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Exposiciones y charlas en torno al maratón ornitológico

En sus dos primera convocatorias, el Maratón Ornitológico tuvo una serie de actos paralelos, tendentes a reforzar su papel educativo y lúdico. El primer año fue una charla para los más pequeños sobre aves, dada por Roberto en la Sala Multiusos. El año siguiente la cosa se complicó. En esta ocasión la charla fue en el Centro Cívico y corrió a cargo de Ángel. Y en el mismo lugar montamos una exposición sobre las aves, una preciosa exposición en la que había incluso maquetas de aves de la zona, y que había supuesto más de un desvelo a Raúl, Roberto, Elvira, Carlos, Teresa y otros amigos.

El misterioso mundo de los anfibios

El pasado día 21 de abril de 2001, Proyecto Verde organizó una charla sobre el tema de los anfibios, en la Residencia de Estudiantes de la Universidad Carlos III, campus de Colmenarejo. El motivo: dar a conocer este grupo faunístico sobre el que han recaído todos los bulos y disparates imaginables. La conferencia, amenizada con diapositivas, corrió a cargo de Roberto Pérez Moro, bien conocido de todos los que siguen las actividades de la asociación. Asistieron alrededor de 60 personas.

Entre las cosas que merece la pena reseñar en este medio, sobre la biología y ecología de estos animales, están los grandes beneficios que produce al ser humano al tener como fuente principal de alimento larvas e individuos adultos de moscas y mosquitos, y la total ausencia de efectos dañinos, como los proclamados por la tradición popular de emponzoñar las aguas, escupir veneno, y otras aún peores. Todos los anfibios poseen una piel con substancias tóxicas, que en contacto con mucosas muy sensibles —como las de los ojos— pueden producir irritación. Pero eso es todo. Las excreciones con que muchos sapos nos obsequian cuando les cogemos no producen en nuestra piel, ni en las aguas de los pilones ni de los ríos el menor efecto.

Los anfibios, son un antiquísimo grupo de animales que logró independizarse del medio acuático que le vio nacer, pero sin alcanzar la autonomía de otros viejos grupos, como los reptiles. Ranas, sapos y tritones siguen necesitando el agua cada año para reproducirse y pasar de la fase larvaria a la de adulto. Son los conocidos renacuajos e individuos jóvenes de todas estas especies, que por fortuna aún podemos ver en nuestras charcas. Pasada esta fase, casi todos desaparecen sin dejar rastro, y sin que los propios expertos sepan —como en el caso del misterioso “gallipato”— a dónde van y qué hacen. Tan solo las ranas permanecen claramente visibles y audibles a lo largo de todo el verano.
Después de la charla y antes de acercarnos a unas charcas cercanas a comprobar “in situ” que todo lo que nos había dicho Roberto es cierto, estuvimos departiendo agradablemente en la cafetería de la Residencia mientras degustábamos un ligero “tentempié”.

Ya en las charcas, a las que acudimos unas cuarenta personas, grandes y pequeños pudieron deleitarse viendo de cerca al gallipato, a la rana común y al tritón jaspeado. Estas charcas, muy cercanas a la Universidad y aledañas a la urbanización Los Escoriales, constituyen un ecosistema de enorme interés para los anfibios. Han sido visitadas y prospectadas por expertos de la Consejería de Medio Ambiente, de Adena y del Museo de Ciencias Naturales. De momento se han podido observar poblaciones muy importantes de tritón jaspeado, gallipato, sapo de espuelas, sapo corredor, y la presencia habitual de rana común y sapo común. Un número de especies verdaderamente extraordinario para unas charcas estacionales, que se secan en verano, y para las que no se ha tomado aún ninguna medida eficaz de protección. Aprovechamos esta ocasión para instar a nuestro ayuntamiento —que se ha comprometido a mantenerlas— a que adopte alguna medida que impida el paso de vehículos, ya que se trata de una zona muy utilizada para lavar coches y practicar el motociclismo.

El problema de los resíduos

En abril del 2000 propusimos al concejal de servicios una charla en el Centro Cívico sobre el tema de los residuos y el reciclaje. Esta charla se enmarcaba dentro de la campaña que habíamos preparado para el ayuntamiento sobre el tema, materializada en un magnífico folleto que se distribuiría todas las familias de Colmenarejo.

Pablo Mascareña dio una conferencia memorable en el Centro Cívico a la que, lamentablemente, asistió muy poca gente. Fue probablemente una de las mejores conferencias que hemos organizado, y el mérito recae en el conferenciante, un biólogo y consultor ambiental con enorme experiencia en Greenpeace y que ha impartido cursos de doctorado en la universidad, entre otros méritos académicos. Expuso una visión globalizada del problema de los residuos, muy necesaria en unos momentos en que se comenzaba a implantar en nuestro pueblo la recogida selectiva de basuras. Algún día deberemos repetir esta conferencia, dándole una mayor cobertura informativa.

