Polémica concesión de permisos de caza

Colmenarejo ha vivido este verano una polémica situación en torno a la caza de jabalíes. Podemos encontrar las causas en el uso particular de terrenos municipales para la práctica de la caza, en las carencias y falta de rigor de los planes de aprovechamiento cinegético de los cotos y en la polémica concesión de permisos para la caza en espera del jabalí fuera de temporada.

En el mes de julio del presente año la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid, resolvió “autorizar la celebración de esperas de jabalíes en los cotos privados de caza M-10.276, M-10.460 y M-10.461”, “por los daños que originan en la agricultura del coto”. La autorización para la realización de esperas nocturnas al jabalí, fue solicitada por la Sociedad de Cazadores de Colmenarejo “debido a la proliferación de esta especie en los citados cotos, la cual resulta ya una amenaza a la población, pues están provocando daños en parques urbanos, así como su presencia en las calles del pueblo y accidentes en la carretera”.

Los organismos competentes de la Comunidad de Madrid concedieron un permiso especial por encontrar que se habían producido daños en terrenos agrícolas de cotos privados. La verdad es que en Colmenarejo no existe ninguna explotación agrícola y los daños en parques urbanos que se citan fueron mínimos. Solo fueron vistos algunos jabalíes acercándose al parque del Caño en Octubre de 2003. La Concejala de Medio Ambiente manifestó que “los daños fueron mínimos y no se recibió ninguna queja vecinal”. Además, dos de los tres cotos para los que solicita el permiso (los dos de titularidad municipal) ni siquiera se acercan a la superficie mínima que marca la ley. (Esta frase quizá habría que suprimirla, después de lo que Carlos ha visto en la ley de caza).

La legislación regional obliga a la presentación de un Plan de Aprovechamiento Cinegético, sin el cual no se puede realizar ninguna actividad cinegética en los cotos, estos planes se deberían elaborar con la suficiente profundidad y rigor científico para que estuviesen en condiciones de cumplir la normativa legal, y asegurar la compatibilidad de esta actividad con los otros usos desarrollados en los terrenos circundantes y con la conservación de las comunidades vegetales y animales de los cotos y de los terrenos aledaños.

Por todo lo dicho, Proyecto Verde opina que:

– La problemática situación de los cotos de caza municipales en Colmenarejo y de las actividades cinegéticas en general, no es algo nuevo, sino que viene arrastrándose desde tiempos inmemoriales.

– Esta problemática ha sido sobredimensionada por los medios de comunicación, probablemente como consecuencia de los enfrentamientos puntuales entre vecinos cazadores y no cazadores.

– Debería preguntarse a los vecinos de Colmenarejo si desean que los terrenos municipales, propiedad de todos, se dediquen a otro uso que no sea el cinegético, practicado sólo por el 0,4% de los colmenarejanos

– Aunque nos pueda parecer lamentable que todavía se realicen actividades cinegéticas en un área del Parque Regional del Guadarrama considerada como de “zona máxima protección”, no estamos en contra de la caza controlada y selectiva, como herramienta de gestión necesaria en situaciones donde los cotos soportan altas densidades.

– Tanto el Ayuntamiento de Colmenarejo, como el organismo competente de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid y sobre todo los órganos gestores del Parque Regional del Guadarrama, en sus preceptivos informes técnicos sobre los cotos, deberían tener en cuenta para la aprobación de los futuros Planes de Aprovechamiento Cinegético, que estos cumplan de manera escrupulosa la legislación vigente a nivel local, regional, nacional e internacional en materia de caza, suelo y protección del medio natural.

– Los terrenos municipales son bienes comunes que debemos disfrutar y respetar todos, y desde luego trabajaremos para que la consecución final del uso de dichos terrenos sea ese, el uso común y no el particular.

