Un estudio afirma que a medio plazo es mejor repoblar bosques y consumir petróleo que usar esas tierras para la producción de biocombustibles.
El planeta se encamina a un problema muy grave debido al calentamiento global. Las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero por parte del ser humano, que crecen a un ritmo exponencial, parecen ser la causa del problema.
Una de las soluciones que se han propuesto para mitigar este efecto sería la producción de biocombustibles (principalmente biodiésel y bioetanol) a partir de cultivos. Como las plantas consumen dióxido de carbono en la fotosíntesis para crear hidratos de carbono, la transformación de éstos en biocombustibles y su posterior quema sólo devolvería a la atmósfera el dióxido de carbono que ya estaba allí.
Pero las cuentas no son tan sencillas. Ya se han publicado diversos estudios sobre este tema que cuestionan las cualidades ecológicas de los biocombustibles.
Ahora Righelato y Dominick Spracklen de University of Leeds publican un nuevo estudio en esta línea.
Aunque parezca contraintuitivo, la quema de biocombustibles no tiene por qué compensar el balance de dióxido de carbono. Además de la destrucción del mundo natural (como por ejemplo la selva tropical) por culpa de los cultivos dedicados a biocombustibles, hay que tener en cuenta la producción de fertilizantes que necesitan de petróleo o energía obtenida del petróleo para su fabricación. La maquinaria agrícola también consume petróleo, etc. Incluso usando sólo energía procedente de los mismos biocombustibles para la producción de estos hidrocarburos el balance final nunca sería negativo y siempre habría emisión neta cero o incluso positiva. Las cuentas hay que hacerlas con cuidado.
Según los cálculos de estos dos investigadores lo más ecológico es replantar bosques y alimentar a los automóviles con gasolina en lugar de biocombustibles. Recomiendan que los gobiernos cambien de política y se concentren en la repoblación forestal.
La eliminación de bosques templados o tropicales para la siembra de plantas destinadas a la producción de biocombustibles es al parecer totalmente errónea. Al “despejar” el bosque se liberan de 100 a 200 toneladas de carbono por hectárea.
Estos dos investigadores han calculado cuánto tiempo se necesita para compensar este efecto mediante el uso de biocombustibles y la respuesta es de 50 a 100 años. Pero justo en los próximos 50 o 100 años es cuando tenemos que reducir las emisiones y secuestrar el dióxido de carbono si queremos sobrevivir. Es un periodo de tiempo que no podemos afrontar.
Además han calculado cuánta cantidad de este gas se puede secuestrar repoblando bosques y cuánto se puede ahorrar con el uso de biocombustibles en lugar de gasolina.
La reforestación (junto con el uso de petróleo) secuestraría al parecer de dos a nueve veces más carbono en 30 años del que se podría evitar con el uso de biocombustibles en lugar de gasolina. Simplemente las cuentas no salen.
Si las políticas de producción de biocombustibles se centran en la reducción del efecto invernadero estarán por tanto equivocadas y lo mejor sería conservar los bosques y repoblar otros nuevos, incluso aunque se consuma petróleo.
No obstante los autores del trabajo admiten que el uso de hierbas de las praderas para la producción de biocombustibles sí que sería positivo, aunque esta tecnología está aún en desarrollo.
La investigación científica nos informa, es a nuestros políticos (y a nosotros que les elegimos) a quienes compete la toma de decisiones. Lo que hagamos en los próximos años determinará el futuro de nuestros hijos y nietos. Limitar el número de estos hijos y nietos quizás (seguro) sería un primer paso muy importante. El planeta como al igual que Rapa Nui es limitado, es absurdo no quererlo ver.
Fuentes y referencias:
Nota de prensa de la Universidad de Leeds.
Biofuels Costing the Earth?
Science (DOI:10.1126/science.1141361).
Biocombustibles en NeoFronteras.