2004 Reunión ecologista

El pasado domingo 8 de Noviembre de 2004 se celebró en la Residencia de Estudiantes Antonio Machado de Colmenarejo una reunión ecologista con la intervenciones de Carlos González-Amezúa, Pilar Hidalgo, Mª Ángeles Nieto (coordinadora de la federación madrileña de Ecologistas en Acción), Nicolás López (presidente de Proyecto Verde) y Antonio Sánchez (vicepresidente de Proyecto Verde).

Carlos presentó el acto, e hizo hincapié en algunos asuntos preocupantes del mundo de la ecología: la recalificación de una parte del Parque Regional en el Avance del P.G.O.U. (Plan General de Ordenación Urbana) de Las Rozas y el marketing ecologista que promueven empresas y administraciones públicas como un modo de acallar y frenar los movimientos ciudadanos.

Pilar habló de la importancia para los ciudadanos de «a pie» de estar afiliado a Ecologistas en Acción y de su experiencia personal en esta organización. Explicó cómo gracias al apoyo de Ecologistas en Acción se ha conseguido resolver recientemente el asunto de los vertidos de un colector en la finca Prado de la Laguna de El Escorial.

«Nines» presentó a Ecologistas en Acción y habló de la revista «ecologista» que ellos editan y que celebra su 25 aniversario. En especial explicó cual es la estructura y funcionamiento de la organización.

«Nico» presentó el primer número de nuestro boletín de información «Colmenarejo Verde».

Antonio habló del nacimiento y evolución en España de la preocupación ecologista en la población, después de haber alcanzado unos niveles aceptables de bienestar habiendo transcurrido ya varias legislaturas de nuestra democracia. Todo esto a través de su experiencia personal como alcalde y miembro de la ejecutiva del Área de Coordinación Metropolitana de Valencia y su Comarca, y después como militante en grupos ecologistas.

En el debate que siguió se trató especialmente del desorbitado crecimiento urbanístico de la zona y en particular de los nuevos P.G.O.U. de Galapagar y Las Rozas.

1999 La Sierra cambia

En nuestras primeras navidades como asociación (1999), propusimos al ayuntamiento traer a “Colme” una exposición del Ceneam (Centro de Educación Ambiental), dependiente del Ministerio de Medio Ambiente. El ayuntamiento corrió con los gastos de transporte y seguro y nosotros con la organización y montaje, con la inestimable ayuda de chicos y chicas de la extinta Casa de Oficios. Preparamos el consabido cartel y montamos la exposición en el Centro Cívico. Editamos un folleto muy interesante para facilitar la visita de cuántos se acercaran a visitarla. La exposición estuvo varios días, con bastantes problemas derivados de la falta de un espacio adecuado en nuestro municipio para este tipo de actividades. Tuvimos que desmontarla en varias ocasiones para permitir la realización de otras actividades, lo que supuso muchas dificultades.

Desgraciadamente, la inauguración de la Sala Multiusos de la plaza, tampoco ha solucionado esta carencia de infraestructura cultural, debido a que la ausencia de una estructura estable de vigilancia y atención al público en este edificio, que ha demostrado con creces lo inadecuado de su concepto y diseño.

Al final, cuando desmontamos la exposición y la devolvimos al Ceneam, habíamos llegado a la conclusión de que iba a ser inviable realizar exposiciones en dependencias municipales en tanto no se modificasen bastantes cosas.

Leer documento: LA SIERRA CAMBIA, CIEN AÑOS DE CAMBIOS EN LA SIERRA DEL GUADARRAMA

La Sierra cambia: Cien años de cambios en la Sierra del Guadarrama

EXPOSICIÓN

LA SIERRA CAMBIA

 

CIEN AÑOS DE CAMBIOS EN LA SIERRA DEL GUADARRAMA

 

 

EN EL ÚLTIMO SIGLO, LA SIERRA DEL GUADARRAMA HA EXPERIMENTADO UNA SERIE DE cambios sustanciales, tanto en sus gentes y medios de subsistencia como en su propia fisonomía.

Hasta la mejora de los medios de comunicación, con la llegada del ferrocarril primero, y la mejora de caminos y carreteras después, la sierra permaneció como un espacio inalterado, de pueblos muy pequeños, de arquitectura apretada, callejas estrechas, casas de piedra con tejado de paja y ramera primero y teja después, y escasísimas ventanas.

Así describe el padre Sigüenza El Escorial del siglo XVI, antes del monasterio: “en toda la villa no había ni una chimenea, ni una sola ventana, por lo cual la luz, el humo, las bestias y los hombres todos tenían una entrada y salida común en aquellas pobres chozas”.

Su precaria economía se basaba en la agricultura (huertas de subsistencia y centeno, principalmente) y en la ganadería (ganado bovino destinado fundamentalmente a tiro, además de cabras y ovejas).