De esta manera y frente al período de caza 2004-2005 que se avecina (la veda se levanta a mediados de octubre), los cazadores que pretendan cazar en los cotos municipales de Colmenarejo, deberán presentar este año un nuevo Plan de Aprovechamiento Cinegético, ya que la vigencia de estos es de cinco años y el anterior se realizó en 1999. De este nuevo Plan se espera todo el rigor y la veracidad posibles y deseados.

ALGUNOS DATOS SOBRE EL JABALÍ

Aunque muy posiblemente, el jabalí puede reproducirse a lo largo de todo el año, las hembras tienen un solo celo anual de 23 días, y su época principal de celo se produce entre los meses de noviembre y principios de diciembre.
La gestación dura cerca de cuatro meses y el parto ocurre entre febrero y abril, de manera que es prácticamente imposible que las hembras estén preñadas a finales de julio o principios de agosto. Suelen tener una camada por año, pero podrían tener más.
Son animales omnívoros muy inteligentes, que aprenden constantemente dónde encontrar nuevas fuentes de recursos. La alimentación y «amaestramiento» o troquelación de la fauna silvestre solo va en contra de la supervivencia y correcto desarrollo de ésta.

Toros en fiestas: ¿Es justo subvencionarlos?

Un año más, las fiestas de Santiago nos han traído los toros. Una parte importante de la ciudadanía permanece al margen de estos festejos taurinos. Otros ven injustificable este tipo de espectáculos, y otros, unos pocos, defienden a ultranza estas tradiciones y participan en ellas.
Los toros en Colmenarejo son un espectáculo minoritario, al que asisten más espectadores de municipios cercanos que personas de nuestro pueblo. A los concejales y personal del ayuntamiento les cuesta trabajo endosar las entradas de regalo que reciben y es frecuente ver asientos vacíos tanto en el palco como fuera de él.
No quedan lejos los lamentables encierros de años anteriores, con toros muertos y sanciones de la propia Comunidad de Madrid por incumplir el reglamento taurino. Habría sido una buena excusa para eliminarlos de las fiestas.
Cuando se difunde la imagen de una España festiva y taurina se está estereotipando una realidad que hace ya bastantes años que cambió. Los toros, en España, no son en absoluto populares; es un espectáculo minoritario que, a diferencia de otros espectáculos minoritarios (desde los documentales de la 2 hasta la ópera), repugnan a muchas personas.
En septiembre de 2002, Gallup publicó los datos de una encuesta que viene realizándose periódicamente desde 1971. Esta encuesta demuestra que el interés por los toros ha caído del 55% en aquella fecha, al 31% actual, y confirma la tendencia imparable de perdida de popularidad. Esta encuesta revela, además, que no hay personas indecisas: O les gusta mucho o no les gusta nada. En ese 31% al que le gusta mucho, más del 55% son hombres y mayores de 65 años.
Extrapolando estos datos a nuestro pueblo, con una población extremadamente joven y preparada, es de prever que el apoyo a tal espectáculo sea considerablemente inferior a ese 31% ya bastante minoritario en sí.
Lo peor de los toros -con ser malo- no es que muera un animal con refinada crueldad (y en ocasiones incluso un ser humano). Lo peor es la exaltación que se hace de la violencia y la brutalidad, aún revestida de cultura y de colorido. El torero (dotado de buenas dosis de valentía, pero también de ansias de notoriedad y de prestigio social, y de bastante «hambre» en muchos casos) triunfa solamente si es capaz de matar al toro; no hay triunfo sin muerte. Esto es un mensaje terrible, uno más de los muchos que envía la sociedad. Este es especialmente dañino y fuera de lugar en una sociedad culta y avanzada que pretende erradicar el uso de la violencia como forma de enfrentarse a los conflictos.
Cualquier padre o madre tiene grandes dificultades en convencer de esto a unos hijos que están recibiendo permanentemente mensajes de violencia: películas en las que el bueno es el que más malos mata, anuncios sexistas, violencia verbal en nuestros políticos, violencia contra las mujeres, en el fútbol, en la caza, en el volante, en el boxeo… y en los toros.
Si un extraterrestre llegara a la tierra, nos catalogaría como una especie eminentemente violenta, cuya principal profesión es matar semejantes o prepararse para hacerlo (o para no verse «obligado» a hacerlo, en lenguaje militar), tarea a la que dedica los mayores esfuerzos económicos. Esto les dejaría perplejos. Pero lo que ya les volvería del todo locos es nuestra doble moral, nuestro discurso contradictorio, nuestra hipocresía. Yo me imagino que a poco espabilados que fueran los extraterrestres se preguntarían:
«¿Cómo se espantan tanto de la violencia contra sus mujeres, de la violencia en la conducción, de la guerra… y luego admiten y fomentan actividades y espectáculos violentos?¿Qué es verdaderamente lo que quieren que aprendan sus hijos? Busquemos otro planeta, porque este no parece muy seguro para vivir»
El otro aspecto reprobable de los toros en Colmenarejo es que se trata de un espectáculo que pagamos entre todos, tanto si nos gusta como si no. Aunque usted no vaya a la plaza, aunque le horrorice solo el pensarlo, una parte importante de sus impuestos van a morir en la arena, con el toro.
Este año destinaremos más de 50.000 euros a dos corridas y dos encierros. En un reciente consejo de Cultura y Educación, un socio de Proyecto Verde dijo que ese dinero se podría destinar a hacer unas fiestas patronales espectaculares dedicadas a los niños, que en Colmenarejo son multitud. Su propuesta no mereció ningún comentario.
Los toros entierran en dos tardes un presupuesto mayor que el de muchas concejalías, como Servicios Sociales, Juventud, Participación Ciudadana, Tercera Edad…
A nuestro juicio, se está haciendo un uso indebido de nuestros impuestos, y esto nos parece profundamente inmoral y no debería ser así.

