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Reunión con el Director General del Medio Natural para tratar la polémica limpieza de las riberas del Aulencia

Finalmente, el trabajo desarrollado a lo largo de los últimos cuatro meses para conseguir un cambio de postura por parte de la Administración en su política de limpieza de las riberas del Guadarrama y el Aulencia, ha cristalizado en unos compromisos muy positivos por parte de Juan del Álamo, Director General del Medio Natural de la Comunidad de Madrid.

La mayor parte de socios de Proyecto Verde y la inmensa mayoría de ciudadanos de Colmenarejo desconocen las graves actuaciones que la empresa Tragsa, por encargo de la Consejería de Medio Ambiente, ha llevado a cabo en las riberas del Aulencia. Pero si de desastrosos podemos calificar los trabajos desarrollados durante la pasada primavera, son aún peores los que estaban previstos, y que, finalmente, hemos podido paralizar con la ayuda de otros colectivos ecologistas.
No hemos querido, en primera instancia, utilizar la presión mediática en este tema, con la esperanza de lograr mejores resultados mediante una táctica más conciliadora, como afortunadamente así ha sucedido. Creemos que merece la pena relatar telegráficamente una historia que muy pocos conocemos.
Finales de marzo. Miembros de Proyecto Verde, que están trabajando en el Inventario Medioambiental de Colmenarejo, detectan la presencia de varias cuadrillas realizando talas y desbroces en las riberas del Aulencia, en el extremo sur del término municipal, en una zona de máxima protección del Parque Regional del Curso Medio del Guadarrama. Alarmados por la magnitud y características de los trabajos, lo ponen en nuestro conocimiento. Acompañados por expertos de la asociación, hacemos un primer recorrido por la zona, comprobando la gravedad de la intervención. Donde antes existía una espesa y rica vegetación, que protegía el cauce del río, permitiendo la pervivencia de una gran variedad de flora y fauna, ahora ha quedado un cauce deforestado, donde sólo se han respetado los árboles de mayor porte y crecimiento rectilíneo, eliminando todo el matorral, incluyendo especies protegidas y podando ramas de diámetros muy superiores a los permitidos. En esta primera aproximación, los hechos son calificados de “atentado medioambiental”.
Ventinueve de marzo. Se pide la colaboración de ARBA —Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono— para que haga una evaluación de la flora y emita un informe sobre la actuación de Medio Ambiente.
Cinco de abril. ARBA nos hace llegar su informe. Resulta extraordinariamente crítico con los trabajos de poda y desbroce en todos sus aspectos. Adjunta, asimismo, un completo inventario de la flora presente en la zona; Noventa especies de plantas, algunas muy escasas en la provincia y no citadas con anterioridad en la zona, como el Rusco (Ruscus aculeatus). Este informe constata la variedad y riqueza en flora del lugar, al tiempo que detecta la tala de pies enteros de Saúco (Sambucus nigra), especie catalogada como de especial interés, y protegida por las legislaciones autonómica, estatal y europea.
Siete de abril. Se remite un primer informe a la Dirección General del Medio Natural, a través del Ayuntamiento de Colmenarejo, en el que se solicita la inmediata paralización de los trabajos, al tiempo que se muestra nuestra desolación por el grave daño producido al ecosistema.
Segunda semana de abril. Se interrumpen los trabajos de poda y desbroce.
Once de abril. Se recibe del Museo Nacional de Ciencias Naturales una identificacion de mejillón de río hallado en la zona: Unio pictorum, que no estaba citado aguas abajo de Valmayor. Se constata el grave daño producido a las aves nidificantes y a la colonia de galápago leproso, por citar un par de ejemplos.
Diecisiete de abril. Recibimos, a través del Ayuntamiento, un informe firmado por José Luis García Martín y Rafael Mosquera Silvés, Jefe de la Sección II y Director de la Obra, respectivamente, en el que se justifican los trabajos realizados. La absoluta carencia de rigor científico y las disparatadas aseveraciones de este informe, ponen de manifiesto lo errático en las directrices utilizadas para este proyecto, presupuestado en varias decenas de millones de pesetas de dinero público.
Finales de abril. Se toma la decisión de llevar este asunto hasta sus últimas consecuencias, dada la gravedad de los hechos. Para ello se convoca a un “Comité de Expertos” de Proyecto Verde, integrado fundamentalmente por biólogos, y naturalistas, al que se invita a Javier Zarzuela, de Ecologistas en Acción de Galapagar y representante por los ecologistas en la Junta Rectora del Parque del Guadarrama; Arturo Almodovar, biólogo auditor ambiental; Gema Morales, bióloga experta en anfibios y reptiles; Julián García Valverde, economista con una dilatada experiencia en la Administración, y Mª del Carmen Guillén, bióloga. Este comité, formado por 20 personas, ultima durante más de un mes, un detallado informe, que queda listo a primeros de junio, después de varias reuniones y visitas a la zona afectada.
Primeros de mayo. Se debate la estrategia a seguir. Puesto que el daño ya está hecho y se han logrado paralizar momentáneamente las actuaciones, prevalece el criterio de dialogar con la Administración frente al de denunciar ante el Fiscal de Medio Ambiente y los medios de comunicación. No obstante, para “allanar” el camino, publicamos alguna nota en la prensa local sobre el asunto, eludiendo otros medios de mayor trascendencia, también interesados en el tema.