Pero la cercanía relativa a la gran capital —con más de 200.000 habitantes en el siglo XIX— iba a propiciar los primeros cambios importantes. La metrópoli demandaba cada vez mayores cantidades de leña, de cisco para los populares braseros, e incluso del hielo procedente de los neveros serranos para los sorbetes y helados que la moda llegada de Francia comenzaba a popularizar.

Así, aumentó vertiginosamente la tala de árboles, tanto para leña como para hacer carbón, lo que se tradujo en una paulatina deforestación. El pastoreo, en especial las cabras, impedía la normal regeneración de la vegetación, y a principios de siglo la situación forestal de la sierra era muy preocupante.

Por aquel entonces, la Institución Libre de Enseñanza, de la mano de su cabeza más destacada —Francisco Giner de los Ríos— promueve un enfoque nuevo en la manera de amar la naturaleza, y muy especialmente la cercana Sierra del Guadarrama. La ciudad comienza a resultar agobiante a intelectuales y aristócratas, que buscan en los pinares y rebollares un contacto con el medio natural que años antes denostaban. La Naturaleza deja de ser un lugar incómodo y hostil y adquiere vitola de modernidad.

Como suele suceder, a esta vanguardia selecta le sigue la burguesía imitadora. Así, comienzan a establecerse las típicas colonias de hotelitos, promovidas en muchos casos por las autoridades municipales que ceden terreno gratuitamente como una manera de atraer la clase adinerada de la capital y así lograr prosperidad económica y cultural para sus depauperados pueblos.

Pronto, toda la economía de estos lugares se orienta hacia los nuevos visitantes y al abastecimiento de la metrópoli. El ganado vacuno autóctono da paso a nuevas razas traídas de fuera más orientadas a la producción lechera. Los cultivos se abandonan —excepto las pequeñas huertas— y prosperan oficios relacionados con los servicios y la construcción.

La Guerra Civil frena momentáneamente este crecimiento, que con la llegada de los años cincuenta y el seiscientos se dispara. Las emergentes clases medias disponen por primera vez de autonomía suficiente y el chalecito se pone a la cabeza de las aspiraciones de la burguesía.

Durante los años sesenta y setenta menudean los despropósitos urbanísticos que la llegada de la democracia no es capaz de frenar. Ahora, con la legitimidad que dan las urnas, se siguen haciendo verdaderas tropelías. El dinero fácil que representa la recalificación de terrenos es una tentación a la que muy pocos municipios son capaces de resistirse. Y así, uno a uno, van cayendo presos de la codicia, municipios antaño encantadores: Villalba, Galapagar, San Rafael, Navacerrada…

 

EL AGUA

Durante siglos, Madrid se abasteció del agua procedente de las viejas canalizaciones de origen árabe, que repartían el agua procedente del subsuelo por los barrios céntricos de la capital. Pero ya a primeros de siglo se vio que aquello resultaba del todo insuficiente. En 1902 comienzan las obras de canalización del río Lozoya —lo que será el Canal de Isabel II— que queda terminado en pocos años. Madrid, ya no solo recibe de la Sierra del Guadarrama la leña, el carbón, la leche, la carne, el hielo… ahora también el agua. Esta demanda crece constantemente, y con ella las obras hidráulicas del Canal de Isabel II, llegando a ser una de las redes de abastecimiento de agua más complejas del mundo.

En los pueblos de la sierra, el abastecimiento se realiza por unas obras de ingeniería popular menores, pero no por ello menos meritorias: las caceras.

Tanto unas como otras tienen la virtud de estar perfectamente integradas en el paisaje y no ocasionar alteración alguna en el medio.

Pero esto no duraría mucho tiempo. Las aguas de los ríos, de caudal muy variable y estacional, dejan pronto de garantizar el abastecimiento estival. Se hace necesario construir pantanos en las cabeceras. Y estas obras sí representan las primeras alteraciones físicas importantes. Por ocupar los valles, anegan las mejores tierras de cultivo, lo que da la puntilla definitiva a la agricultura serrana.

El crecimiento que tiene lugar a partir de los setenta no respeta la norma más elemental del urbanismo: Primero, servicios; después, edificios. Los ayuntamientos, en vez de velar por el cumplimiento estricto de las normas, están más preocupados en no poner trabas a la iniciativa urbanizadora por temor a que elijan otro lugar. Por doquier se crean urbanizaciones con viales insuficientes, sin instalaciones y lo que es peor, vertiendo sus aguas residuales en ríos y pantanos. Los ciudadanos parecen no tomar conciencia de la situación y legislatura tras legislatura salen elegidos ediles que acometen grandes obras civiles, centros cívicos, casas de cultura, polideportivos… mientras sus municipios siguen contaminando hasta la muerte ríos y pantanos.

