosos o con suficiente humedad como para que los animales se decidieran a viajar. El trabajo de campo se realizó entre miembros de Villalba Ecológica, la AHE y Proyecto Verde. De paso, se rogaba obtener muestras de tejido de los sapos atropellados para un estudio genético que estaba realizando el Museo de Ciencias Naturales con el fin de determinar las zonas de distribución de determinadas subespecies. El estudio se realizó en febrero de 2001 y, afortunadamente, fue un pequeño fracaso, es decir, que apenas aparecieron casos de sapos atropellados. No obstante, y a pesar de que en esa zona y en ese año no hubiera atropellos, la evolución de las poblaciones de sapo común (Bufo bufo) principalmente, están sufriendo un retroceso generalizado en toda la Comunidad de Madrid, situando esta especie al borde del peligro de extinción.

Catálogo Florístico del Parque Regional del Guadarrama

La llegada a nuestra asociación de dos biólogos expertos en flora, nos lleva a animarles a preparar y presentar al Director del Parque Regional un proyecto para la realización en un periodo de cuatro de un Catálogo Florístico, imprescindible para poder hacer una adecuada política de uso y gestión de los recursos naturales de este entorno.

Presentamos la propuesta de estos excelentes biólogos —Nicolás López y Ana Gutiérrez— a los responsables del Parque Regional, que no dudan ni un segundo en encomendarles este delicado trabajo.

El estudio completo abarcará cuatro años, de los que se ha cumplido el primero. Por tanto, de momento no podemos ofrecer datos sobre la marcha de estos estudios.

El desbroce de las riberas del Aulencia

El río Aulencia, en su camino hacia su desembocadura en el Guadarrama (fuera del término de Colmenarejo, pero a escasa distancia de su linde con Villanueva del Pardillo y Valdemorillo), encuentra a su paso el embalse de Valmayor, que capta sus aguas, más bien escasas aunque artificialmente acrecentadas por las aguas procedentes de la depuradora de El Escorial. Su salida se produce a la altura del dique de Valmayor, en lo que era su camino natural. El caudal en este punto, mínimo ya que casi todo el agua se aprovecha para consumo humano, se ve acrecentado aguas abajo por los aportes de la planta potabilizadora y por las aguas residuales de Colmenarejo. Los primeros han estado durante 25 años asociados a los lodos contaminantes procedentes de la potabilización, y las segundas están aún sin depurar. Con este panorama, es fácil imaginarse cuál es la calidad del agua que lleva este río, una vez rebasada la confluencia con el arroyo de La Peralera, portador de todos nuestros residuos.

Algún kilómetro aguas abajo de este punto, el agua se remansa por la presencia de la presa de Valmenor, o Presa Vieja. Este embalse retiene la mayor parte de residuos contaminantes y el agua que rebosa de su dique está algo más limpia (no mucho más). En verano, el olor en este, antaño, bellísimo embalse es nauseabundo. La descomposición de todas las materias fecales y lodos produce grandes cantidades de metano, que burbujea en la superficie. Pero la Naturaleza posee una enorme capacidad de regeneración, increíble en muchos casos. La pendiente que el río tiene que salvar, garantiza una agitación y oxigenación de las aguas, lo suficientemente intensa como para que unos cientos de metros más abajo, la concentración de oxígeno sea aceptable. Y con el oxígeno llega la oxidación y neutralización de muchos contaminantes, a la vez que permite la respiración a multitud de organismos.

A dos o tres kilómetros del embalse, cuando el Cañón del Aulencia se abre a la llanura que da paso a los campos de cultivo del Pardillo y La Cañada, la fauna presente en el río Aulencia es bastante sorprendente para un río que, a solo dos kilómetros, exudaba metano. Y en esta milagrosa recuperación, tiene mucho que ver la vegetación.

El bosque de galería

Se denomina “bosque de galería” a esos sotos fluviales en que la densa vegetación forma una bóveda sobre el cauce, de forma y manera que éste es prácticamente invisible. Sabemos que existe un río por la cartografía y el serpenteante cordón de verdor que recorre la llanura, pero nada más. Este era —y en buena parte sigue siendo— el tipo de bosque de ribera que tenía el Aulencia a su paso por nuestro municipio. La vegetación actúa en una múltiple vertiente: por un lado, evita la insolación excesiva del agua, que conllevaría un descenso peligroso del contenido de oxígeno. Además, retiene y filtra gran cantidad de desperdicios y contaminantes, y finalmente, protege las riberas de la erosión, manteniendo un agua limpia de lodos y tierra en suspensión. Con la vegetación llega la fauna. Desde los que se alimentan de ella hasta los depredadores. Incluso animales como el zorro, se aprovechan de las cosechas de mora y escaramujo silvestre, tan abundante en estos sotos. Además, este corredor biológico natural, es la autopista de los intercambios genéticos de las especies. Gatos monteses, zorros, turones, galápagos, ginetas, etc, aprovechan el anonimato que brinda su espesura para colonizar nuevos territorios. Y buena parte de las pequeñas aves migratorias no serían capaces de desplazarse a sus cuarteles de invierno si no fuera por estos sotos, que les permiten recorrer, de salto en salto y rama en rama distancias que de un solo tirón serían incapaces de atravesar.

Y con la riqueza botánica y biológica llegan los grandes vertebrados: el búho real, el gato montés, la nutria (hasta no hace mucho)… incluso el lince ha podido en tiempos no muy lejanos visitar nuevos cazaderos utilizando estos corredores naturales.

Llegan la sierras

A finales de marzo de 2000, la Consejería de Medio Ambiente encomienda a la empresa Tragsa (un gigante empresarial, con ramificaciones en casi todas las administraciones y partidos políticos, y con una historia y actividad a sus espaldas que suscita muchas dudas a muchas personas y colectivos) la limpieza de las riberas de los ríos Guadarrama y Aulencia comprendidas en el Parque Regional. Cuando la actividad llega a Colmenarejo, es detectada por nuestros socios y salta la voz de alarma: No se está limpiando el río; simplemente se está destruyendo el bosque de ribera.

Tratamos de entrar en contacto con la administración responsable, pero sin éxito (en aquel entonces nadie sabe en la Comunidad de Madrid qué es Proyecto Verde). Entonces enviamos un escrito a la alcaldesa de Colmenarejo para que se lo haga llegar al Director General del Medio Natural (carta Alcaldesa). La alcaldesa se pone en contacto con la Comunidad de Madrid y les hace llegar un escrito nuestro, denunciando la improcedencia de las obras y la destrucción de un entorno de gran interés ecológico. El director general nos remite un informe técnico de los responsables, informe que no tiene desperdicio y que nos da pie para elaborar un completo dossier, que presentamos personalmente a D. Juan del Álamo, Director General del Medio Natural (hoy Viceconsejero de Medio Ambiente). En esa entrevista se consigue que la Comunidad de Madrid de marcha atrás, se detengan completamente los trabajos de limpieza en el Aulencia, y los que se realicen en otros puntos del Guadarrama se limiten a la limpieza de suciedad y basuras y sean supervisados por expertos de Ecologistas en Acción, Adena y Proyecto Verde, como así fue.

Además, logramos el compromiso de la Administración de organizar unas Jornadas científicas sobre “tratamiento de riberas” destinadas a técnicos y personal de la propia Consejería, como también así se hizo.

El dosier que motiva esta radical rectificación de la Comunidad de Madrid (informe Aulencia) moviliza unos recursos humanos sin precedentes. Logramos el apoyo y la colaboración no solo de miembros muy cualificados de nuestra asociación y de otros colectivos ecologistas, como Ecologistas en Acción y Adena, sino de de los principales —y escasos— expertos en esta materia: Alberto Fernández Lop, Marta González del Tánago, Agustina Sterling, Eugenio Rico y Francisco Lara.
Las consecuencias que esta limpieza habría podido tener para el ecosistema del Aulencia habrían sido terribles, y hubieran supuesto en la práctica la destrucción de este bosque de galería, uno de los últimos de toda la comunidad de Madrid.
Aún hoy, aquellos que se acerquen al sur del municipio, pueden observar cómo un tramo del río es perfectamente accesible debido a la destrucción de su vegetación, algo que antes solo podía realizarse en dos o tres puntos de su trayecto. Aguas arriba, en dirección al Cañón del Aulencia, se advierte el punto en el que fueron detenidos estos desbroces, salvando así el hábitat de numerosas especies de aves, mamíferos, reptiles y anfibios.