Cuatro de mayo. Recibimos una llamada del ingeniero responsable de la poda del Aulencia, en un tono sumamente conciliador, ofreciéndose a explicarnos los trabajos realizados. La respuesta es que “los trabajos se explican por sí mismos”.
Seis de mayo. Asamblea de la federación de Madrid de Ecologistas en Acción. Proyecto Verde informa del tema, encontrando un apoyo absoluto. Se acuerda utilizar la experiencia en Colmenarejo y el trabajo realizado por Proyecto Verde para extrapolarlo a toda la Comunidad de Madrid y así tratar de conseguir un compromiso global por parte de la Administración en el delicado tema de tratamiento de riberas.
Siete de mayo. Alberto Fernández Lop, Dr. en biología y responsable del área de medio natural de WWF•Adena, se pone en contacto con Proyecto Verde para visitar la zona afectada. Queda doblemente impresionado: de un lado, por la calidad del bosque de ribera que aún queda intacto; del otro, por la tropelía llevada a cabo en la zona “limpiada”. Se ofrece a colaborar con nosotros en todo lo que sea necesario.
Mes de mayo. A lo largo del mes, se establecen varios contactos con los ingenieros responsables y se consultan documentos en la propia Consejería (se ponen todas las trabas posibles, denegándonos el acceso a documentos y prohibiéndonos hacer fotocopias, lo que nos obliga, incluso, a copiar a mano varias páginas de la Memoria Técnica). De la documentación consultada, se desprenden una serie de circunstancias poco “habituales” en los procedimientos de contratación. No existe Pliego de Condiciones para sacar a concurso la obra del Aulencia. Ésta se ha adjudicado directamente a Tragsa, empresa participada por el Estado, tristemente famosa en círculos ecologistas por sus frecuentes “deslices” medioambientales. También descubrimos que el documento técnico sobre cuáles debían ser los trabajos a realizar ha sido elaborado por Tragsatec, filial de Tragsa, sin que hayan intervenido los técnicos de la Consejería. Es decir, que es una empresa quien decide qué es lo que se hace en un Parque Regional, cómo se hace y quién lo hace, con el beneplácito de la Administración y a espaldas de los Ayuntamientos implicados y de la Junta Rectora del Parque. Así —como no podía ser de otra manera— se suceden en dicha memoria los desatinos, algunos tan disparatados como el de repoblar las riberas —previamente deforestadas— con especies que jamás han estado presentes en nuestro río, como plátano, almez o tamarix.
Primeros de junio. Se establece contacto con algunos de los mayores expertos en el campo de los sotos, ligados muchos de ellos a la Universidad: Agustina Sterling, Francisco Lara, Marta González del Tánago y Eugenio Rico. Se les remite el informe elaborado por Proyecto Verde, para someterlo a su consideración e incorporar sus observaciones. La opinión es muy favorable y la felicitación, unánime. Algunos, incluso, se ofrecen a suscribirlo. No obstante, se acuerda con ellos, “dejarles en la recámara” para, en caso de que la Administración no acepte nuestros postulados, solicitar su mediación, como personas de prestigio reconocido y desligadas tanto de la Administración como del movimiento ecologista.
Primera semana de junio. Cambios en la consejería de Medio Ambiente. El nuevo Consejero convoca la Junta Rectora del Parque Regional. Los representantes ecologistas dan una primera pincelada sobre el asunto “Aulencia-Guadarrama”.
Mediados de junio. Reunión de la cúpula de Ecologistas en Acción con el nuevo Consejero de Medio Ambiente. Se le informa de la reunión que se ha solicitado con el Director General, Juan del Álamo, para tratar el tema del Aulencia-Guadarrama y se le hace un pequeño anticipo de lo que se avecina.
Dieciseis de junio. Ya hay fecha para la reunión con el Director General del Medio Natural: 29 de junio.
Última semana de junio. Se dan los últimos retoques al informe y se perfila la estrategia. Existen rumores de que Tragsa ha preparado un contrainforme.
Ventinueve de junio. Reunión con el Director General. Asisten, además del propio Juan del Álamo y de José Luis García, responsable de la obra, Paco Segura, biólogo y coordinador de la Federación de Madrid de Ecologistas en Acción, Alberto Fernández Lop, Javier Zarzuela y el presidente de Proyecto Verde. A lo largo de hora y media, y una vez contrarrestado un intento de justificación por parte de José Luis García de los trabajos realizados, la reunión entra en un cauce muy receptivo por parte del Director General. La Administración reconoce tácitamente sus carencias en cuanto al bagaje científico a la hora de valorar y diseñar actuaciones de este tipo. Pronto se alcanzan algunos compromisos. Los más destacables son:
• Suspender la proyectada reforestación con ahoyadoras montadas sobre retroescavadora y cualquier otra intervención en el Aulencia.
• Compromiso de informar y someter a consideración previa de los grupos ecologistas implicados cualquier intervención en los sotos de ribera del Guadarrama y el Aulencia.
• Elevar una consulta a expertos sobre la función de las zarzas en los ecosistemas de ribera (asunto polémico y muy debatido).
• Realizar unas Jornadas en Colmenarejo sobre bosques de ribera, en las que participen la Administración, la comunidad científica y los ecologistas.