En la actualidad, embalses como nuestro Valmayor, figuran entre los más contaminados de España, y por supuesto, a la cabeza entre los de Madrid. Y el río Guadarrama, en la práctica totalidad de su trayecto, es un río muerto, formado en su mayor parte por residuos fecales e industriales.

 

LAS GENTES

Durante siglos, las únicas actividades económicas fueron el pastoreo —trashumante hasta hace bien poco—, la agricultura y sobre todo la ganadería. Con el desembarco de las clases acomodadas de la capital, comienzan a proliferar los oficios destinados a dar servicio a estas nuevas gentes: albañiles, servicio doméstico, lavanderas, comerciantes, guardas de hoteles… La creciente población veraniega atrae a personas de otras provincias. Así, se produce una importante inmigración hacia los años sesenta y setenta que revitaliza los pueblos con gentes venidas de otras tierras. Finalmente, los años noventa traen consigo una nueva oleada de gentes atraídas por la prosperidad representada por tantos y tantos madrileños que eligen la sierra como su segunda o primera residencia. Pero estas gentes vienen de lugares mucho más remotos: Marruecos, Argelia, Rumanía, etc.

 

COLMENAREJO Y SU ENTORNO

Su situación ligeramente apartada de las principales vías de comunicación, ha permitido a Colmenarejo mantener su carácter rural hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX. Su población se ha mantenido estable durante casi un siglo, experimentando un crecimiento significativo a partir de los últimos 15 ó 20 años. Pero este crecimiento, con ser importante en términos porcentuales no lo es tanto en términos absolutos. Los menos de 5.000 habitantes de derecho están bastante concentrados en un casco urbano. Esto ha permitido que, aunque el pueblo haya sufrido notables modificaciones en los últimos años, el termino municipal en su conjunto sea uno de los mejor conservados de la sierra.

Pero esta realidad puede cambiar en cualquier momento (y, de hecho, estuvo a punto de cambiar en la anterior legislatura).

El Colmenarejo del siglo XXI está aún por diseñarse, y son tantos y tan poderosos los intereses en juego, que es más necesaria que nunca una sólida conciencia ciudadana que deje oír su voz en el concierto de ideas. Nadie defiende un Colmenarejo especulador y desmedido, al estilo de Galapagar, por poner un ejemplo cercano. Pero es que este modelo tampoco lo defendían quienes convirtieron Galapagar en lo que es hoy.

 

PROYECTO VERDE Y EL COLMENAREJO DEL SIGLO XXI

Proyecto Verde es una asociación medio ambiental dedicada a la defensa del medio ambiente y la calidad de vida de nuestro pueblo. No es una alternativa política, encubierta o declarada, al estilo —por ejemplo— de Foro Verde de Galapagar, hoy en el gobierno municipal.

Queremos un crecimiento racional para nuestro pueblo, radicalmente respetuoso con el entorno. Estamos seguros de que la mayoría de cuántos viven en el pueblo estarían dispuestos a importantes sacrificios para que Colmenarejo no acabe siendo como Villalba o Galapagar. Los hombres y mujeres que estamos en Proyecto Verde creemos que no hay necesidad de sacrificarse, ni de acometer acciones heroicas. Creemos que si nos unimos todos cuantos pensamos de manera similar, Colmenarejo será lo que los colmenarejanos queramos que sea. Ni más ni menos.

Ayudando al galápago español (Actividad científica)

No se trata de una actividad inducida por la reciente ola gubernamental de patriotismo. En absoluto.

fortunadamente para ellos, los animales no están ligados a los países, ni tienen que sufrir las servidumbres derivadas de ello. Los animales son de aquellos lugares que han permitido, a lo largo de los siglos, milenios y millones de años, que lleguen a ser lo que son. Mientras que los seres humanos nos empeñamos en tratar de convencer a nuestros vecinos de que la tierra que habitamos tiene entidad propia porque la habitamos nosotros, y no otros, los animales son lo que son porque habitan una determinada región o territorio. No es el ser vivo quien da carta de naturaleza al territorio, sino justamente al revés.

¿Quiénes son estos galápagos?
El entorno mediterráneo-europeo ha creado dos especies de galápago a lo largo de millones de años, que se han ido adaptando perfectamente al devenir de las circunstancias propias de este territorio. Son el galápago leproso (Mauremys caspica) y el galápago europeo (Emys orbicularis). Son las únicas especies de galápago que podemos encontrar en España.

El primero, el leproso, es una especie con buena salud, a pesar de su nombre. Es relativamente abundante en los arroyos y ríos de nuestra geografía. En Colmenarejo es abundante, y se le puede ver tomando el sol en los días fríos de comienzo de la primavera, en las riberas del Aulencia, La Peralera, Membrillo… y otros lugares. Se llama vulgarmente “leproso” por el aspecto de su concha, algo descamada y cutre. Si a este nombre unimos que, en nuestro pueblo, habita arroyos verdaderamente infectos, puede dar una sensación equivocada sobre su salud ecológica.