La Agenda 21 Local en Colmenarejo

Definición:
Plan de actuaciones aprobado por las Naciones Unidas, para el desarrollo sostenible en el siglo 21. Este plan de acciones fue aprobado en 1992 por 173 gobiernos en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro. Aunque el plan fue aprobado a nivel internacional, el propio documento incide en la aplicación de los planes a nivel local, invitando a las comunidades locales a crear su Agenda 21 Local, con planes y actuaciones específicas para cada localidad o municipio. Estos planes y actuaciones se deberán realizar contando con los ciudadanos, los grupos de interés, las autoridades locales y las diferentes administraciones competentes.
Antes de empezar, es imprescindible identificar los problemas y sus causas, recurriendo a la realización de ecoauditorias o auditorias medioambientales serias, confeccionadas y evaluadas por un comité de expertos profesionales de ámbito multidisciplinar, que analicen de manera objetiva los problemas ambientales y establezcan los objetivos a alcanzar, identifiquen las causas de los problemas y den a los ciudadanos y a las administraciones locales y regionales un plan de actuación pormenorizado, señalando cuales son las actuaciones que con carácter urgente o prioritario se deben llevar a cabo.
Por último, hay que destacar que los tres pilares fundamentales de una Agenda 21 bien planteada, y que de manera inalienable presentan relaciones mutuas de interdependencia, son:

  1. Gestión integradora sostenible: gestión integrada, flexible y dinámica del municipio, integrando gradualmente las cuestiones económicas, sociales y medioambientales en un proceso que a largo plazo alcance el objetivo de la sostenibilidad, mediante las toma de medidas económicamente eficientes, socialmente responsables y equitativas, y medioambientalmente racionales.
  2. Sensibilización de la sociedad: mediante la concienciación de los ciudadanos y de todos los sectores socioeconómicos e institucionales en el hecho de la “responsabilidad compartida”, en materia de protección del medio ambiente.
  3. Herramienta de trabajo y no de mecanismo de letargo: nunca hay que perder el norte y hay que tener siempre en cuenta que, la Agenda 21 es, sobretodo, una herramienta, y no la panacea que solventará todos los problemas de un territorio. Además, la confección y redacción del documento de síntesis de la Agenda 21, así como de sus planes de acción priorizados, no ha de significar el fin de la consecución del esfuerzo de las administraciones y la ciudadanía, sino el principio de la aplicación de buenas prácticas y la resolución de problemas medioambientales pretéritos y actuales.