La regeneración natural de zarzas y vegetación palustre conducirá en un plazo de pocos años a recuperar la zona afectada.

Informe sobre la limpieza en el Aulencia

INFORME SOBRE LA LIMPIEZA

EFECTUADA POR LA DIRECCIÓN

GENERAL DEL MEDIONATURAL DE LA

COMUNIDAD DE MADRID, EN EL TRAMO

DE RIBERA COMPRENDIDO ENTRE EL

CAÑÓN DEL RÍO AULENCIA Y EL

ARROYO VALBELLIDO

(TÉRMINO DE COLMENAREJO)

(El informe original se acompaña de un extenso

dossier fotográfico que por cuestiones de espacio

no podemos reproducir en esta Web).

ALGUNAS CONSIDERACIONES PREVIAS

SOBRE LAS FUNCIONES DE LOS SOTOS

La determinante de la sucesión dinámica del ecosistema de ribera son las fluctuaciones del régimen hidrológico de los ríos. Si se alteran las condiciones naturales mediante la regulación de los caudales se produce una limitación en el aporte de sedimentos fértiles a las vegas que anula la dinámica sucesional de los sotos.

Entre otras funciones los sotos elevan la riqueza de especies y la heterogeneidad

paisajística y aumentan la diversidad.

Se comportan como hábitats de descarga evaporativa de agua subterránea en áreas de clima árido o semiárido( Gonzalez Bernáldez et al, 1985). Ello tiene que ver con la presencia y mantenimiento del microclima característico húmedo y fresco.

CRITERIOS DE CONSERVACIÓN APLICADOS A LOS SOTOS.

  • función ecológica en los ciclos vitales de especies higrófilas
  • fragilidad (la fragilidad evalúa la sensibilidad de las especies silvestres a cambios

ambientales)

  • fragmentación
  • conectividad
  • representatividad
  • rareza
  • riqueza de especies, diversidad de hábitats, valor potencial para la vida silvestre
  • valores estéticos relacionados con las preferencias paisajísticas humanas

POSIBLES ALTERACIONES PRODUCIDAS POR LOS TRATAMIENTOS REALIZADOS EN EL TRAMO DEL RIO

AULENCIA OBJETO DEL DIAGNÓSTICO

1) Perturbación en la demanda actual de los requerimientos de los ciclos vitales de las especies de fauna y flora higrófilas (alimentación, reproducción, apareamiento, migración y nidificación). Posible desaparición de especies presentes.

2) La fragilidad del medio inducida por la regulación del caudal en su cabecera debido al embalsamiento del agua así como el cambio en la dinámica sucesional derivada del mismo, se ve potenciada por fenómenos más localizados como los producidos por los tratamientos de “regeneración de márgenes de la ribera” realizados.

Este tipo de tratamientos forestales altera el sistema de refugios arbustivos y arbolados para la fauna. Modifica las condiciones de insolación al modificar la cobertura vegetal, sustituyendo las poblaciones existentes por otras de tipo fotófilas y nitrófilas.

La evaluación de los daños mediante muestreo de la presencia de especies orníticas no es recomendable, siendo preferible una estima de la riqueza de especies (Usher,1986).

En este sentido es recomendable ser prudentes y reconocer la ignorancia sobre la función ecológica que desempeñan los pequeños organismos como piezas de ensamblaje entre las interacciones de organismos mayores. Sin embargo considerando que, de 1.100.000 especies animales existentes en nuestro planeta el 92% son invertebrados, frente a un 5% de vertebrados, es evidente que perdemos más diversidad biológica con la pérdida de tan sólo el 1% de los invertebrados que con el 20% de los vertebrados ( Herrera, 1989).

FUNCIONES DE LOS SOTOS

Los sotos se identifican fácilmente en el paisaje por constituir una arboleda a la largo de la orilla de un río. Se habla de bosques de ribera o de galería cuando el aumento de la arboleda cubre superficies amplias de depósitos aluviales permitiendo la coexistencia de un mayor número de especies que se distribuyen en franjas paralelas a la orilla en función de sus requerimientos fisiológicos y de interacciones intra e interespecíficas.

En los sotos menos alterados se puede reconocer una estratificación horizontal característica.

La estructura de los sotos está condicionada entre otros factores por la naturaleza del sustrato, siendo determinante en la sucesión dinámica del ecosistema las fluctuaciones producidas por el régimen hidrológico.

Los sotos actúan modificando las características climáticas locales debido al alto nivel de humedad relativa producida por la contínua evapo-transpiración desde las superficies vegetales y el suelo. Elevan la riqueza de especies, la heterogeneidad paisajística y aumentan la diversidad.

La vegetación de ribera desempeña una función primordial frente a la erosión fluvial desarrollando un denso sistema de raíces que traba los aportes de los sedimentos arrastrados por el río o procedentes de las laderas vertientes de forma que se favorece su estabilización. Determinadas especies de sauces son, además, elementos activos al provocar la deposición de la carga de sólidos que el río transporta. Al sufrir el embate directo del agua, añaden al freno de la orilla y de las paredes del cauce un componente de rugosidad, producido por las ramas bajas, que disminuye la velocidad de la corriente y su energía potencial, frenando el arrastre y facilitando la deposición. (Monserrat, 1982).

Las plantas ejercen un efecto amortiguador al evitar la llegada de partículas en suspensión a las aguas, hecho que produciría un incremento de la turbidez a la vez que controlan la llegada de nutrientes. Los bosques de galería impiden la llegada de los rayos de sol de forma directa, evitando un sobrecalentamiento y reduciendo las oscilaciones térmicas excesivas, tanto estacionales como diarias (Samuel, Lee, 1976).

La entrada energética en forma de materia orgánica procedente sobre todo de las ramas y hojas de los árboles y arbustos de la ribera es mucho más importante que la producción primaria autóctona (Mann, 1975). La vía heterótrofa de los ríos de poca envergadura tiene un papel preponderante frente a la autótrofa

PRIMERA PARTE

CONSIDERACIONES TÉCNICAS Y CIENTÍFICAS

En el presente informe científico se describen someramente únicamente las observaciones efectuadas en visitas realizadas durante el mes de abril a la ribera del río Aulencia, así como las especies que de modo constatado por nosotros viven y crían en la zona, haciendo una primera valoración de los daños que se derivan de los trabajos de roza, clareo y poda llevados a cabo por la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid. Dichos trabajos han pretendido convertir un hábitat ribereño a proteger en una zona ajardinada y de esparcimiento —contradictorio con los objetivos marcados por la legislación vigente— lo que afecta a corto plazo a la cría y cobijo de algunas especies, y que posiblemente incidirá a medio y largo plazo sobre el ecosistema.

Efectos sobre la vegetación

El informe, remitido a la asociación Proyecto Verde vía Excmo. Ayuntamiento de Colmenarejo el 17 de Abril de 2000, por el Director General de Medio Natural, D. Juan del Álamo Jiménez, y firmado por D. José Luis García y D. Rafael Mosquera, intenta justificar la limpieza realizada en un tramo de las riberas del río Aulencia, calificándola de acción altamente beneficiosa para el medio, especialmente para las especies vegetales.

El tramo de bosque de ribera del río Aulencia que nos ocupa estaba formado fundamentalmente por árboles como los fresnos (Fraxinus angustifolia), sauces (Salix alba, S. atrocinerea, S. salvifolia), chopos (Populus nigra) y olmos (Ulmus minor). Había además numerosos arbustos y herbáceas tales como las zarzas (Rubus ulmifolius), majuelo (Cra -taegus monogyna), rosales silvestres (Rosa sp.), eneas (Arundo donax) y tifas (Typha dominguensis), juncos (Juncus sp.), así como el saúco (Sambucus nigra) que es una especie protegida. Muy cercanas al cauce y objeto también de tratamiento han sido las encinas (Quercus ilex ssp. ballota).