El galápago europeo es otra cosa. Ocupa hábitats algo más exigentes que los del leproso, pero con mucha menor fortuna. De hecho, el galápago europeo está en peligro de extinción.

Una vez más (y son muchas ya) en Colmenarejo tenemos la fortuna de poder verle en el río Aulencia. No es nada fácil, porque es muy escaso. Originariamente, estos dos galápagos seguramente ocuparían ecosistemas diferentes, pero la eliminación y degradación progresiva de sus lugares de habitación, ha provocado que en la actualidad compartan ciertos hábitats. Es una adaptación natural a las condiciones cambiantes del medio, y no tendría mayor trascendencia si no hubiera entrado en juego una especie temible y agresiva, capaz de modificar las condiciones del medio como nunca sucedió anteriormente en la historia de la Tierra: el Homo sapiens.

Vuelve el hombre
Las crías de Homo sapiens han mostrado desde tiempos de Atapuerca (si no antes) una gran predilección por las mascotas. Y los ejemplares adultos de esta especie, se caracterizan por dar a sus crías, no solo lo que necesitan para su adecuado desarollo físico, social e intelectual, sino también todo aquello que las crías demandan, aunque sea absolutamente superfluo. Y las crías, con esa inteligencia prodigiosa que no tiene parangón en el reino animal, saben aprovechar esta debilidad del adulto, y demandan constantemente.

Para complacer esta demanda, el Homo sapiens de Estados Unidos, se dedicó a criar a sus propios galápagos autóctonos y venderlos en Europa. Aquí, los adultos de Homo los compraron a mansalva para contentar a sus crías. Y cuando se quisieron dar cuenta, uno de cada 20 hogares con niños tenía su galápago de Florida.

Pasó el tiempo, y lo que era una preciosa y manejable tortuguita, se convirtió en un terrible depredador de 30 cm. Esta evolución tuvo lugar al mismo tiempo que la de la cría de Homo, que pasó de ser un cachorro adorable a convertirse en un individuo preadulto atacado de abcesos purulentos (llamados granos) y dominado por la secreción hormonal, y con un carácter insufrible. Ante esta situación, la manada de Homos comienza a ver a la enorme tortuga como un verdadero problema. Y, ¿cuál es la manera en que la especie Homo encara sus problemas? Desviándolos. Y así, el galápago de Florida termina en un río, arroyo o pantano cercano, porque —eso sí— la especie Homo cuida mucho las apariencias, y no es cuestión de “cargarse” a la tortuguita.

Todo lleno de galápagos de Florida
Y así, poco a poco, nuestros ríos, pantanos y arroyos se han ido llenando de este galápago, que no es ni bueno ni malo, pero que compite por la comida y el territorio con los galápagos europeos, y lo hace con gran ventaja, porque es muchísimo más agresivo y voraz.
Las autoridades, que muestran gran sensibilidad por los problemas ambientales, prohíben en un momento dado, la importación de este galápago. Pero no pasa nada, porque en el sureste de los Estados Unidos existe la mayor diversidad de galápagos del mundo, y si no les dejan mandarnos el de Florida, pues mandarán el del Mississippi, como ocurre actualmente. Y cuando prohíban el del Mississippi, pues mandarán otro cualquiera de entre las cuarenta especies que tienen.

Un desastre ecológico
Estos galápagos americanos están terminando, no solo con las colonias de galápago europeo, sino también con grandes poblaciones de anfibios y de peces autóctonos. Son carnívoros puros, se comen las puestas, las crías, los renacuajos, los alevines, los individuos adultos… todo lo que cae en sus manos. Incluso, todo aquel que tenga un galápago foráneo, sabe que a pesar de no tener dientes, es capaz de hacer presa en un dedo y no soltarlo.

La AHE entra en escena
La AHE es la Asociación Herpetológica Española (), una asociación eminentemente científica cuyo objetivo primordial es el estudio y protección de la fauna herpetológica de nuestro país. Los “herpetos” son los anfibios y los reptiles: ranas, sapos, tritones, culebras, serpientes, tortugas y galápagos.

La AHE se dirige a nosotros en septiembre de 2002. Ya habíamos tenido ocasión de colaborar directa o indirectamente en varios temas: estudio de la fauna de anfibios en Colmenarejo, censo de poblaciones atropelladas de sapo en el entorno del dique de Valmayor, estudio de la fauna de anfibios en el Parque del Guadarrama, etc. En esta ocasión, el objetivo es intentar capturar galápago americano en una zona que se ha detectado como uno de los últimos reductos del galápago europeo en nuestra región: el área de influencia de los ríos Aulencia-Guadarrama. La convocatoria tiene un objetivo quizá más importante: la realización de un reportaje por parte de Telemadrid, con el objeto de concienciar a la población para que no deje en libertad este tipo de tortugas importadas.
Ponemos en marcha la maquinaria, y una vez más, nuestros socios responden a las mil maravillas. Cerca de 40 personas nos dirigimos al embalse de los Arroyos, lugar en el que la AHE ha detectado una importante presencia de galápago de Florida.