Objetivos a Corto Plazo:

  1. Conocer el estado de conservación de los recursos naturales de un territorio e identificar los problemas actuales y los futuros factores de riesgo que los amenazan.
  2. Proponer soluciones viables y alternativas reales para utilizar los recursos disponibles de la manera más racional y sostenible posible.
  3. Reforzar la capacidad de las autoridades locales para abordar y hacer frente los temas y problemas ambientales, implicando en el proceso a toda la sociedad, especialmente a los ciudadanos y a las asociaciones que les representan.
  4. Fomentar y promulgar la educación ambiental como mecanismo que despierte la sensibilización y comprensión adecuada de los problemas ambientales del lugar, haciendo hincapié en el hecho de que el patrimonio natural es de todos y que nuestra calidad de vida se debe, en parte, a su buen o mal estado de conservación.
  5. Desarrollar y priorizar procedimientos políticos y administrativos adecuados y ejecutivos, que en periodos cortos de tiempo ofrezcan soluciones que se adapten a los planes de acción, así como fomentar la participación ciudadana y el desarrollo de un tejido social asociativo amparado cultural e institucionalmente por los gobiernos locales.
  6. Aplicar de manera eficiente y racional los instrumentos y las herramientas que ofrece una Agenda 21 bien vertebrada, para la gestión ambiental.
  7. Hacer del municipio o territorio, un ejemplo de buena gestión y de una práctica ambiental adecuada, para sus ciudadanos y otros municipios de la zona.

Objetivos a Largo Plazo:

Alcanzar la sostenibilidad, como objetivo fundamental que englobe a todos los demás objetivos.

La sostenibilidad, y no la “renta per cápita” o nuestra capacidad de consumo, supone el mantenimiento o la mejora del nivel de vida, siempre conforme a la capacidad de carga del medio natural del planeta en su conjunto.

La sostenibilidad también implica que el consumo de recursos no debe superar la capacidad de la naturaleza para reemplazarlos o renovarlos, ya sea en el lugar donde se consumen o donde se generan, teniendo muy en cuenta el mantenimiento de la diversidad biológica, la salud y los derechos de los pobladores de países de donde ya se obtuvieron todos o casi todos los recursos.

La sostenibilidad debe iniciarse localmente, de manera similar a lo que explica el famoso símil sobre el efecto del aleteo de una mariposa en un lugar remoto de la Tierra, que se convierte en un potente vendaval cuando llega al otro extremo del planeta. Pero una vez que este “vendaval” haya llegado a todos los rincones debe alcanzarse un equilibrio dinámico a nivel global, ya que a nivel estrictamente local no podría mantenerse durante mucho tiempo.

 

Para saber más:

  • Pelayo del Riego Artigas. 2004. La Agenda 21 Local. Ediciones Mundi-Prensa. Madrid.
  • VV.AA. 2002. Madrid Agenda 21 Local. Ayuntamiento de Madrid. Rama de Medio Ambiente y Salud y Consumo- Área de Medio Ambiente. Departamento de la Secretaría Técnica y Desarrollo Sostenible. Madrid.