Todas estas especies han sufrido poda intensiva y, en algunos casos, su total desaparición en el tramo de río afectado por las obras. Se han eliminado ramas primarias de todas las especies mencionadas y, en ocasiones, pies enteros. Se han observado tocones vivos de árboles —Sambucus nigra (ver Anexo fotográfico) yPopulus nigra de gran tamaño. También se ha constatado la poda de ramas de encina de gran calibre (ver Anexo fotográfico), así como ramas primarias e incluso algún pie aislado de alguna encina joven.

Las zarzas, que constituyen el principal arbusto del soto, han sido cortadas a ras de suelo, al igual que algunos saúcos.

Un estudio detallado de este lugar, realizado el 5 de abril por miembros de la asociación ARBA, refleja la siguiente relación de especies de flora observadas en la zona (UTM 30TVK143833):

Alissum sp. Bellardia triago Epilobium sp.  
Alliaria petiolata Brionia dioica Erodium sp. Jasmirrum fruticans
Anagallis arvensis Calendula tripterocarpa Erophila verna Juncus sp.
Andryala integrifolia Carex sp. Ficus carita Juniperus oxycedrus
Arceutobium oxyce&ii Centrantus calcitrapa Fraxinus angustifolia Lamium amplexicaule
Aristolochia tonga Cheilantes acrostica Fumaría sp. Lamium purpureum
Arnoseris mínima Cinoglossum Genista hirsuta Lampsana communis
Arum italicum cheilantifolium Geranium lucidum Lavandula stoechas
Arundo donax Crataegus monogyna Geranium robertianum Lemna menor
Asparagus officinalis Daphne gnidium Geranlum rotundifoltum Lonicera sp. (dos)
Asplenium ceterach Digitales thapsi Hepatica sp.(semisumergida) Lupinus hispanicus(semisumergida)

 

  Osyris alba Rubus ulmifolius Scrophularia sp.
Jasminum fruticans Papaver sp. Thypha dominguensis Sedum caespitosum
Juncos sp. Parentucelia latifoila Rumex acetosa Silene alba
Juníperos oxycedrus Phagnalom rupestre Rumexbucephalophorus Silene dioica
Lamium amplexicaule Phyllirea angustifolia   Sisymbrium runcinatum
Lamium purpureum Picris sp. Rumex sp. Spergularia sp. (rubra)
Lampsana communis Pistacia terebintus Ruscus aculeatus Thymus mastichina
Lavandula stoechas Plantago afro Ruta graveolens Trifolium subterraneum
Lemna minor Plantago lagopus Salix alba Ulmus minor
Lonicera sp. (dos) Platicapnos sp. Salix atrocinerea Umbilicus rupestres
Lupinos hispanicus Populus negra Salix salvifolia Urtica dioica
Mentha sp. Quercus ballota Sambucus nieta Urtica minor
Ornitopus compressum Reseda luteola Sanguisorba minor Vicia sp.
Ornitopus perpussillus Retama sphaerocarpa Santolina sp. Viola kitaiveliana
Orobanche rapumgenistae Rhamnus lycioides Seolimus hispanicus  
  Rosa sp. Scrophularia sp.  

 

 

Efectos sobre la fauna

La destrucción de parte de la masa vegetal de las orillas del río, lleva asociada una perturbación sobre todos los animales que allí viven, bien sea porque constituye su refugio, fuente de alimento, o lugar de cría. Todo esto es más grave si, como en el caso que nos ocupa, las especies se encuentran protegidas por la ley.

Para la realización del “Plan de Ordenación de los Recursos Naturales para el curso medio del río Guadarrama y su entorno” editado por la Comunidad de Madrid, se llevaron a cabo trabajos de campo y bibliográficos gracias a los cuales se realizó una lista de la fauna existente en el río Aulencia. Destacamos que tan sólo de lepidópteros se relacionan 50 especies, no mencionándose ningún otro invertebrado. En cuanto a anfibios y reptiles la lista es de 19 especies, encontrándose 53 especies nidificantes de aves, 19 invernantes y 25 de paso u ocasionales. La lista de mamíferos asciende a 24 especies.

En las visitas realizadas al río Aulencia después de la limpieza efectuada por la Consejería, se ha constatado la presencia —o ausencia significativa— de animales, que a continuación se relacionan, directamente afectados por la poda masiva y que de un modo u otro han visto alterada su biología.

Invertebrados.

Los caracoles y babosas son una fuente de alimento de otros animales formando parte de la base de la cadena trófica. No se encontró ningún ejemplar vivo ni puestas de huevos.

No se observaron lombrices epigeas que habitan en la capa de hojarasca del suelo.

Se observaron un número muy reducido de artrópodos, observándose en la zona no afectada por la poda y a pocos metros de recorrido, gran variedad de especies.

Especial gravedad reviste la destrucción de numerosos pies de Saúco y la desaparición en la zona tratada del rusco (Ruscus aculeatus), especie rara en la provincia y no citada hasta ahora en los trabajos publicados (Revista Fontqueria XLI).

Por lo que concierne al aspecto técnico de la poda efectuada, se ha realizado con poco cuidado y excediendo la normativa vigente. Los cortes no han sido debidamente tratados, lo que en el caso de géneros tan sensibles a los hongos como Populus se traducirá en infecciones que pueden acabar con la vida del árbol en pocos años.

Anfibios.

Los anfibios observados, rana común (Rana perezi), sapo común (Bufo bufo), sapo corredor (Bufo calamita) se ven afectados, ya que la cobertura vegetal de las orillas les proporciona cobijo frente a los depredadores y protege sus puestas.

Reptiles.

Se observaron galápago leproso (Mauremys caspica), culebra de agua (Natrix natrix) y salamanquesa común (Tarentola mauritanica), que pueden ser depredados más facilmente, sobre todo por seres humanos. La cubierta arbustiva es imprescindible para este grupo de animales que regulan su temperatura alternando zonas de sol con zonas de sombra según sus necesidades. La puesta de galápago se verá muy afectada por la insolación directa de buena parte del cauce.

Aves.

Es uno de los grupos más afectado, ya que muchas de las especies se encontraban criando o comenzando la construcción de sus nidos. Se ha constatado la presencia en la zona de las siguientes especies:

Aves afectadas durante la cría:

  • Agateador común (Certhia brachydactyla): cría a finales de marzo entre la corteza desprendida y grietas de árboles.
  • Mito (Aegithalos caudatus): comienza la cría en marzo utilizando para instalar su nido principalmente las zarzas.
  • Pájaro moscón (Remiz pendulinus): comienza a principios de abril utilizando siempre ramas bajas y a ser posible que cuelguen sobre el agua.
  • Verdecillo (Serinus serinus): comienza la cría en marzo, anidando en arbustos.
  • Mirlo (Turdus merula): cría en marzo utilizando zonas espesas de arbustos y tocones con huecos.
  • Ruiseñor bastardo (Cettia cetti): cría a principios de abril en setos densos.
  • Curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala): comienza la cría en marzo sobre zarzas principalmente.
  • Carbonero común (Parus major): cría en marzo utilizando en muchos caso huecos en árboles.
  • Petirrojo (Erithacus rubecula): cría a finales de marzo en agujeros de tocones o a baja altura en los troncos o incluso entre raíces o matorrales bajos.
  • Zorzal común (Turdus philomelos): cría en marzo en árboles o arbustos, normalmente con el nido pegado al tronco.
  • Otras especies más tardías habitualmente en su cría, a finales de abril o comienzos de mayo, este año han adelantado la nidificación, por lo que no podrán criar en esta zona al haber desaparecido los lugares adecuados. Estas especies, todas ellas observadas en la zona, son:
  • Verderón (Carduelis chloris): cría en horquillas de arbustos.
  • Jilguero (Carduelis carduelis): cría en horquillas de arbustos.
  • Pinzón (Fringilla coelebs): cría en arbustos y horquillas de árboles.
  • Curruca capirotada (Sylvia atricaplilla): cría en ramas bajas de arbustos.
  • Lavandera blanca (Motacilla alba): cría en oquedades de árboles y tocones.
  • Herrerillo común (Parus caeruleus): cría en huecos y agujeros de árboles.

Otras muchas aves pueden verse afectadas, ya que el ecotono que constituyen las riberas debido a que son zonas de transición entre varios ecosistemas, es un medio óptimo para descansar y cazar.

Mamíferos.