El resto de la historia la podéis ver en el reportaje fotográfico “Pescando” galápagos. Merece especial atención el enorme galápago de más de 25 años que consiguieron atrapar José Ignacio y Juan. Un precioso ejemplar que, por desgracia, estaba en un lugar al que nunca debía haber llegado. Tanto este ejemplar, como todos los que nos han ido llegando a raíz de la emisión del reportaje en Telemadrid y del artículo aparecido en el Diario del Noroeste, han sido llevados a Grefa, en donde disfrutan de una vida apacible en una charca artificial que comparten con decenas de colegas llegados del otro lado del Atlántico.

Conclusión: ¿No es muchísimo más fácil no comprar galápagos, o al menos no tirarlos a los ríos?

Respuesta: sí.

Maratones: ¿Qué?, ¿cuándo?, ¿cómo?

¿Qué son los maratones?

Los maratones de Proyecto Verde no son carreras pedestres, sino jornadas dedicadas de manera intensiva a la identificación de flora o fauna.

Hasta ahora hemos realizado 3 maratones ornitológicos y 2 maratones botánicos. Gracias a ellos (en especial a los maratones ornitológicos) ha sido posible obtener datos interesantes sobre especies y su distribución geográfica.

Pero lo más interesantes de los maratones no es su vertiente científica, sino el aspecto educativo y lúdico. Los grupos que participan en los maratones suelen ser familias y grupos de amigos, que en cierta medida “se obligan” a recorrer el término municipal, prestando una atención especial a la presencia de aves o especies vegetales, tratando de clasificarlas, ojeando guías, escrutando el cielo con sus prismáticos, en una actividad que, aunque tiene también un cierto carácter competitivo, es sumamente relajante y gratificadora.

¿Cuándo se celebran?

En primavera. Es un momento en que muchas aves que vienen solo a pasar el invierno aún no se han marchado (las invernantes), por lo que coinciden en nuestras tierras con las aves que siempre están con nosotros (las nidificantes). Así, es posible localizar un número importante de especies, aunque algo alejado del número máximo de especies que es posible ver en nuestro municipio a lo largo del año, que supera en poco las 100 especies (para más información, ver Actividad Científica – Atlas Ornitológico).

Y por lo que respecta a las plantas es, evidentemente, el mejor momento del año.

Premios

Una característica en la política de premios para estos maratones es la de recompensar no solamente a aquellos grupos que realicen el mayor número de observaciones. Esto dejaría fuera de la competición a grupos que, sin poseer unos grandes conocimientos, sí demuestran un gran interés y aplicación en la tarea. Por ello, a los premios absolutos, siempre acompañan otros premios, que buscan estimular la participación en estas actividades vinculadas con la naturaleza, y que no están relacionados con los conocimientos científicos.

Maratón ornitológico

El Primer Maratón Ornitológico, en la primavera de 2000, ofreció unos resultados espectaculares. El jurado aceptó como válidas la identificación de 81 especies distintas, muchísimas si tenemos en cuenta que las observaciones se hacían durante un solo día, y no en el horario más adecuado para las aves, que es la primera hora del día y el anochecer. Prácticamente se puede afirmar que todo lo que se podía ver o escuchar fue visto o escuchado.

La lista de aves observadas es la siguiente:

Somormujo lavanco
Zampullín cuellinegro
Zampullín común
Cormorán grande
Garza real
Cigüeña común
Cigüeña negra
Ánade real
Pato cuchara
Águila imperial
Milano negro
Milano real
Águila culebrera
Azor
Ratonero
Águila calzada
Buitre común
Perdiz común
Focha
Gaviota reidora
Gaviota sombría
Paloma torcaz
Paloma Bravía
Tórtola
Críalo
Cuco
Búho Real
Mochuelo común
Martín pescador
Abubilla
Pito real
Pico picapinos
Chochín
Totovía
Alondra común
Cogujada común
Golondrina común
Avión común
Avión roquero
Bisbita común
Lavandera blanca
Lavandera boyera
Lavandera cascadeña
Alcaudón real
Alcaudón común
Ruiseñor bastardo
Zarcero
Curruca capirotada
Curruca cabezinegra
Tarabilla común
Collalba gris
Collalba rubia
Colirrojo tizón
Petirrojo
Ruiseñor común
Mirlo
Agateador
Pardillo
Mito
Carbonero común
Herrerillo común
Herrerillo capuchino
Triguero
Pinzón
Jilguero
Gorrión común
Gorrión molinero
Estornino
Urraca
Cuervo
Corneja
Grajilla
Rabilargo
Verderón
Verdecillo
Curruca carrasqueña
Mosquitero común
Escribano montesino
Calandria
Alcotán
Cernícalo