Conclusión
Proyecto Verde considera que ha merecido la pena el esfuerzo de estos meses. Si tras la desafortunada actuación de Medio Ambiente en las riberas del Aulencia, se logra —como así esperamos— un compromiso para adecuar sus actuaciones en el tratamiento de riberas al dictado de la comunidad científica, daremos por buenos los dos kilómetros de soto destruidos, porque serán los últimos que se destruyan en la Comunidad de Madrid. Así lo esperamos y deseamos, y en esa línea seguiremos trabajando.
Por otra parte, la disposición del Director General, que los asistentes a la reunión calificamos casi unánimemente de muy buena, permite albergar fundadas esperanzas de disponer de un valioso interlocutor, abierto al diálogo y al consenso en otros temas de enorme importancia, como el Plan de Ríos, previsto para los próximos cinco años, y al que se va a destinar una partida de diez mil millones de pesetas.
La celebración de unas jornadas en Colmenarejo sobre los Bosques de Ribera, va a permitir reunir en una mesa a los máximos especialistas en esta materia, a la Administración y a los ecologistas. El objetivo es lograr unas conclusiones consensuadas que vinculen a la Administración, al tiempo que se recopila en una edición todas las ponencias presentadas. El objetivo es ambicioso, pero alcanzable.
Para finalizar este extenso artículo, Proyecto Verde quiere mostrar su agradecimiento a cuantos han trabajado durante estos meses para evitar que cosas como ésta vuelvan a suceder. A todos ellos les cabe la satisfacción y el orgullo de un trabajo útil y bien hecho, cuyos objetivos se han logrado plenamente.
Aquel que desee una copia del Informe elaborado por nuestra asociación sólo tiene que pedirlo a Proyecto Verde.

El ayuntamiento de Colmenarejo redacta una ordenanza recurrida judicialmente en Valladolid

Comerciantes, asociaciones, colectivos vecinales y empresas, entre los grupos más afectados. Las multas pueden llegar a los 50 millones de pesetas.

El Equipo de Gobierno lleva al Pleno del día 26 de abril un paquete de ordenanzas, basadas en otras dictadas por el Ayuntamiento de Valladolid, que están recurridas judicialmente por Izquierda Unida, Ecologistas en Acción y la Federación de Asociaciones de Vecinos, entre otros colectivos, por considerar que atentan contra derechos fundamentales.

Estas ordenanzas de Colmenarejo están prácticamente calcadas de las aprobadas por Ayuntamiento de Valladolid, y mantienen los aspectos más polémicos. Proyecto Verde ha remitido un escrito al Ayuntamiento en el que, al tiempo que manifiesta su conformidad con buena parte del contenido de esta ordenanza, repudia una parte de ella por restringir derechos fundamentales e invita al Ayuntamiento a que se abra un periodo de participación, consulta y sugerencias previo a la aprobación por el pleno de estas ordenanzas, y que se haga desde una actitud de sincero compromiso con el derecho de todos a participar en la vida local, y no como un mero compromiso formal. De nada ha servido: ni se ha prorrogado el plazo para preparar alegaciones, ni se ha convocado al Consejo de Participación Ciudadana, una de cuyas misiones es precisamente esta.

ORDENANZA MUNICIPAL SOBRE PROTECCIÓN DE BIENES PÚBLICOS
Colocar un cartel convocando a una manifestación contra la guerra de Irak o contra la política del gobierno, por ejemplo, se podría considerar que incita a la discriminación por motivos ideológicos y sería sancionado con multa de 1.001 a 3.000 euros.
Del mismo modo, cualquier acto que encierre una crítica a la labor municipal en cualquier área, podría entrar en ese supuesto, y se podría sancionar su publicidad con la misma cantidad.
En cualquier caso, se sancionará a la entidad firmante de la octavilla o cartel, de manera que aquel que tenga ánimo de perjudicar a alguna asociación o colectivo lo tiene muy fácil.
Y por si la indefensión, discrecionalidad y arbitrariedad que provoca esta Ordenanza no fueran suficientes, la alcaldía se reserva el derecho de dictar cuantas órdenes e instrucciones resulten necesarias para su adecuada interpretación y aplicación.