Los mamíferos observados en la zona directamente o indirectamente por huellas o restos son:

Erizo común (Erinaceus europaeus): utiliza los setos vivos para su hibernación y para instalar su nido de cría. La erradicación de setos vivos es uno de los principales peligros que afectan a la población de esta especie en España.

Gato montés (Felis silvestris): ocupa bosques de galería junto a ríos, utilizándolos para sus desplazamientos.

Zorro (Vulpes vulpes): las moras constituyen parte importante de su dieta otoñal.

Ahora se verá obligado a incrementar su presión depredadora sobre especies protegidas, como anfibios o reptiles, y sobre el conejo, en detrimento del Búho real(Bubo bubo) y el Águila imperial (Aquila adalberti), frecuentes cazadores de estos lugares.

El grupo de mamíferos que utilizan el bosque de galería como corredor ecológico va a verse seriamente afectado.

Murciélagos y rodedores: destrucción de zonas de campeo y refugios.

SEGUNDA PARTE

REFLEXIONES AL INFORME JUSTIFICATIVO

DE LAS LABORES DE LIMPIEZA

EMITIDO POR LOS TÉCNICOSRESPONSABLES

A continuación se reproduce íntegro el informe remitido por Técnicos de la Comunidad de Madrid a Proyecto Verde, junto con algunas observaciones a dicho informe que consideramos de interés.

 

– – – – – – – – – – – – – – – – inicio del informe – – – – – – – – – – – – – – – –

 

INFORME SOBRE EL ESCRITO DE D. CARLOS GONZÁLEZ-AMEZÚA HEREDERO A LA ALCALDESA DE COLMENAREJO, Dª ISABEL PECES-BARBA MARTÍNEZ

 

 

El día 4 de abril de 2000, D. Carlos González-Amezúa Heredero en nombre de Proyecto Verde remite carta a la Alcaldesa de Colmenarejo en la que pone de manifiesto que en visita realizada al río Aulencia con otros compañeros, desde la presa vieja hasta la confluencia de los términos municipales de Colmenarejo con Villanueva del Pardillo y Valdemorillo, quedaron profundamente desolados ante una actuación que está destruyendo una vegetación de ribera de gran valor ecológico.

 

En el mismo escrito se manifiesta que la actuación de limpieza es enormemente dañina por una serie de puntos que se exponen.

 

Al finalizar el escrito dicen que durante la mañana del día 4 de abril intentaron hablar con alguna persona responsable en la Consejería, pero afirman que los «filtros» les impidieron hablar con alguien verdaderamente resolutivo en este tema.

 

La realidad que es la siguiente:

 

1°.     La Consejería de Medio Ambiente a través de la Dirección General del Medio Natural, Servicio de Conservación de Montes, está ejecutando desde el pasado 12 de noviembre de 1999 el proyecto de «Tratamiento de riberas en la cuenca del río Guadarrama 1ª y 2ª fase», que consiste en la limpieza y mejora del cauce y márgenes del río Guadarrama y sus afluentes, abarcando los siguientes trabajos:

 

–                     Roza de matorral con motodesbrozadora.

–                     Clareo y poda, con eliminación de los pies malformados, caídos, secos, etc. y eliminación de las ramas bajas con una altura hasta 2 m.

–                     Recogida, apilado, saca y eliminación de los residuos procedentes de la roza, desbroce, clareo y poda.

–                     Plantación de frondosas.

–                     Recogida y retirada de basura y escombros dispersa a lo largo de la ribera.

–                     Colocación de carteles de obra y señales de no hacer fuego, no verter basura y escombros, etc.

 

2°.     A primeros de abril, se han paralizado todos los trabajos con el fin de evitar daños y molestias a la avifauna de la zona.

 

3°.     Los trabajos de roza y desbroce de matorral, han consistido fundamentalmente en la eliminación parcial de la zarza común (Rubus fructicosa) abundantísima en la zona del río Aulencia, mencionada en el escrito, y cuya eliminación ha sido difícil y muy trabajosa al haber alcanzado un gran desarrollo, y haberse realizado de una forma selectiva en todos los casos en que estaba dominando, asfixiando y secando al resto de la vegetación arbórea y arbustiva. La zarza común que se cortó al no haber sido eliminada de raíz, está brotando con fuerza quedando el terreno tapizado de brotes verdes y tiernos.

 

El desbroce ha sido totalmente selectivo cuidándose en todo momento, no eliminar ninguna planta del tipo de los arces, ruscos, sauces, álamos, etc. que vegetan en buenas condiciones.

4°.     Efectivamente, el río Aulencia, cuando se iniciaron los trabajos resultaba casi inaccesible por la gran maraña de zarzas, vegetación caída en el cauce del río, troncos secos, ramas entrecruzadas y gran cantidad de basura, plásticos y restos de escombros en los lugares de fácil acceso.

 

5°.     Las aguas del río, en algunos casos medio estancadas y. desbordadas. Por el contrario ahora corren mejor y por tanto se autodepuran y oxigenan más y mejor.

 

6°.     Las aves, anfibios y reptiles de la zona, han visto mejorado su hábitat, no teniendo que comer y beber en una ribera tan degradada como hasta esta primavera.

 

7°.     La fauna piscícola, al estar las aguas más oxigenadas y mayor desarrollo de microorganismos vivirá en mejores condiciones.

 

8°.     Los arrastres de tierras no aumentan, al estar las aguas más encauzadas por haberse retirado los residuos y materiales que obstruían el cauce y los bordes sembrados de una vegetación incipiente.

 

9°.     La fructificación será más intensa, al encontrarse los árboles y arbustos rejuvenecidos, al haberse eliminado la competencia y la parte muerta de los árboles con la poda, favoreciéndose la alimentación de la fauna asociada a estos ecosistemas.

 

10º.   Los trabajos, han sido paralizados en el momento en que los mismos podían suponer algún impedimento para la nidificación y desarrollo de la avifauna de la zona, no habiéndose trabajado en el lugar donde se dice que anida el búho real presente en el término municipal de Colmenarejo.

 

11°.   La vigilancia de los Agentes Forestales de la Comarca del Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama y su entorno y la señalización ya colocada deben impedir que la zona se deteriore más de lo que estaba, por el contrario se aumentará la presencia en la ribera del río de los Agentes Forestales para que la situación mejore día a día con la colaboración de todos.

 

Por último decir que efectivamente la semana pasada, se recibió una llamada telefónica en los Servicios Técnicos de la Dirección General del Medio Natural en la que se pedía información de los trabajos que se estaban realizando en el río Aulencia. Por parte del Director de la Obra se contestó a todas las preguntas realizadas.

 

Madrid, 13 de abril de 2000

 

EL JEFE DE LA SECCIÓN II-SURESTE

Fdo.: José Luis García Martín

 

EL DIRECTOR DE OBRA

Fdo.: Rafael Mosquera Silvén

 

– – – – – – – – – – – – – – – – fin del informe – – – – – – – – – – – – – – – –

 

CONSIDERACIONES AL PUNTO 1

Los pies malformados o secos sirven de refugio y alimento a numerosas especies de insectos, aves y mamíferos, no teniendo ningún interés biológico la destrucción de estos lugares y suponiendo un gran perjuicio para este ecosistema. Asimismo, las ramas bajas de los árboles, son utilizadas por ciertas especies de aves para colgar sus nidos.

CONSIDERACIONES AL PUNTO 2

La mayor parte de aves dedican los meses de febrero, marzo, abril y mayo a preparar el nido, hacer la puesta, incubar y criar a sus polluelos. Por tanto, cuando se han detenido los trabajos, el daño ya era completo e irreversible. Y no sólo la avifauna. En la zona objeto de este informe hay una gran riqueza biológica y son muchos los mamíferos, anfibios y reptiles que crían en este ecosistema por esas fechas, más aun teniendo en cuenta el invierno tan benigno que hemos tenido.