El Universo: Plan para salvar las encinas afectadas por el urbanismo

Mediante un acuerdo con una empresa especializada
Plan para salvar las encinas afectadas por el urbanismo
Los primeros trasplantes se realizan en la urbanización La Cerca
“Hoy se va a empezar a cumplir uno de nuestro sueños”, aseguraba la concejala de Medio Ambiente, Laura López, al explicar el acuerdo alcanzado para salvar las encinas del municipio del urbanismo en las fincas del municipio.El Ayuntamiento ha alcanzado un acuerdo con la empresa extremeña Salvar la Encina para evitar que los grandes ejemplares de este especie se pierdan cuando su posición estorbe en la construcción de nuevas viviendas o promociones.

Como asegura la misma edil, “por fin Colmenarejo podrá seguir contando con muchas de sus encinas centenarias. Ya no será un problema construir una casa donde teníamos encinas, porque estas grandes amigas podrán seguir con nosotros”.El primer ejemplo de este acuerdo se está realizando en una finca de la calle Sevillano, donde la promotora Cimaga, S.L construye la urbanización La Cerca. En concreto, las encinas que se encuentran en esta finca serán cambiadas de sitio, para formar parte de la zona verde de la misma urbanización.

Pese a que la mejor época del año para realizar los trasplantes es el invierno, Salvar la Encina, que es la única empresa especializada del país, estima que es posible llevar a cabo esta labor durante estos días, mediante un proceso más cuidadoso. Para ello, lo primero que han tenido que hacer sus técnicos es una poda severa, que permita paralizar la savia, como le ocurre al árbol tras el otoño.

De esta forma se garantiza un elevado porcentaje de trasplantes. Posteriormente, tras quince días, se procede a la extracción de los pies propuestos que, en estos casos, se instalarán a escasos 50 metros de su posición actual. Tras su implante, los ejemplares serán objeto de una exhaustiva vigilancia con los cuidados y aplicación de diversos productos que favorezcan su supervivencia.

El Universo: Los cazadores defienden su actividad en Colmenarejo

Dicen que el número de jabalíes se ha triplicado en los últimos años
Está claro que cazadores y ecologistas no van a alcanzar un acuerdo respecto a las cacerías dentro del Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama. Tras la polémica desatada en el mes de julio por las esperas nocturnas autorizadas por la Consejería de Medio Ambiente, el presidente de la Sociedad de Cazadores de Colmenarejo, Miguel Besteiro, ha querido matizar a DIARIO del NOROESTE varios puntos de las informaciones publicadas. Besteiro ha querido dejar claro que en ningún momento se han utilizado focos ni postas en estas matanzas, aunque sí reconoce que entre las 12 ó 14 piezas abatidas había varias hembras.
A este respecto, los cazadores discrepan con los ecologistas, los cuales invocan la Ley de Caza para asegurar que no está permitida la matanza de hembras acompañadas de crías de hasta dos años. Respecto al control veterinario de los jabalíes muertos, Besteiro cuenta con copias de varios informes veterinarios realizados y remitidos a la Consejería de Medio Ambiente.Mientras que los cazadores aseguran que su actividad estuvo controlada en varias ocasiones por agentes del Parque Regional y la Guardia Civil, el grupo Proyecto Verde asegura que apenas se realizaron las esperas con vigilancia; incluso el último día en que se acordó la presencia de agentes forestales y SEPRONA, los cazadores no acudieron a la cita, hasta después de la cacería. A este respecto, Besteiro explica que decidieron no presentarse porque estaban “los ecologistas haciendo ruido y no queríamos más polémica, por lo que llamé al agente forestal y nos vimos después de cazar”.

Pero el verdadero trasfondo de esta polémica, que está enfrentando a dos sectores de la población, pese a que Besteiro asegura que la mayoría del pueblo les apoya, es la realidad sobre la necesidad de estas matanzas de fauna salvaje en uno de los pocos espacios protegidos de la Comunidad de Madrid.

Perjudican o enriquecen
Preguntado sobre la necesidad de matar a estos animales fuera de la época de caza, el representante de los cazadores asegura que la población de jabalíes se ha triplicado. Este dato, aún sin contrastar de manera oficial, lo apoya Besteiro asegurando que se ha incrementado el daño producido sobre las puestas de perdices (anidan en el suelo) y las conejeras, verdaderos especies de interés para los cazadores.