ORDENANZA MUNICIPAL PARA LA PROTECCIÓN DE LOS ESPACIOS PÚBLICOS
Si en la ordenanza anterior, una asociación que coloca carteles podría salvarse invocando el carácter de interés social o cultural de su convocatoria, bastará con aplicarle esta segunda ordenanza, Artículo 14, apartado 22: Queda prohibido pegar carteles en paredes o elementos urbanos. Y esta vez sin excepciones. La infracción según esta ordenanza sería catalogada de grave, y la multa de 3.000 hasta 30.000 euros.

Pero no solo tienen que echarse a temblar aquellos “elementos” que pegan carteles anunciando sus actividades (da lo mismo que sean excursiones, exposiciones, conferencias o manifestaciones), y que en el preámbulo de la primera ordenanza son calificados de “colectivos minoritarios e irresponsables” cuyo origen de tan denigrante actitud “tiene su raíz en problemas sociales, familiares y educativos” (a juicio del ayuntamiento de Colmenarejo.. y del de Valladolid).
Vean alguno de los supuestos sancionables:
• El comerciante que no mantiene su acera limpia: de 600 a 3.000 euros.
• Dejar un contenedor de escombros lleno más de 24 horas sin retirar: de 600 a 3.000 euros.
• No retirar los materiales sobrantes de una obra antes de dos días desde su finalización: de 600 a 3.000 euros.
• No colaborar en la retirada de nieve o hielo de la vía pública: de 600 a 3.000 euros.
• No llevar a cabo la separación en origen de los residuos: de 600 a 3.000 euros.
• No limpiar la acera tras una operación de carga o descarga: de 3.000 a 30.000 euros.
• No limpiar de carteles nuestra fachada: de 3.000 a 30.000 euros.
• No informar a la Policía Local de cualquier situación de riesgo para la seguridad vial: de 3.000 a 30.000 euros (Y si no hay policía local, como es habitual, ¿paga la multa el concejal responsable?).
• Utilizar sin permiso expreso tierra y escombros o materiales residuales para obras de relleno o cualquier otra, en espacios públicos o privados: 30.000 a 300.000 euros.

EL CAZADOR CAZADO
Muchas de las acciones que pretenden reprimir estas ordenanzas, son cometidas por las propias autoridades municipales o por entidades públicas. Por ejemplo, ¿tiene licencia el cutre-aparcamiento realizado con escombros y restos de derribo hecho junto a la nave municipal del polígono? Pues son hasta 50 millones de pesetas de multa. ¿Y la obligación de reciclar en origen, la respetan todos los organismos públicos radicados en Colmenarejo con servicios de catering?

PRIMERO EDUCAR, DESPUÉS REPRIMIR
Creemos en la labor ejemplificadora de las autoridades públicas. No es razonable reclamar conductas cívicas responsables desde administraciones irresponsables. La represión vía sanción es un arma que puede ser legítima, es cierto, pero se debe aplicar con responsabilidad y en todo caso, aplicar a quién es responsable del daño. Cuando la Ordenanza sanciona a un comerciante porque alguien ha tirado un papel a la puerta de su establecimiento, no está realizando un acto de justicia (sancionar al culpable) sino un simple acto recaudatorio. Del mismo modo, cuando se sanciona a una asociación por pegar carteles anunciando una excursión, una conferencia o una manifestación de protesta, se están limitando muy gravemente derechos fundamentales porque no olvidemos que el ayuntamiento sancionador no ha habilitado un solo cauce por el cual sus ciudadanos y asociaciones puedan dar a conocer a los vecinos asuntos que legítimamente pueden ser de su interés. Aquel municipio que antepone la limpieza del mobiliario urbano a derechos democráticos fundamentales, se está definiendo claramente.
Al final, de la norma queda la discrecionalidad, es decir, la posibilidad de sancionar a quien se quiera y cuando se quiera. Y la norma podría terminar usándose para otros fines muy distintos de los legítimos.
Debe de haber muy pocos ciudadanos en Colmenarejo que no quieran un pueblo limpio, cuidado, respetado. La solución pasa, desde luego, por una Ordenanza que regule y tipifique las conductas reprobables (no otras) y persiga a sus infractores (no a otros). Pero no es la única medida, ni siquiera es la más importante. Hay que informar, dar ejemplo, facilitar cauces y lugares de participación, trabajar con los colectivos susceptibles de provocar molestias o daños, tener una política de juventud y lugares donde puedan llevar a cabo sus actividades nuestros chavales, vigilar la escolarización, mantener parques, jardines y viales limpios, hacer campañas sobre reciclado y uso de los contenedores, inspeccionar comercios y locales animando a sus propietarios a cumplir la normativa, integrar e informar adecuadamente a los colectivos inmigrantes, mantener un cuerpo de policía local suficiente y motivado… Y de todo esto, nada de nada. Al final, lo más fácil es dictar una ordenanza que obligue al ciudadano a suplir las carencias de servicios y asumir competencias que son primordialmente municipales.