Todos estos avistamientos (excepto zampullín cuellinegro, lavandera boyera, calandria y zarcero) han sido confirmados científicamente. No se detectaron en este maratón (fundamentalmente por la época del año y las horas de avistamiento), aunque también han sido confirmadas por ornitólogos de Proyecto Verde y Grefa, las especies siguientes:

Abejero europeo
Buitre negro
Gavilán
Lechuza
Autillo
Cárabo común
Búho chico
Chotacabras
Abejaruco
Carraca
Polla de agua
Paloma zurita
Tórtola turca
Vencejo común
Terrera común
Cogujada montesina
Avión común
Buitrón
Zarcero común
Curruca rabilarga
Reyezuelo listado
Carbonero garrapinos
Arrendajo
Gorrión chillón

 

Hay que aclarar que, sin duda, es posible ver otras especies, hasta llegar probablemente a las 140. Pero las reseñadas son las que han podido detectarse con total garantía, lo que no significa, volvemos a repetir, que sean las únicas, pero sí que son las que se pueden avistar con mayor frecuencia. El resto, hasta esas 140 o 150, son principalmente aves de paso, que excepcionalmente, pueden recalar en nuestro municipio, o aves que habitan en ecosistemas limítrofes con el nuestro o aves con grandes áreas de campeo. Un ejemplo es el águila real, que excepcionalmente se ha podido ver en nuestro municipio, aunque nuestro pueblo diste mucho de ser su hábitat idóneo.
Fuera de este inventario se encuentran las especies domésticas y en cautividad o semicautividad, como gallinas o gansos, por ejemplo.

Y a este respecto es divertida la anécdota sobre una lista de aves de Colmenarejo que ha circulado profusamente, incluso por Internet. En esta lista existen algunos errores importantes, como el cisne, especie que no puede ser avistada en Colmenarejo (ni en la práctica totalidad de España) en estado salvaje. El motivo del error es que la persona que realizó la referida lista observó una pareja de cisnes volando, cisnes domésticos que procedían del estanque que hay junto al Jardín de los Frailes, en el Monasterio de El Escorial, y que periódicamente hacen alguna escapadita por los alrededores.

En el Segundo Maratón Ornitológico, la cifra absoluta de avistamientos descendió a 77 especies, y alcanzó el récord en el Tercer Maratón Ornitológico, celebrado a comienzos de la primavera de 2002. En esta ocasión se avistaron 87 especies. Probablemente tuvo algo que ver el crudísimo invierno que padeció Europa, y que obligó a muchas aves a adelantar sus migraciones. Pulsa aquí para ampliar

 

Los premiados

Primer Maratón Ornitológico
• Primer premio: Emilio López, Antonio López y Carlos Ruiz (53 especies)
• Segundo premio: Rubén Úbeda, Alberto Rodríguez y Ricardo Panadero
• Tercer premio: Francisco Roales, Gonzalo Vigara y Francisco Javier Anaya
• Cuarto premio: Ana Rubio, Maribel Capó y Lucía Mora

Segundo Maratón Ornitológico
• Primer premio: Antonio López, Abel López y Daniel Serrano (55 especies)
• Segundo premio: Rubén Úbeda, Alberto Rodríguez y Ricardo Panadero
• Tercer premio: Arturo Almodovar y Daniel Rodríguez
• Cuarto premio: Francisco Roales, Gonzalo Vigara y Francisco Javier Anaya
• Quinto premio: Ana Rubio, Maribel Capó, Itziar Pérez y Lucía Mora

Tercer Maratón Ornitológico
• Primer premio: Alberto Rodríguez y Ricardo Panadero (70 especies)
• Segundo premio: Roberto Bastos y Jesús Gamella (62 especies)
• Tercer premio: Daniel Palacios y Raúl Gala (51 especies)
• Cuarto premio: Marisol García y Alfonso Zamora
• Quinto premio: Francisco Roales, Gonzalo Vigara y Francisco Javier Anaya
• Sexto premio: Arturo Martínez y Alejandro Martínez
• Séptimo premio: Ana Rubio, Maribel Capó y Lucía Mora

Hay que destacar la sana rivalidad que se ha creado entre algunos participantes habituales en estos maratones. El grupo formado por Alberto, Rubén y Ricardo ha estado luchando por el primer puesto hasta que, finalmente, lo consiguió en el Tercer Maratón. Esta última edición también destaca por los magníficos resultados, la participación y el hecho de que los premios fueron copados, por vez primera, por una mayoría de vecinos de Colmenarejo, y casi todos menores de 24 años, lo que significa que poco a poco estos maratones se van afianzando entre nuestros jóvenes.

2000, I Maratón Ornitológico

El 1er Maratón Ornitológico “Proyecto Verde” de Colmenarejo fue un completo éxito

Con una nutrida participación y unos resultados muy interesantes, este maratón ornitológico —tercero de este tipo que se celebra en España— promete convertirse en una prestigiosa cita anual para los aficionados de nuestro pueblo y de toda la región.