CONSIDERACIONES AL PUNTO 3

El desbroce realizado no ha sido en absoluto selectivo, como lo demuestra el hecho de que la vegetación arbustiva ha sido sistemáticamente eliminada. La poda, como tal, se ha efectuado de manera poco cuidadosa, no se han “curado” las heridas y en muchos casos se ha desgarrado la rama. Esto facilitará la infección por hongos, como ya se ha podido constatar con especies como Inonotus hispidus, Coriolopsis gallica, Fomes fomentarius y Phellinus igniarius. Además, también se han talado pies de especies como sauces, álamos, olmos… e incluso especies catalogadas como el saúco (ver Anexo fotográfico). En este mismo Anexo fotográfico se puede ver el tramo de cauce que no ha sido limpiado, tramo tan rico o más en zarza como el de aguas abajo. Se puede observar la riqueza y vitalidad de su masa arbórea. La zarza ejerce un papel importantísimo en este ecosistema y es una fuente de protección y alimentación de primera magnitud, sin la cual muchas especies van a ver mermadas o en grave peligro sus poblaciones.

La zarza constituye uno de los primeros estadíos en el desarrollo de un bosque de ribera.

A su abrigo germinan y se desarrollan los los árboles y arbustos que, con el tiempo, acabarán por desplazarla. Al eliminarla se han eliminado varios años de evolución del ecosistema.

El concepto de “asfixiar” la vegetación arbórea puede estar ligado a la jardinería o a explotaciones forestales, pero nunca a un ecosistema natural, en el que cada especie ocupa el espacio “que se ha ganado”. Evidentemente, con la limpieza que se ha realizado, los árboles crecerán más. Y crecerían más todavía dejando un solo pie cada 10 metros de ribera, abonando periódicamente, fumigando y poniendo riego automático, por ejemplo.

CONSIDERACIONES AL PUNTO 4

No cuesta trabajo imaginar, ahora que el acceso al río es total, cuál va a ser su estado en poco tiempo, si antes que era una “maraña” impenetrable había “basuras, plásticos y restos de escombros”, que en muchos casos siguen estando ahí. Además de poderse tirar la basura con mucha más facilidad, se puede andar en moto, cruzar con los 4×4 y cuatriciclos, pescar y coger galápagos, por poner algunos ejemplos.

CONSIDERACIONES AL PUNTO 5

En el tramo que nosotros conocemos y habíamos inventariado antes de las labores de limpieza (en el término de Colmenarejo), no existía ni un solo embalsamiento que representara un problema para el río. La pendiente es suficiente como para arrastrar la vegetación que de manera natural caiga en él, y aquellos troncos que no pueden ser arrastrados se constituyen en micro-ecosistemas de enorme importancia. El verdadero problema de aguas estancadas lo constituyen los “brazos abandonados” del río. Estos brazos, que con el caudal normal no llegarían a entrar de nuevo en funcionamiento, reciben aguas cenagosas cada vez que la potabilizadora de Valmayor vierte sus lodos, lo que acompaña de un incremento momentáneo del caudal, ocupando las aguas cenagosas esos brazos abandonados, donde quedan retenidas. Esto fue observado por última vez el pasado día

2 de mayo, a las 11 horas, en que de nuevo se vertieron lodos (día festivo, para más datos).

CONSIDERACIONES AL PUNTO 6

Demuestra enorme ignorancia decir que las aves, anfibios y reptiles han visto mejorado su hábitat cuando lo que se ha hecho ha sido, simplemente, deteriorarlo o destruirlo. Anfibios y reptiles no habitan las copas de los árboles. Su vida se desarrolla a nivel del suelo, entre la vegetación que existía y ya no existe. Ahí encontraban cobijo, hacían sus madrigueras y se alimentaban. Ahora deberán aprender a cazar, a criar, a alimentarse y a cobijarse al descubierto, algo que, en el mejor de los casos, les va a llevar aprender varios millones de años. Respecto a las aves, hemos visto nidos situados en árboles con ramas podadas que han sido abandonados; también nidos caídos en el suelo.

CONSIDERACIONES AL PUNTO 7

Una de las funciones de la vegetación de ribera en climas mediterráneos es proteger el cauce y sus orillas de una excesiva insolación. La luz solar directa afecta a numerosas puestas de peces, destruyendo sus huevos. La incidencia directa del sol en el cauce va a suponer un importante aumento de la temperatura del agua, lo que implica un descenso considerable en el contenido de oxígeno. Además, la fauna piscícola va a ser objeto de una pesca intensiva, ahora que se puede acceder al cauce sin problema.

CONSIDERACIONES AL PUNTO 8

La vegetación sujeta y asienta el terreno. Una deforestación siempre acarrea erosión. En este caso, la poda masiva originará una erosión más efectiva sobre las orillas del cauce.

CONSIDERACIONES AL PUNTO 9

Efectivamente, dentro de pocos años, la zarza estará tan desarrollada como lo estaba hace unos meses —si no más—, y dará unas moras de excelente sabor y calidad. Entonces cabe preguntarse para qué se han gastado varias decenas de millones. Y hasta que vuelvan a crecer las zarzas, ¿qué comen los animales que se alimentan de ellas? ¿Dónde han ido a parar las especies arbóreas y arbustivas que se estaban desarrollando al abrigo del matorral?

CONSIDERACIONES AL PUNTO 10

Asusta que técnicos con tal desconocimiento sobre la vida silvestre puedan entrar con motosierras y motodesbrozadoras en un Parque Regional. Nos remitimos al punto 2, ya respondido.

TERCERA PARTE

CONSIDERACIONES JURÍDICAS Y NORMATIVAS

A tenor de todo lo expuesto en la primera parte de este informe, se deduce que la actuación llevada a cabo en la zona objeto del estudio (riberas del río Aulencia a su paso por el municipio de Colmenarejo) ha modificado sustancialmente el ecotono del bosque de ribera, alterando su equilibrio y modificando sus parámetros de uso.

Estas actuaciones se han realizado sin tener suficientemente en cuenta las leyes y disposiciones que protegen este entorno, algunas de las cuales citamos a continuación:

  1. A) Ley 20/1999 del Parque Regional de la Cuenca Media del Guadarrama .

El tramo afectado se encuentra incluido dentro del parque como Zona de Máxima

Protección, especificada en el PORN (Plan de Ordenación de los Recursos Naturales) como “Sotos y vegas del Guadarrama-Aulencia”.

Esta Ley establece en el Art.3a como objetivo “promover la conservación, regeneración y mejora de los ecosistemas fluviales y asociados al bosque de galería para garantizar su diversidad biológica, así como la de aquellos ecosistemas ligados a los mismos”.

El PORN establece como actuación permitida en estas zonas “la restauración de la vegetación que tenga por objeto la conservación y mejora de las formaciones existentes”.

En modo alguno autoriza la transformación de las formaciones existentes en otras diferentes.

En la Propuesta de Instrumentación Normativa, en el apartado de Prohibiciones y Limitaciones, establece: “Con carácter general se prohíbe el arranque, recogida, corta y desraizamiento de las especies incluidas en el Catálogo General de Especies Amenazadas, así como la poda de ramas y la recolección de flores, frutos y semillas de las mismas”. Se ha podido constatar la tala de varios ejemplares de Saúco (Sambucus nigra) —protegido por el Decreto de la Comunidad de Madrid 22/1985— gracias a que han rebrotado del tocón, como se demuestra en el Anexo fotográfico.

El párrafo siguiente dice: “Se prohíben las actuaciones que impliquen la destrucción o degradación de las formaciones vegetales”. A juicio de los firmantes de este informe, la eliminación de la práctica totalidad de formaciones arbustivas de la zona afectada, propiciará un cambio en el anterior ecosistema, merced al cual, aquellas especies de crecimiento más rápido y aquellas capaces de sobrevivir a la tala rasa efectuada, prosperarán en detrimento de todas las demás.

  1. B) Ley 2/1991 sobre Protección de Animales y Plantas.

En el Capítulo III, Sección 2ª, Artículo 14.1, dice: “Queda prohibido dar muerte, dañar, molestar o inquietar a las especies de animales catalogadas”. Y en el Capítulo III, Sección 2ª, Artículo 14.2: “Se prohíbe la perturbación de los espacios de recuperación, crianza, muda, invernada, reposo y paso de las especies animales catalogadas”.

Las labores de limpieza, objeto de este informe, han sido realizadas por medios mecánicos muy ruidosos (motosierra y desbrozadora), en una zona y una época del año (meses de febrero, marzo y principios de abril) en la que muchas especies catalogadas se encontraban en periodo de anidamiento o cría.

