Recogida de Basuraleza

El pasado sábado 29 de noviembre, con el riguroso frío de finales de otoño de Colmenarejo, nos reunimos un nutrido grupo de amantes de la naturaleza y la higiene campestre con el único fin de limpiar una zona concreta de nuestro pueblo: el camino que va desde la ermita de nuestra Señora de la Soledad hasta el embalse de Valmayor. La iniciativa de Proyecto Verde Colmenarejo llevó por nombre 1m² Por el Campo, Bosques y Montes y estuvo apoyada por SEO Birdlife y Ecoembes.

A las 11 de la mañana, 11 personas de todas las edades nos repartimos en el parking de la ermita bolsas de varios colores para recoger distintos tipos de basura. Azul, negro, amarillo y verde. Pertrechados con guantes de jardinería y pinzas para recoger residuos, iniciamos la caminata en dos grupos, uno para cada lado del camino hacia el embalse.

He de decir que fue mi primera experiencia de este tipo y, aunque sabía a lo que iba, fue incluso más gratificante de lo inicialmente imaginado.

Uno no puede imaginarse qué tipo de basura va a encontrarse tanto a nivel del suelo como debajo, donde por cierto encontramos la mayor parte de nuestro “tesoro”. A tan solo escasos veinte minutos de haber comenzado el descenso, unos tímidos plásticos asomaban su color blanco entre unos matorrales y al empezar a desenterrarlos no nos quedó otra que quitarnos las mochilas y arremangarnos para seguidamente arrollidarnos y comenzar a sacar la mayor parte de los 109 kilogramos de basura que contabilizamos al final de la jornada. A pesar del ambiente de camaradería que reinaba, hay que decir que es descorazonador recordar la cantidad y variedad de objetos que exhumamos entre los dos grupos, ya reunidos, en escasos 100 m². A saber: botellas de vidrio y ampollas médicas cuyo aspecto y estado daban una ligera idea de su antigüedad, por no mencionar los pequeños trozos de vidrio que penetran las almohadillas de nuestros perros al sacarlos de paseo; bolsas de El Corte Inglés igualmente antiguas, botellas de lejía a tutiplén, y lo más sorprendente, un filón de kilos de retales de algún sastre perfectamente enterrados en una bolsa de plástico. Lo que se dice un asco.

Pero que no sea todo una mala noticia. Tenemos que creer que en un futuro prometedor que no se quede en meras palabras. Recuerdo una conversación que tuve con un voluntario durante la actividad. En ella, identificamos a dos vecinos de Colmenarejo (no participantes en la actividad), a quienes hemos observado de forma habitual recogiendo, de manera espontánea y altruista, latas y botellas en caminos y veredas. Ellos no sadrán en la foto, pero el mundo cambia a medida que uno cambia.

Y después de un par de horas de amena recogida de basura, con no menos esfuerzo para llevarla a distintos contenedores y al Punto Limpio del pueblo, dimos por concluida la actividad.

Pablo Lobatón

NOTA: Se analizó la basura recogida y se reportó en eLitter. Todos los detalles se pueden ver aqui: https://elitter.org/collections?id=11049