A las 10 de la mañana, en el Aula de la Plaza de Colmenarejo quedaba instalada la mesa de inscripciones. El adelanto horario —no previsto por la organización— cogió a muchos por sorpresa, por lo que hasta bien entradas las 11 no se animó la participación. Una vez desperezados y con un reconfortante desayuno en el cuerpo, la afuencia fué creciendo hasta alcanzarse los 21 grupos inscritos. El número de participantes por grupo era de tres, pero la mayor parte de grupos iban acompañados por amigos y familiares, por lo que la participación real puede cifrarse en torno a las 100 personas.

Los hubo de todas las procedencias: Galapagar, Valdemorillo, Las Rozas, Majadahonda, La Navata… algunos procedentes del entorno universitario, otros miembros de asociaciones ornitológicas y, sobre todo, vecinos de Colmenarejo.

Lo más alentador de esta primera edición fue la participación de niños y jóvenes, algunos con resultados verdaderamente espectaculares. El límite mínimo de edad para participar como inscrito lo había fijado la Organización en 11 años. Pues bien; de esta edad participaron al menos 9 niños, otros tantos con edades entre los 12 y los 15, dos grupos más con menos de 25 años y el resto de mediana edad. El techo de edad rondó los 60 años. Pero todos con un entusiamo y un espíritu envidiables.

Provistos de un poster con las especies más características del municipio, un plano para orientarse y marcar el recorrido y fichas para anotar las observaciones, los participantes recorrieron los caminos del municipio con mayor o menor fortuna, dependiendo de sus habilidades y del azar. Pero en lo que todos han coincidido en los comentarios que han hecho al finalizar la prueba es en el estupendo día de campo que han disfrutado en contacto con la Naturaleza. Una ocasión perfecta para pasar juntos —padres e hijos— una jornada de ocio.

Las zonas más visitadas fueron la zona del pantano de Valmayor y el río Aulencia, aunque algunos grupos —el vencedor y los tres accesit, entre otros— hicieron recorridos que solo de verlos reflejados en el mapa ya dan fatiga.

Y un comentario unánime de la gente que venía a Colmenarejo por vez primera: “Tenéis un municipio increible; ¡Cuidarlo!”

Mucho nivel
El primer premio correspondió, tal como se establecía en las bases, al grupo que realizó mayor número de identificaciones. El equipo ganador —de Galapagar— demostró un nivel extraordinario. Son tres jóvenes con larga experiencia en censos de aves y un historial de activa participación en asociaciones ecologistas.

Los restantes galardones se habían constituído para premiar otros aspectos de la participación distintos de las puras observaciones. Sin embargo, se da la circunstancia de que estos grupos, además de los méritos por los cuales se les han concedido los galardones, están entre los cinco primeros equipos en identificaciones y con una edad media de 14 años.

La labor del jurado
El jurado, formado por los biólogos Elvira González, Roberto Pérez y el presidente de Proyecto Verde, tenía como misión principal discernir la veracidad de las identificaciones. Algunas observaciones tuvieron que ser invalidadas, bien por falta de datos (citar sólo el género, o faltar la zona de avistamiento), bien por la dificultad extrema en la identificación (distinguir por el oído especies cuyo canto no es característico), o bien por tratarse de especies practicamente imposibles de ver en la zona marcada, o en la propia región o en la época del año.

Algunos avistamientos sorprendieron al jurado, como el caso de la cigüeña negra, el águila imperial o el azor, pero fueron dados por válidos al aparecer en otros grupos en horario y zona similares. En ningún caso se detectó voluntad de engañar, aunque sí errores debidos a la lógica inexperiencia.

Y ahora, ¿qué?
El éxito de público y la repercusión habida en los medios de comunicación (con la presencia de Telemadrid, apariciones en la SER, entrevistas en la COPE, portada en Diario 16, además de artículos en casi toda la prensa local y regional) ha movido a Proyecto Verde a instituir el Maratón Ornitológico como una cita que se repita año tras año.

Proyecto Verde agradece el apoyo de los patrocinadores (Ayuntamiento de Colmenarejo, Universidad Carlos III, Estanco de Colmenarejo, Autocares Julián de Castro y Centro Médico Colmenarejo). Ahora, después del éxito obtenido, serán muchas las empresas dispuestas a colaborar con nuestra asociación, pero para Proyecto Verde tiene un especial valor la confianza mostrada por todos estos pioneros.
Desde un punto de vista científico, los datos arrojados por este maratón serán divulgados en los medios especializados. También serán incluídos en el Inventario Medioambiental de Colmenarejo —que Proyecto Vede realiza desde hace varios meses— y, dentro de 2 ó 3 convocatorias, se podrá editar algún estudio más detallado sobre la avifauna de la zona que sea suficientemente representativo.