  1. C) Real Decreto 1997/1995 sobre Espacios Naturales

Artículo 1: “El Objeto del presente Real Decreto es contribuir a garantizar la biodiversidad en el territorio en que se aplica la Directiva 92/43/CEE, mediante la adopción de medidas para la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres en el territorio español”.

En el Anexo I de este Real Decreto, se establecen los “Tipos de hábitats naturales de interés comunitario”, entre los que se encuentra la “vegetación flotante de ranúnculos de los ríos de zonas premontañosas y de planicies” y “ los ríos mediterráneos de caudal permanente con cortinas vegetales ribereñas de Populus alba y Salix”,especies todas ellas muy abundantes en el ecosistema que nos ocupa.

En el Anexo II, se establecen las especies animales y vegetales para cuya conservación es necesario designar zonas especiales de conservación. En la Primera Parte del Informe se citan un buen número de especies contenidas en este Anexo.

Las actuaciones que se han llevado a cabo en las riberas del Aulencia (y en otros lugares de la Cuenca del Guadarrama) pueden ser constitutivas, no sólo de infracción administrativa, sino incluso de delito penal.

A tal efecto, el Código Penal, en su Artículo 330 establece como sujeto de una actuación delictiva a “quien, en un espacio natural protegido, dañare gravemente alguno de los elementos que hayan servido para calificarlo”. Y más adelante, en el Artículo 338, se establece el agravante de delito en zonas naturales: “Cuándo las conductas definidas en este Título afecten a algún espacio natural protegido, se impondrán las penas superiores en grado a las respectivamente previstas”.

CUARTA PARTE

CONCLUSIONES

  • Las actuaciones del tipo de las realizadas por la empresa Tragsa en el cauce del Ausencia deberían atenerse al Plan Rector de Uso y Gestión del Parque, que ya debería haber entrado en vigor. El Artículo 12 de la Ley, establece que el Plan Rector de Uso y Gestión “deberá ser informado preceptivamente por la Junta Rectora del Parque”. En el momento de redactar este informe dicha Junta Rectora aún no se ha constituido oficialmente.

Parece, cuanto menos, poco cortés —cuando no despreciativo para dicha

Junta— el hecho de emprender actuaciones tan polémicas y desafortunadas muy poco antes de constituirse esta Junta Rectora.

  • La Segunda Fase prevista —reforestación— debe ser paralizada de inmediato. Resulta incomprensible que se corten árboles y se vuelvan a plantar con cargo a los presupuestos.

¿Que criterios se han seguido para utilizar especies como Tamarix gallica y

Plátano, completamente ajenas al ecosistema que nos ocupa? El bosque tiene mecanismos suficientes para regenerarse por sí mismo, siempre que se le deje, impidiendo la circulación de vehículos por las riberas, que ahora y gracias a las actuaciones de la Comunidad de Madrid es perfectamente posible y frecuente. La pretendida reforestación, llevada a cabo mediante retroexcavadora dotada de orugas (según la Memoria de Tragsa) sería la puntilla para este ecosistema.

  • El sistema de adjudicación de la obra, mediante convenio, no parece el más adecuado tratándose de un Parque Regional y zona LIC. Se echa en falta unas directrices legales y técnicas estrictas por parte de la Administración, que se limita a revisar, corregir y aprobar la memoria presentada por la empresa adjudicataria. Habría que tener en cuenta, además, el historial de dicha empresa, de la que se podría realizar un completo informe sobre actuaciones polémicas relacionadas con el medio ambiente.
  • El bosque de ribera del río Aulencia es uno de esos ecosistemas que el espíritu y la letra de la Ley protegen. A pesar de los constantes vertidos de lodos de la potabilizadora de Valmayor y a pesar de la ausencia de depuración en Colmenarejo, la vieja presa del Aulencia decanta buena parte de estos sedimentos y permite que, aguas abajo, se haya desarrollado un ecosistema estable y privilegiado por la variedad de su flora y fauna.
  • Las actuaciones de “restauración de la ribera” no han tenido en cuenta la realidad del ecosistema (no puede ser igual una actuación en el tramo mejor conservado del río Aulencia que en un soto accesible y degradado del Guadarrama), ni las leyes que lo protegen. Se ha alterado gravemente la vida del bosque, con actuaciones que, a buen seguro, han perjudicado seriamente la reproducción de muchas especies. Se han talado pies enteros de encina, olmo, fresno, sauce… con un criterio que busca declaradamente la accesibilidad al lugar y la estética por encima de su conservación y sus valores naturales (“…se realizarán podas de formación sobre chopos y sauces…”; “…desbroce de las matas de zarza que impiden el normal tránsito por la margen…”según declara la Memoria de Tragsa). Se han talado pies de especies catalogadas. Se ha eliminado la cubierta arbustiva, privando de refugio y alimento a multitud de especies.

En definitiva: se ha sustituido un bosque natural de alto valor ecológico por un espacio antropogénico.

  • La falta de cobertura arbustiva privará de lugares de anidamiento a muchas aves, de refugio a animales tan esquivos como el erizo o el gato montés. Las crías de galápago leproso quedarán expuestas a la acción de los depredadores, como ya hemos tenido ocasión de comprobar sobre el terreno.
  • La función de “corredor biológico” que deben tener estos bosques de galería ha quedado seriamente mermada ante el desamparo que la ausencia de la vegetación arbustiva produce en las especies silvestres. El corredor del Aulencia-Guadarrama, que conecta la zona de la sierra con los sotos y bosques de la planicie, y permitía el intercambio genético y la expansión, ha sido “limpiado en su mayor parte”. Las consecuencias de aislar estos ecosistemas pueden ser de enorme gravedad. Esta función —que en parte ha inspirado la creación del Parque Regional— ha sido muy afectada por una actuación que no ha tenido en cuenta otros factores que los puramente forestales y recreativos. A este respecto, el propio PORN dice: “La presencia de agua y de arbustos espinosos en los diferentes cauces favorece el flujo de fauna procedente de biotopos circundantes hacia dichos cauces, por lo que muchas especies de vertebrados propias de estos habitats desarrollan parte de sus ciclos vitales en la vegetación riparia.

(Memoria descriptiva: Medio Natural: Fauna.)”

  • La sistemática eliminación de la zarza priva al bosque de un almacén de comida inigualable.

Muchos animales podían hacer frente al crudo invierno con buenas perspectivas de supervivencia gracias a esta despensa de moras, sabrosas y nutritivas.

  • El río, antes inaccesible para el hombre en la inmensa mayoría de su recorrido, es ahora un lugar de fácil acceso, al haber desaparecido la vegetación arbustiva. Las motos y todoterrenos, que tanto daño están haciendo en los alrededores, podrán campar a sus anchas. De hecho ya se les ve cruzando el río y recorriendo sus —ahora— expeditas orillas, cosa inimaginable hace tan solo unos meses.
  • Los trabajos de tala se han realizado en una época del año en la que es muy difícil incluso para técnicos —y no digamos para el personal no cualificado— diferenciar especies arbóreas de pocas savias carentes de follaje. Y cómo era de esperar, se han cortado muchas cosas que no deberían haberse cortado.
  • Hemos sido capaces —y así lo hemos reflejado en este informe— de evaluar los daños inmediatos producidos sobre la flora y la fauna. Pero se tardará tiempo en saber el alcance a medio y largo plazo que esta actuación vaya a tener sobre el complejo ecosistema de la zona.
  • La Ley no obliga a realizar una evaluación de impacto ambiental para obras de esta índole. Pero las obras ejecutadas por Tragsa han conculcado varias leyes de protección de la naturaleza emanadas de la propia Asamblea de Madrid, lo que resulta paradójico y exige una pronta revisión de las normas que regulan la EIA.
  • La memoria elaborada por Tragsa para esta obra no hace la menor alusión al valor del ecosistema en el que se ha actuado, ni a las precauciones que deben adoptarse para preservar la fauna, ni a las especies protegidas que no se deben tocar, ni al carácter de Parque Regional de la zona tratada. Todo esto parece no tener el más mínimo interés.
  • Se ha dañado gravemente un ecosistema protegido, y se ha hecho con dinero público.