A este respecto, el grupo conservacionista de Colmenarejo Proyecto Verde asegura que para los cazadores, cualquier animal del monte que compita con su caza es una alimaña, como los zorros y las urracas. Un experto de este grupo asegura que tras varios años de seguimiento de estos animales, “nunca he visto restos de conejo en sus excrementos y sólo en dos ocasiones he visto dos conejeras atacadas. Respecto a la perdiz, su hábitat no coincide con el del jabalí, ya que aquélla prefiere las estepas abiertas y nunca el bosque cerrado”.

Para los amantes de la naturaleza, pues, la presencia de esta especie enriquece el valor de un espacio natural, y más si está protegido, ya que no perjudica el equilibrio de otras especies, realmente afectadas por enfermedades y cacerías. Por ello, mientras que los cazadores aún desconocen si solicitarán de nuevo estos permisos el próximo verano, los conservacionistas aseguran que van a luchar para que en el parque “prevalezca su principal derecho, que es el de la flora y la fauna, por encima de cualquier otra actividad, como la diversión. Y si no se consigue que se prohíba totalmente la caza en el parque, sí que su actividad se supervise con lupa, con informes detallados sobre su necesidad, volumen de poblaciones y posibles perjuicios; así como el control de las cacerías por expertos”.

El Universo: En las matanzas nocturnas de jabalíes sin control sanitario ni oficial ‘esperas’

En las matanzas nocturnas de jabalíes sin control sanitario ni oficial
Un grupo ecologista asegura que ha habido ilegalidades en las ‘esperas’
Los Verdes Comunidad de Madrid pide explicaciones al director de la Guardia Civil
Las matanzas de jabalíes que se han producido en Colmenarejo, “cargadas de ilegalidades” según aseguran los ecologistas, van a traer más consecuencias que las propias muertes de los animales protegidos por la Ley de Caza (hembras y crías).Tras las denuncias e intentos por paralizar los permisos de esperas concedidos por la Consejería de Medio Ambiente, se están sucediendo las denuncias entre ecologistas, cazadores y la propia Guardia Civil. En el escrito presentado el pasado 9 de agosto por la portavoz de Los Verdes Comunidad de Madrid, Gloria Torres, al director general de la Guardia Civil, Carlos Gómez Arruche, se ha puesto de manifiesto el malestar de este colectivo por la actuación de varios agentes del cuerpo pertenecientes al cuartel de El Escorial.

Según esta carta, en la que se pide “la depuración de responsabilidades por unos hechos que lamentablemente sólo sirven para manchar el buen nombre de una institución, de la que la mayoría de sus miembros se comporta de manera ejemplar”, los agentes en cuestión actuaron de manera hostil contra los ecologistas y a favor de los cazadores. Ante el intento por impedir que se realizaran las matanzas nocturnas con artes prohibidas como el uso de focos y postas, sin control veterinario, ni de las características de las piezas abatidas, los ecologistas insistieron cada noche en hacer ruido por los alrededores para espantar a los animales de la zona de caza.Burla de los cazadores
Tras reunirse los denunciantes con el director general del Medio Natural de la Comunidad de Madrid, éste se comprometió a hacer respetar los condicionantes del permiso oficial el último día de las esperas. Por ello, la noche del viernes 6 de agosto se convocó a la Guardería Forestal del Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama y al SEPRONA para que se citasen con los cazadores y poder así controlar su actividad en esta última noche de cacería.

A la cita acudieron todos, ecologistas incluidos, excepto los cazadores, que prefirieron “actuar por su cuenta en otro punto del coto”, como explica Torres. Ante su incomparecencia y el ruido de los primeros disparos, los agentes del Parque Regional se encaminaron en su búsqueda. Sin embargo, los guardias civiles del SEPRONA allí desplazados, ante lo que los ecologistas califican de “burla de los cazadores al director del Medio Natural”, “en vez de afanarse para identificar a los cazadores, se afanaron en pedirnos la identificación a nosotros”.