Noche de anfibios 2001

A comienzos de la primavera de 2001 congregamos en la Residencia de Estudiantes cerca de 60 personas para impartir una breve conferencia sobre los anfibios de Colmenarejo, un grupo muy amenazado pero que en nuestro municipio goza de envidiable salud (por el momento). Después de la charla, hacia las 9 de la noche, nos regalamos con un pequeño refrigerio en el comedor de la residencia, para después salir al campo a ver en su ambiente los anfibios que Roberto nos había descrito en la charla.

Gallipato

Fuimos a las charcas de Los Escoriales, hoy por hoy las mejores en cuanto a fauna de todo Colmenarejo. Y allí encontramos lo que era previsible: rana, sapo de espuelas, sapo corredor, tritón jaspeado y el siempre admirado y admirable gallipato.

Gallipato

1999 Primeras jornadas micológicas

La propuesta nació del entonces socio de Proyecto Verde, Paco, más conocido como Pacosetero. Su propuesta se articulo como una pequeña exposición y una charla con diapositivas sobre las setas en general. Necesitábamos un local que pudiera oscurecerse para proyectar, con mesas para poner la exposición y suficientes sillas para una afluencia prevista de unas 40 personas.
El único local municipal, disponible entonces, que cumpliera estos requisitos era el Centro de Día de la Tercera Edad.
La asistencia superó las 80 personas, quedando el local absolutamente pequeño.

2000 Segundas jornadas micológicas

En el 2000, el reto era ofrecer algo nuevo a una previsión de público de unas 150 personas. Comenzamos buscando local. De los edificios municipales disponibles, el único que podría haber servido era el Centro Cívico, pero se nos denegó por incompatibilidad con el bar existente. Entonces volvimos la mirada a la Residencia de Estudiantes. Habíamos tenido algún contacto totalmente infructuoso con su anterior director, pero recientemente había cambiado la dirección, y las referencias que teníamos del nuevo responsable eran excelentes. Iba a ser la primera actividad a celebrar en la residencia y no iba a ser cualquier cosa. Las Jornadas proyectadas ocupaban todo el fin de semana. Habría una conferencia en el auditorio, actividades para niños, como taller de pintura y otros. Un maratón de identificación de los ejemplares que nos llevase la gente, y una macro-exposición con más de 300 especies, colocadas sobre planchas de césped. La organización era complicada, pero las instalaciones son excelentes y la disposición del director y el resto de personal de la Residencia mejor todavía.

Se celebraron las Jornadas, con un éxito de público sin precedentes en Colmenarejo. A la conferencia asistieron más de 90 personas, y la exposición fue visitada por 300 personas. Sin mencionar el taller de pintura para niños y la posterior exposición de sus obras.

En la organización trabajaron cerca de 20 socios de Proyecto Verde y simpatizantes, y el perfecto desarrollo de la actividad fue el comienzo de una fructífera relación entre la Residencia de Estudiantes de la Universidad Carlos III y Proyecto Verde.

 

2001 Terceras jornadas micológicas

El techo de las Segundas Jornadas parecía inalcanzable… pero se superó. Paco nos había abandonado hacía tiempo y estábamos huérfanos de “micólogos”. Pero llegaron Nico y Ana, los biólogos que habían ganado el II Maratón Botánico. Nico había impartido muchos cursos sobre micología y ambos se ofrecieron a colaborar desde el primer momento. Se programó un seminario intensivo de Micología para el sábado, una salida al campo para identificar especies el domingo y una degustación de cocina con setas para después de la salida.

La conferencia congregó a más de 150 personas. Incluso el salón de actos se quedó pequeño y hubo que habilitar la sala contigua.

Entre tanto, cerca de una treintena de niños participaban en actividades de educación ambiental en la guardería montada por Proyecto Verde al efecto, en una sala cercana. La salida del domingo arrojó una participación masiva, con más de 90 personas.

Entre tanto, en el restaurante de la Residencia se preparaba la degustación. Previamente, habíamos contactado con un mayorista de setas al que habíamos encargado varias especies de setas. Unas fuertes heladas tempranas provocaron la práctica desaparición de Boletus y otras especies que habíamos seleccionado, de manera que a una semana de la degustación no había setas. Recurrimos a la importación, a surtidos congelados y a la recolección propia. Finalmente se celebró la degustación, magistralmente cocinada por Salones Valmayor, con un menú de arroz con setas variadas, macrolepiota rebozada, cazoletas de trompetilla de los muertos y revuelto de lengua de gato. ¡Total casi nada!.