QUINTA PARTE

BUSCAR SOLUCIONES

Somos conscientes de la dificultad que representa para una gran administración como la autonómica, con unos medios limitados, controlar todas y cada una de las actuaciones de las empresas adjudicatarias e incluso de sus propios funcionarios. Y precisamente por eso, se debería contar de manera más efectiva con aquellas entidades y asociaciones ocupadas y preocupadas por estos temas , máxime cuando de esta colaboración sólo se pueden derivar beneficios para todas las partes, especialmente para nuestro medio ambiente.

La frecuencia de episodios similares a éste y la convicción mostrada por los técnicos responsables de la obra en el informe remitido (ver Anexo I), nos llevan a considerar que quizá haya llegado el momento de sentarnos todos juntos —Administración, Legisladores y Asociaciones Ecologistas— a dialogar sobre un nuevo modelo de gestión ecológica, que tenga en cuenta toda la complejidad de los ecosistemas y no sólo los aspectos forestales y recreativos —muy importantes, pero no los únicos— que parecen ser los que priman en la actualidad.

Quizá tengamos que recordar que en un entorno natural equilibrado —y el bosque de galería del Aulencia era lo más parecido— todos los elementos de la flora y la fauna cumplen un cometido. No se puede tocar una pieza sin que el “puzzle” se resienta. Incluso esos árboles viejos y malformados que tanto parecen molestar a los técnicos que han dirigido las obras, tienen una función vital en el bosque.

La Directiva Marco sobre Aguas, cuya aprobación por Bruselas parece inminente, introduce el concepto de Calidad Ecológica como baremo para determinar la calificación de un humedal, en contra de los criterios hasta ahora imperantes que daban al análisis físico-químico del agua prioridad casi absoluta. Este concepto de Calidad Ecológica engloba, además de las características químicas, las morfológicas y las biológicas. Este concepto global deberá, por tanto, incorporarse en breve a todos los criterios de calidad de las aguas.

El medio ambiente es un bien frágil. Y necesita tratarse con la delicadeza, la prudencia y el conocimiento que esta fragilidad exigen. La propuesta de colaboración entre administración y administrados, debería permitir que los siempre escasos recursos económicos destinados al medio ambiente sirvan para protegerlo y no, como en este caso, para destruirlo. La comunicación con las corporaciones locales, asociaciones y grupos ecologistas locales y regionales mediante la apertura de un periodo de alegaciones similar al que existe para otras obras, detectaría los problemas antes de que se produjeran, evitando conflictos que siempre acaban teniendo una repercusión social y mediática que nadie desea.

Los ecosistemas tienden a equilibrarse por sí mismos. La intervención humana, llevada a cabo de la manera que se ha hecho, sólo dificulta el proceso e incluso lo invierte.

De los problemas que pudiera tener el ecosistema objeto de este estudio, ninguno de la magnitud que deja tras de sí la actuación de Tragsa bajo la dirección de la Dirección General de Medio Natural. ¿Qué interés tiene para el río Aulencia y su fauna la accesibilidad humana? Se aduce que se ha evitado el riesgo de incendio merced a la eliminación del matorral. Pero es ahora cuando existe verdadero riesgo, ya que es ahora cuando se puede visitar una zona que anteriormente era inaccesible. La estética forestal no es la estética del martín pescador, el galápago o el saúco. Los espacios se pueden reforestar, pero lo que es irreversible es la pérdida de la biodiversidad en su conjunto.

El gran azote de nuestros bosques de ribera no son las zarzas, ni los árboles malformados ni secos, ni el matorral (por la abundancia de todas estas formaciones vegetales se llaman, precisamente, “bosques de galería”). Todos sabemos cuáles son los verdaderos enemigos de estos ecosistemas y, en el caso concreto del río Aulencia, uno de los peores son los vertidos ilegales de lodos que la potabilizadora del embalse de Valmayor viene realizando desde hace muchísimos años.

 

 

 

EL EQUIPO REDACTOR:

 

Carlos González-Amezúa Heredero

PROYECTO VERDE-ECOLOGISTAS ENACCIÓN

 

Alberto Fernández Lop

DR. EN BIOLOGÍA.

ADENA-WWF ESPAÑA

 

Javier Zarzuela

MIEMBRO DE LA JUNTA RECTORA DELPRCMG

ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

 

Theo Oberhuber

BIÓLOGO

ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

 

Francisco Segura Castro

BIÓLOGO

ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

 

Elvira González Sánchez

DRA. EN BIOLOGÍA.

PROYECTO VERDE-ECOLOGISTAS ENACCIÓN

 

Gema Morales Mazón

DRA. EN BIOLOGÍA

 

Roberto Pérez Moro

BIÓLOGO.

PROYECTO VERDE-ECOLOGISTAS ENACCIÓN

 

Serafín Díaz Sánchez

BIÓLOGO.

PROYECTO VERDE-ECOLOGISTAS ENACCIÓN

 

Luis Javier Bernárdez

NATURALISTA.

PROYECTO VERDE-ECOLOGISTAS ENACCIÓN

 

Enrique Cortés Estrada

BIÓLOGO.

PROYECTO VERDE-ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

 

Javier Herrero Mendoza

INGENIERO AGRÓNOMO.

PROYECTO VERDE-ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

 

Elena García Motellón

BIÓLOGA.

PROYECTO VERDE-ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

 

José Manuel Chaves

BIÓLOGO.

PROYECTO VERDE-ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

 

Margarita Fernández Arroyo

FARMACEUTICA

PROYECTO VERDE-ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

 

Ricardo Fombuena Licer

INGENIERO AGRÓNOMO.

PROYECTO VERDE-ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

 

Carmen Navarro

BOTÁNICO. ARBA

 

Francisco Prieto García

MICÓLOGO.

PROYECTO VERDE-ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

 

Andrés Revilla

BOTÁNICO. ARBA

 

Susana Martín Arribas

BIÓLOGA.

PROYECTO VERDE-ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

 

Mª del Carmen Guillén Benito

BIÓLOGA

 

Arturo Almodóvar Manzanares

BIÓLOGO

 

 

 

 

 

(Para descargar documento Acrobat (PDF) pulse aquí)

Proyecto para el establecimiento de una estación biológica en Valmenor

Haz click aquí para ampliarEn el embalse de Valmenor, que en Colmenarejo conocemos como “La presa vieja” y en Valdemorillo como el “embalse de Valdemorillo”, existen unas edificaciones que forman parte de las viejas instalaciones creadas a principios de siglo para decantar y depurar de sólidos las aguas de este embalse y proporcionar infraestructura y cobijo a los empleados que trabajaban en las mismas. En el lado de Valdemorillo está, en un lugar privilegiado y con unas impresionantes vistas al embalse, la casa del ingeniero jefe. Y en el lado de Colmenarejo, tenemos, además de toda la infraestructura industrial, unas casitas que debieron ser morada del personal de mantenimiento y que llevan, como todo lo demás, años abandonado. El estado de estas casitas es bueno, lo que permite que, con poca inversión, puedan ser de nuevo utilizables.

Estas instalaciones pertenecen al propietario del embalse, el Estado español, a través de su organismo autónomo, la Confederación Hidrográfica del Tajo, y están en una zona de máxima protección del Parque Regional del Guadarrama.

Esta ubicación tan sensible, unida al hecho de que toda esta zona es refugio de la más importante fauna que tenemos en todo el municipio, desaconseja por completo cualquier utilización que no sea estrictamente científica y minoritaria, ya que los impactos que pueden producir un alto número de visitantes, serían suficientes para alejar de estos lugares al búho real, al gato montés, a la gineta y quién sabe qué otros huéspedes ilustres.

Pensamos que sería un excelente uso la creación de una estación biológica permanente, que pudiera ser utilizada por todos aquellos colectivos científicos con interés en el estudio de la fauna, la flora o la gea de la zona. Excepcionalmente, podrían impartirse seminarios prácticos e incluso visitas muy selectivas de escolares. El centro, que podemos llamar “Estación biológica de Valmenor” tendría conexiones firmes con tres pilares básicos: el mundo universitario, la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Medio Ambiente.