En el escrito ofrecido al director de la Benemérita, el grupo Los Verdes Comunidad de Madrid puntualiza además que, tanto un periodista de televisión como la propia portavoz del grupo, observaron a los cazadores y a los agentes reunidos en un bar del municipio, antes y después de las cacerías. Ante esta situación, Torres pidió explicaciones a los agentes por la rebeldía de los cazadores, a los que aquéllos respondieron que no había “nada más que explicar, salvo la amenaza de que iban a hacer un informe por si el ruido que habíamos hecho pudiese constituir alguna infracción”, puntualiza la misiva.

En la Dirección General de la Guardia Civil se recibió una segunda carta de la misma remitente a los dos días, explicando que ha denunciado a aquellos agentes del SEPRONA por acoso e intento de intimidación. En la denuncia presentada en el Juzgado número 2 de El Escorial se aclara que tras escribir al director del cuerpo se presentaron dos agentes amenazándola con denunciarla por vivir junto a una vía pecuaria, lo cual, explica Torres, “hace años que ya está aclarado que es completamente erróneo”.

Las actuaciones de Prao Buriños pasan a la vía penal

La Dirección General de Disciplina Ambiental de la Comunidad de Madrid entiende que hay suficientes indicios de delito como para remitir a la jurusdicción penal las denuncias presentadas en su día por la Guardería Forestal y Proyecto Verde.