Alrededor de 10 personas (la mayoría socios de Proyecto Verde pero también algún colaborador espontáneo que se apiadó de nosotros ante la avalancha que se nos vino encima) sirvieron 350 raciones en el comedor de la residencia.

2002 Cuartas jornadas micológicas: Excursión



Nico nos explica cómo tenemos que recoger las setas:

-Si no la conoce perfectamente, no la coma.
-No arranque las setas. Córtelas cuidadosamente, y el año próximo el hongo volverá a fructificar, como si de un árbol frutal se tratase.
-No emplee bolsas de plástico para recolectar las setas. Se le romperán, ensuciarán y fermentarán. Lo ideal es la clásica cesta, que además ayuda a su regeneración.
-No recolecte ni consuma setas que estén cerca de carreteras, en jardines públicos, próximos a minas, fundiciones, incineradoras, aeropuertos, etc. El contenido de metales pesados (plomo, mercurio y cadmio) aumenta en estas circunstancias.
-No patear o destruir las setas, ni siquiera las venenosas.
-No utilice rastrillos para recolectar níscalos. Es una auténtica salvajada ecológica.
-No recolecte más de lo que sea capaz de consumir.
-No haga caso a los tradicionales métodos de cucharita de plata, el ajo, el vinagre, la cocción prolongada, etc. Son absolutamente falsos. La única forma de saber si una seta es comestible o no, es conocerla perfectamente.
-Compruebe a su llegada a casa uno por uno todos los ejemplares. Deseche los trozos pequeños.
-Si sospecha una intoxicación, acuda inmediatamente a URGENCIAS de un gran hospital y solicite la presencia de un micólogo. Llevar los ejemplares que guardó en el frigorífico, restos que haya en la basura o muestras de vómitos en un recipiente.

Pilas y acumuladores

En nuestra vida cotidiana estamos rodeados de aparatos de todo tipo que utilizan las pilas como fuente de energía: el reloj, el walkman, la radio, la linterna, los juguetes,…

Todos ellos necesitan una fuente de energía móvil, no dependiente de la proximidad a un enchufe. Estamos hablando de las pilas.

Básicamente existen dos tipos de pilas, en función de su posibilidad de ser recargadas: las pilas no recargables o primarias (que a lo largo de este artículo denominaremos simplemente pilas) y las pilas recargables o secundarias (a las que llamaremos en este artículo acumuladores).

¿Qué son?

Las pilas y los acumuladores son dispositivos que transforman la energía de una reacción química en electricidad. Los acumuladores tienen una función secundaría: utilizan la electricidad para invertir la citada reacción química. Casi todas contienen aditivos para mejorar sus prestaciones: gelificantes para evitar que se licuen y que el líquido estropee el aparato, o productos para evitar la corrosión del metal que constituye el envoltorio de la pila o acumulador.

Principales tipos de pilas

Pila Leclanché o pila seca, inventada por el químico francés Georges Leclanché en la década de 1860. Es la pila común de bastón no alcalina, suele ser de 1,5 voltios.

Pila alcalina. Es muy potente, tiene aproximadamente la capacidad de 3,5 pilas secas. Se ha ido mejorando con el tiempo, y ahora posee mucho menor contenido de metales pesados que en sus comienzos. Se presenta en forma de bastón.

Pilas de botón. Son las que se utilizan en aparatos de muy pequeños o de muy bajo consumo ya que, por su tamaño, éstas tienen poca capacidad. Hay varios tipos: la pila de zinc-óxido de mercurio, conocida normalmente como pila de mercurio, la pila de óxido de plata, que es la más utilizada, la pila de litio, que es más grande y plana que las otras y mucho más potente y duradera.

Principales tipos de acumuladores

Níquel-Cadmio (NiCd). Son los acumuladores estándar. Contienen entre 15% y 20% de cadmio y proporcionan una corriente de 1,2 V (menos que las pilas). A pesar de su menor voltaje son adecuados para reemplazar las pilas en la mayoría de los casos. Tienen un efecto memoria importante (pierden eficacia si los recargamos sin estar completamente descargados) y tienen una vida mucho más corta que los NiMH. Sin usarse pierden un 1% de su carga cada día.

Níquel-Metal-Hidruro (NiMh). Tienen una potencia energética entre 20 y 30 % mayor que los de NiCd. El cadmio se ha reemplazado por hidrógeno. Su potencia y longevidad son superiores a los de NiCd, y además no tienen efecto memoria, es decir que podemos recargarlos en cualquier momento sin que se estropeen. Tienen el inconveniente de no soportar temperaturas superiores a 45ºC. Necesitan un cargador especial, no sirven los de NiCd, hay cargadores mixtos que sirven para los 2 tipos de acumuladores pero debe estar indicado expresamente.