Haz click aquí para ampliarEl proyecto fue presentado a la Consejería de Medio Ambiente, que lo valoró muy positivamente, pero fue aplazado por falta de presupuesto. De momento está a la espera, bien de que la Consejería lo retome, o bien de que cambien las condiciones políticas y pueda ser el propio ayuntamiento de Colmenarejo quién lo auspicie frente a la Administración.
Lo más interesante de este proyecto no es el proyecto en sí, sino las posibilidades de futuro que tiene. Dentro de unos años, las aguas que lleguen a este embalse de Valmenor, serán procedentes de la depuradora de Colmenarejo (en construcción), y en menor medida de la planta potabilizadora del embalse de Valmayor. Para entonces, es de esperar que hayamos conseguido evitar el vertido de lodos que periódicamente vierte ilegalmente esta planta al río Aulencia y que se terminan depositando en este pantano.

Bien por una limpieza previa del embalse o bien por la desactivación de estos residuos con el paso del tiempo, si nada se tuerce, en unos años este embalse volverá a ser uno de los lugares privilegiados para la fauna de toda la Comunidad de Madrid, y este proyecto (u otro similar) estará sobre las mesas de todos los responsables —comunitarios, estatales y autonómicos— de medio ambiente.

Ayudando al galápago español (Actividad científica)

No se trata de una actividad inducida por la reciente ola gubernamental de patriotismo. En absoluto.

fortunadamente para ellos, los animales no están ligados a los países, ni tienen que sufrir las servidumbres derivadas de ello. Los animales son de aquellos lugares que han permitido, a lo largo de los siglos, milenios y millones de años, que lleguen a ser lo que son. Mientras que los seres humanos nos empeñamos en tratar de convencer a nuestros vecinos de que la tierra que habitamos tiene entidad propia porque la habitamos nosotros, y no otros, los animales son lo que son porque habitan una determinada región o territorio. No es el ser vivo quien da carta de naturaleza al territorio, sino justamente al revés.

¿Quiénes son estos galápagos?
El entorno mediterráneo-europeo ha creado dos especies de galápago a lo largo de millones de años, que se han ido adaptando perfectamente al devenir de las circunstancias propias de este territorio. Son el galápago leproso (Mauremys caspica) y el galápago europeo (Emys orbicularis). Son las únicas especies de galápago que podemos encontrar en España.

El primero, el leproso, es una especie con buena salud, a pesar de su nombre. Es relativamente abundante en los arroyos y ríos de nuestra geografía. En Colmenarejo es abundante, y se le puede ver tomando el sol en los días fríos de comienzo de la primavera, en las riberas del Aulencia, La Peralera, Membrillo… y otros lugares. Se llama vulgarmente “leproso” por el aspecto de su concha, algo descamada y cutre. Si a este nombre unimos que, en nuestro pueblo, habita arroyos verdaderamente infectos, puede dar una sensación equivocada sobre su salud ecológica.

El galápago europeo es otra cosa. Ocupa hábitats algo más exigentes que los del leproso, pero con mucha menor fortuna. De hecho, el galápago europeo está en peligro de extinción.

Una vez más (y son muchas ya) en Colmenarejo tenemos la fortuna de poder verle en el río Aulencia. No es nada fácil, porque es muy escaso. Originariamente, estos dos galápagos seguramente ocuparían ecosistemas diferentes, pero la eliminación y degradación progresiva de sus lugares de habitación, ha provocado que en la actualidad compartan ciertos hábitats. Es una adaptación natural a las condiciones cambiantes del medio, y no tendría mayor trascendencia si no hubiera entrado en juego una especie temible y agresiva, capaz de modificar las condiciones del medio como nunca sucedió anteriormente en la historia de la Tierra: el Homo sapiens.

Vuelve el hombre
Las crías de Homo sapiens han mostrado desde tiempos de Atapuerca (si no antes) una gran predilección por las mascotas. Y los ejemplares adultos de esta especie, se caracterizan por dar a sus crías, no solo lo que necesitan para su adecuado desarollo físico, social e intelectual, sino también todo aquello que las crías demandan, aunque sea absolutamente superfluo. Y las crías, con esa inteligencia prodigiosa que no tiene parangón en el reino animal, saben aprovechar esta debilidad del adulto, y demandan constantemente.

Para complacer esta demanda, el Homo sapiens de Estados Unidos, se dedicó a criar a sus propios galápagos autóctonos y venderlos en Europa. Aquí, los adultos de Homo los compraron a mansalva para contentar a sus crías. Y cuando se quisieron dar cuenta, uno de cada 20 hogares con niños tenía su galápago de Florida.

Pasó el tiempo, y lo que era una preciosa y manejable tortuguita, se convirtió en un terrible depredador de 30 cm. Esta evolución tuvo lugar al mismo tiempo que la de la cría de Homo, que pasó de ser un cachorro adorable a convertirse en un individuo preadulto atacado de abcesos purulentos (llamados granos) y dominado por la secreción hormonal, y con un carácter insufrible. Ante esta situación, la manada de Homos comienza a ver a la enorme tortuga como un verdadero problema. Y, ¿cuál es la manera en que la especie Homo encara sus problemas? Desviándolos. Y así, el galápago de Florida termina en un río, arroyo o pantano cercano, porque —eso sí— la especie Homo cuida mucho las apariencias, y no es cuestión de “cargarse” a la tortuguita.

Todo lleno de galápagos de Florida
Y así, poco a poco, nuestros ríos, pantanos y arroyos se han ido llenando de este galápago, que no es ni bueno ni malo, pero que compite por la comida y el territorio con los galápagos europeos, y lo hace con gran ventaja, porque es muchísimo más agresivo y voraz.
Las autoridades, que muestran gran sensibilidad por los problemas ambientales, prohíben en un momento dado, la importación de este galápago. Pero no pasa nada, porque en el sureste de los Estados Unidos existe la mayor diversidad de galápagos del mundo, y si no les dejan mandarnos el de Florida, pues mandarán el del Mississippi, como ocurre actualmente. Y cuando prohíban el del Mississippi, pues mandarán otro cualquiera de entre las cuarenta especies que tienen.

Un desastre ecológico
Estos galápagos americanos están terminando, no solo con las colonias de galápago europeo, sino también con grandes poblaciones de anfibios y de peces autóctonos. Son carnívoros puros, se comen las puestas, las crías, los renacuajos, los alevines, los individuos adultos… todo lo que cae en sus manos. Incluso, todo aquel que tenga un galápago foráneo, sabe que a pesar de no tener dientes, es capaz de hacer presa en un dedo y no soltarlo.

La AHE entra en escena
La AHE es la Asociación Herpetológica Española (), una asociación eminentemente científica cuyo objetivo primordial es el estudio y protección de la fauna herpetológica de nuestro país. Los “herpetos” son los anfibios y los reptiles: ranas, sapos, tritones, culebras, serpientes, tortugas y galápagos.

La AHE se dirige a nosotros en septiembre de 2002. Ya habíamos tenido ocasión de colaborar directa o indirectamente en varios temas: estudio de la fauna de anfibios en Colmenarejo, censo de poblaciones atropelladas de sapo en el entorno del dique de Valmayor, estudio de la fauna de anfibios en el Parque del Guadarrama, etc. En esta ocasión, el objetivo es intentar capturar galápago americano en una zona que se ha detectado como uno de los últimos reductos del galápago europeo en nuestra región: el área de influencia de los ríos Aulencia-Guadarrama. La convocatoria tiene un objetivo quizá más importante: la realización de un reportaje por parte de Telemadrid, con el objeto de concienciar a la población para que no deje en libertad este tipo de tortugas importadas.
Ponemos en marcha la maquinaria, y una vez más, nuestros socios responden a las mil maravillas. Cerca de 40 personas nos dirigimos al embalse de los Arroyos, lugar en el que la AHE ha detectado una importante presencia de galápago de Florida.

El resto de la historia la podéis ver en el reportaje fotográfico “Pescando” galápagos. Merece especial atención el enorme galápago de más de 25 años que consiguieron atrapar José Ignacio y Juan. Un precioso ejemplar que, por desgracia, estaba en un lugar al que nunca debía haber llegado. Tanto este ejemplar, como todos los que nos han ido llegando a raíz de la emisión del reportaje en Telemadrid y del artículo aparecido en el Diario del Noroeste, han sido llevados a Grefa, en donde disfrutan de una vida apacible en una charca artificial que comparten con decenas de colegas llegados del otro lado del Atlántico.

Conclusión: ¿No es muchísimo más fácil no comprar galápagos, o al menos no tirarlos a los ríos?

Respuesta: sí.