ESTHER SÁNCHEZ – Colmenarejo
EL PAÍS – 20-03-2006
La Confederación Hidrográfica del Tajo, organismo del Ministerio de Medio Ambiente, ha decidido limpiar de lodos contaminantes la vieja presa del río Aulencia, situada en el Parque Regional del Curso Medio del Guadarrama. Un grupo de expertos estudia la forma de sacar los 300.000 metros cúbicos de fango, aderezado con metales pesados, en los que se ha convertido el agua después de soportar años de vertidos. La presa contiene restos de 12 metales, 74 contaminantes (derivados de jabones, hidrocarburos, disolventes y productos textiles, entre otros) y 31 compuestos, entre ellos el azufre.
«Prohibido el baño. Aguas cenagosas», rezan varios carteles situados al borde de las aguas muertas. La Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), organismo del que depende el embalse, advierte así del peligro que esconden los lodos: si alguien cae dentro, el fango lo atraparía y sería difícil escapar sin ayuda. Además, un vigilante acompañado por dos perros vigila los alrededores.
El Ayuntamiento de Colmenarejo también teme que la presa no aguante la presión y se rompa. Un desastre que supondría el vertido de residuos altamente contaminantes tanto al parque regional como a la cuenca del río.
Por este motivo el gobierno municipal ha denunciado ante la Fiscalía de Medio Ambiente al Canal de Isabel II (propietario de la potabilizadora de Valmayor, de donde proceden parte de los vertidos) y a la Confederación del Tajo por un posible delito contra los recursos naturales y el medio ambiente. Una denuncia que sorprende al Canal, porque, en su opinión, parte del problema que se ha generado en la presa proviene de las aguas residuales que han ido a parar desde este municipio al embalse.
Vaso rebosante
La presa, construida en 1945 en el río Aulencia, afluente del Guadarrama, a dos kilómetros del embalse de Valmayor, suministraba agua a varios pueblos. Cuando estas localidades comenzaron a abastecerse con el Canal de Isabel II, la presa se cerró. Sin embargo, los vertidos se convirtieron en habituales en las tres últimas décadas, hasta llegar a la situación actual: un vaso rebosante de fango maloliente.
El embalse del Aulencia se ha colmatado con lodos procedentes de la planta potabilizadora del embalse de Valmayor (ETAP), propiedad del Canal; con aguas residuales que llegaban desde el núcleo urbano de Colmenarejo y las urbanizaciones de Valdemorillo; y con los materiales que arrastran los ríos normalmente. El Canal mantiene que ya no hay vertidos desde la potabilizadora, y que éstos se produjeron de forma puntual al limpiar los filtros por donde pasa el agua antes de clorarla.
Ahora, después de años de vertidos denunciados por los ecologistas, las partes implicadas están de acuerdo en que hay que limpiar la presa y recuperar un entorno muy valioso. La Confederación informa de que ha encargado a una empresa experta en gestión de residuos un estudio para retirar los lodos. Ese estudio estará finalizado en dos o tres meses.