Ion-Litio (Li Ion). Son los utilizados por los teléfonos móviles, ordenadores portátiles o cámaras de vídeo. Ofrecen una gran capacidad en relación a su tamaño y peso. Son muy caros y se suelen cargar sin sacar del aparato al que alimentan.

Plomo-ácido. Normalmente utilizadas en automóviles, sus elementos constitutivos son pilas individualmente formadas por un ánodo de plomo, un cátodo de óxido de plomo y ácido sulfúrico como medio electrolítico.

¿Qué es el efecto memoria?

Se produce en las baterías NiCd, y ocurre al recargar un acumulador que no se ha agotado suficientemente. Si un acumulador que se ha gastado hasta el 20% de su capacidad se recarga, su capacidad se reducirá a un 80% del valor inicial. Esto se debe a que los cristales de níquel y cadmio se acumulan y crecen, lo que termina por romper el separador aislante y producir altos niveles de autodescarga (la descarga que se produce automáticamente aunque no se usen). Es recomendable el uso de cargadores con función de descarga de los acumuladores antes de recargarlos.

Los acumuladores de NiMH y LiIon no tienen cristales por lo que no se produce el efecto memoria, así que podemos recargarlos en cualquier momento sin que pierdan eficacia. Es el caso de las baterías de los ordenadores portátiles y teléfonos móviles.

¿Qué pilas tienen más capacidad?

La capacidad de una pila es la cantidad de energía que ésta puede almacenar. La unidad para medir la capacidad en las pilas suele ser el mAh o mili amperio hora. Si insertamos una pila de 2.000 mAh en un aparato cuyo consumo es de 100 mA, éste podrá funcionar durante 20 horas.

Por regla general los acumuladores de LiIon son los que tienen mayor capacidad en relación a su tamaño, por ello se utilizan en ordenadores y teléfonos móviles, que son grandes consumidores de energía. Desgraciadamente no existen en formatos universales, y hay que usar siempre un modelo de acumulador específico para cada aparato.

Si hablamos del formato de pila más usado, el AA (el que encontramos en la mayoría de CDs, casetes, radios portátiles y gran parte de juguetes, cámaras de fotos digitales…), la pila alcalina es la que más capacidad tiene, entorno a 2.500 mAh, seguida por el acumulador de NiMH con una capacidad alrededor de 2.000 mAh, y por último el acumulador de NiCd con 700 mAh aproximadamente. Sin embargo, pese a la aparente (pequeña) ventaja de las pilas alcalinas frente a los acumuladores de NiMH en cuanto a la capacidad, en aparatos que consumen mucha energía, como las cámaras digitales, son los acumuladores de NiMH los que tienen una mayor autonomía, que puede superar en 3 o 4 veces a la de las pilas alcalinas. Esto es debido a que las pilas no soportan un gran flujo de energía, y se agotan con rapidez, por lo que su uso en tales aparatos es totalmente desaconsejable. Los fabricantes de pilas han intentado paliar este problema sacando modelos de pilas que dicen son recomendables para este tipo de aparatos. En general no es del todo así, ya que suelen durar solo un 30% más, pero el incremento de precio es muy grande.

Hay un segundo factor que afecta a la capacidad de las pilas y acumuladores y que nos puede ayudar a decidirnos por uno u otro: la auto descarga, o perdida de carga cuando no se usa. Así, los acumuladores de NiCd pierden un 10% en las 24 horas siguientes a su recarga (a temperatura ambiente), y luego un 10% por mes. Además, en situación de temperatura elevada, la auto descarga se duplica cada 10 ºC. El caso de los acumuladores de NiMH es algo peor, ya que su nivel de auto descarga es de un 30% superior a los de NiCd. Los acumuladores de LiIon se comportan mucho mejor, ya que solo pierden un 5% en las primeras 24 horas y luego 1% a 2% al mes, a lo que hay que añadir un 3% que consume el circuito de protección.

La conclusión de lo anterior es que no hay un tipo de pila idóneo para todos los usos, aunque sí hay un tipo de acumulador que podemos descartar: el NiCd, por su baja capacidad, su gran efecto memoria y su composición más contaminante. Como norma general, podremos usar ventajosamente los acumuladores de NiMH en prácticamente cualquier tipo de aparato excepto aquellos con un bajísimo consumo de energía, como los mandos a distancia o relojes.

¿Son ecológicas las pilas?

La fabricación de pilas necesita de un aporte de energía mucho mayor del que generarán éstas durante su utilización. Asimismo, para su producción se utiliza una gran cantidad de materias primas escasas, caras y no renovables como la plata o el platino.