Prao Buriños es una finca situada junto al camino del Rey, en una zona de máxima protección del Parque Regional del Guadarrama. En esta finca existían unos edificios ruinosos que en tiempo pertenecieron a una explotación agropecuaria, ya abandonada hacía muchos años. Cuando se crea el parque regional, estas instalaciones quedan dentro de su territorio y sometidos a sus normas. Estas permiten que toda actividad anterior pueda seguir desarrollándose, desde explotaciones ganaderas al uso residencial, pero prohíbe cualquier nuevo uso o actuación sin el permiso expreso de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM). Al no existir ninguna actividad desde hacía años en esta finca, ninguna podía permitirse sin la expresa autorización de la CAM.
Las vigentes normas subsidiarias de Colmenarejo tampoco dejan lugar a dudas: Prao Buriños está incluída en el «Inventario de instalaciones en suelo no urbanizable», un documento anejo a dichas normas en el que se declara expresamente que:
«No se trata de un documento de tipo regulador de condiciones urbanísticas, como puedan ser las Normas Urbanísticas o los Planos de Ordenamiento (…) sino que se trata de un documento testimonial de las edificaciones e instalaciones en un medio como es el suelo no urbanizable (…) que requiere de unos mecanismos de control específicos para evitar la destrucción de los valores que le son propios».
Este mismo documento establece el estado de ruina para estas edificaciones y aclara que no cuentan con ningún tipo de licencia urbanística o municipal.
Con esta situación jurídica y urbanística tan clara, el propietario de la finca presenta a la Junta Rectora del parque regional una solicitud para rehabilitar estas edificaciones con el fin de criar burritos. La verdadera intención se veía venir, de forma que el parque regional es informado por Proyecto Verde de lo sospechoso de esta actuación. No obstante, y teniendo en cuenta que la cría extensiva de pollinos es una actividad compatible con la conservación del medio ambiente y que el previsible uso residencial es solo una sospecha, la Junta Rectora aprueba dicha actividad, pero prohibiendo expresamente el uso residencial.
Esto no parece ser un obstáculo para el propietario y el ayuntamiento de Colmenarejo, cuya alcaldesa estuvo presente en dicha reunión (presidida por el Consejero de Medio Ambiente), y el 9 de mayo de 2002 otorga licencia de obra menor a tres personas que dicen ser cada uno propietario de una de las tres edificaciones ruinosas, que ya se han vallado (también de forma irregular) con un buen trozo de terreno cada una y dotado de modernos mecanismos de seguridad.
Al poco tiempo, Proyecto Verde puede certificar mediante fotografías, que las supuestas obras menores, presupuestadas cada una de ellas (¡qué casualidad!) en 24.041 euros, suponen rehabilitaciones en toda regla, con nuevos forjados, cubiertas, divisiones, etc., y por tanto obra mayor.
Dos meses después de concedidas las licencias, Proyecto Verde interpone una denuncia administrativa ante la Comunidad de Madrid, contra el propietario de la finca y contra el Ayuntamiento. El asunto salta nuevamente a la prensa. El ayuntamiento, en boca de su alcaldesa, sale a la palestra defendiendo en los medios su actuación. Y finalmente, un mes después, el ayuntamiento envía una nota informativa, sin firma, a varios medios de comunicación, defendiendo su actuación y amenazando con emprender acciones legales contra Proyecto Verde por delito de calumnias.
Al hilo de nuestras denuncias, la propia Guardería Forestal eleva otras tantas, referidas tanto al vallado irregular de la finca como a las actuaciones urbanísticas.
Unos meses después de interpuesta nuestra denuncia administrativa, es admitida por la Comunidad de Madrid, que ve indicios suficientes de actuaciones irregulares.
Y dos años después, el 7 de julio de 2004, la jefe del Servicio de Disciplina Ambiental considera que los hechos van más allá de la simple infracción administrativa y remite las actuaciones realizadas a la Jurisdicción Penal, por considerar que pueden ser constitutivas de delito.
A pesar de que, poco a poco, la justicia se va abriendo camino, hay un serio reparo a toda esta actuación: la Comunidad de Madrid no ha abierto expediente sancionador al Ayuntamiento de Colmenarejo, sin cuyas licencias esta actuación —presuntamente delictiva—  jamás habría tenido lugar. ¿Significa esto que el Ayuntamiento queda exonerado de toda culpa? En absoluto. Por desgracia es una norma habitual en la CAM: No meterse con los ayuntamientos, y menos en casos que pueden implicar delito penal para sus ediles.
Pero el asunto ha pasado a la jurisdicción penal, y va a ser francamente difícil que los responsables municipales de las licencias queden al margen, entre otras cosas porque es de suponer que la línea argumental de la defensa será apoyarse en las licencias concedidas por el ayuntamiento para rehabilitar sus edificios ¡como vivienda!
Proyecto Verde solicitará personarse también en la causa penal, y tendremos que esperar que la justicia dicte sentencia. Una cosa tenemos muy clara: el propietario sabía a lo que se exponía desoyendo a la Junta Rectora; pero el ayuntamiento también. Una condena al primero que no derivase en condenas a los segundos sería una tremenda injusticia. Es más: para nosotros la responsabilidad municipal es considerablemente mayor, por ser colaborador necesario para comisión del presunto delito, y además desde una posición de autoridad.
Mucho más importante que una posible condena a los implicados (que si llega a producirse no nos va a alegrar en absoluto, porque va a suponer mucho dolor para algunas personas), es el «efecto disuasorio» que esta actuación va a ejercer sobre todos aquellos que están pensando cómo defraudar la ley y montar vivienda o negocio en pleno parque regional. Concretamente, hay dos actuaciones previstas actualmente en pleno parque regional que sus promotores van a tener que replantearse seriamente antes de seguir adelante: El Centro de Interpretación de la Colmena, promovido por nuestro ayuntamiento, y las instalaciones hosteleras en el embarcadero de Valmayor, promovidas por el Club Deportivo del Canal de Isabel II. El segundo caso es manifiestamente ilegal; en el primero hay sobrados indicios que apuntan en esa dirección.
¡Cuando las barbas de tu vecino veas cortar…!