La eliminación de estas pilas por incineración o desecho produce la liberación de sus componentes al medio ambiente, con el correspondiente daño para la salud. Entre estos componentes se encuentran varios metales pesados, algunos de ellos reconocidos como extremadamente tóxicos, cancerígenos, mutágenos o alergenos: cadmio, mercurio (usado como conservante), plomo, zinc, níquel,… Desgraciadamente, la mayoría de los usuarios opta por las pilas desechables, que solo en nuestro país suponen 2.500 toneladas anuales.

Además, estos metales son muy persistentes, una sola pila de botón puede contaminar 400 litros de agua o un metro cúbico de tierra durante 50 años. 1 kg de pilas usadas puede contaminar entre 10 y 20 metros cúbicos de tierra…

Se calcula que las dos terceras partes de las pilas usadas acaban en vertederos o en plantas incineradoras, con la consecuente contaminación de las capas freáticas y la atmósfera, respectivamente.

¿Son rentables las pilas?

Pocas cosas hay tan poco rentables como las pilas. Hacer funcionar un mismo aparato enchufándolo a la red en lugar de hacerlo con pilas puede resultar de 100 a 100.000 veces más rentable.

Coste de utilización

Aunque el precio de compra de unos acumuladores y de un cargador supone un gasto importante, éste será amortizado rápidamente. Vamos a verlo con un ejemplo práctico:

Los precios que indicamos a continuación no son exactos y nos servirán sólo para establecer un orden de magnitud.

Vamos a pensar en un reproductor de casete portátil que se usa durante 2 horas al día, lleva 2 pilas de tipo AA y consume 250 mA.

  • Precio de una pila alcalina: 0,70 Euros
  • Precio de un cargador: 25 Euros
  • Precio de 1 acumulador NiMH: 3 Euros
  • Establecemos un periodo de vida de 10 años para el cargador y de 250 cargas para los acumuladores.

A partir de estos datos elaboramos la siguiente tabla:

Coste anual Duración de vida
Pila alcalina 63,87 Euros 8 días
Acumulador NiMH 3,70 Euros 4 años

Como vemos, los acumuladores resultan muy interesantes desde un punto de vista puramente económico.

En realidad el cálculo resulta aun más optimista si el cargador lo utilizamos con más de un juego de acumuladores para distintos aparatos. Otro caso todavía más favorable para los acumuladores es el de los aparatos de alto consumo, en el que su eficacia se mantiene, pero no así la de las pilas, que se ve reducida a la tercera o cuarta parte.

Además, desde un punto de vista ecológico no hay duda: en el caso anterior utilizaríamos 91 pilas por año o 0,4 acumuladores al año… 228 veces menos desechos. Y no sólo eso, los acumuladores NiMH no contienen metales pesados, por lo que son menos contaminantes.

¿Las pilas son reciclables?

En la Comunidad Europea tiramos cada año 200.000 toneladas de pilas (recargables o no). Su reciclaje depende en buena manera de la actitud del consumidor. Sólo se reciclan las que se depositan en los contenedores especiales.

Las pilas son la fracción más contaminante de nuestros desechos domésticos. Su reciclaje permite evitar que una serie de sustancias peligrosas pasen al medio ambiente: mercurio, cadmio, zinc, plomo,…

Por otro lado, el reciclaje de las pilas supone un gran ahorro de materias primas: el tratamiento de 100 toneladas de pilas permite recuperar 39 toneladas de hierro-manganeso, 20 toneladas de zinc, 2 toneladas de escoria y 150 kg de mercurio.

Consejos

Evitar los aparatos que funcionen exclusivamente con pilas.

Evitar a toda costa las postales con música y otros artilugios innecesarios que funcionen con pilas-botón.

Si compramos un aparato a pilas, utilicemos, si es posible, acumuladores NiMH o de Ion-Litio. No siempre es aconsejable el uso de acumuladores: en el caso de aparatos de muy bajo consumo o que se utilizan muy poco, los acumuladores no serían efectivos debido a su alto nivel de autodescarga (es el caso de los mandos a distancia de televisores o vídeos).

No tirar nunca las pilas a la basura, depositémoslas siempre en contenedores apropiados.

No intentar nunca recargar una pila no recargable.

No mezclar pilas o acumuladores de distintas marcas o con diferente carga.

La mayoría de usuarios de ordenadores portátiles los utilizan casi todo el tiempo como ordenador fijo, funcionando siempre conectados a la red eléctrica. Estos ordenadores están equipados de un acumulador LiIon, al que no le gusta nada estar siempre cargado al 100%. Si queremos prolongar la vida de estos acumuladores lo mejor es… no usarlos, es decir, quitarlos del ordenador (esto se puede hacer en la mayoría de los portátiles). Y antes de quitarlo, lo mejor será esperar que su carga sea aproximadamente de un 40%, que es el punto óptimo para asegurar su longevidad.