El Universo: Los cazadores defienden su actividad en Colmenarejo

Dicen que el número de jabalíes se ha triplicado en los últimos años
Está claro que cazadores y ecologistas no van a alcanzar un acuerdo respecto a las cacerías dentro del Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama. Tras la polémica desatada en el mes de julio por las esperas nocturnas autorizadas por la Consejería de Medio Ambiente, el presidente de la Sociedad de Cazadores de Colmenarejo, Miguel Besteiro, ha querido matizar a DIARIO del NOROESTE varios puntos de las informaciones publicadas. Besteiro ha querido dejar claro que en ningún momento se han utilizado focos ni postas en estas matanzas, aunque sí reconoce que entre las 12 ó 14 piezas abatidas había varias hembras.
A este respecto, los cazadores discrepan con los ecologistas, los cuales invocan la Ley de Caza para asegurar que no está permitida la matanza de hembras acompañadas de crías de hasta dos años. Respecto al control veterinario de los jabalíes muertos, Besteiro cuenta con copias de varios informes veterinarios realizados y remitidos a la Consejería de Medio Ambiente.Mientras que los cazadores aseguran que su actividad estuvo controlada en varias ocasiones por agentes del Parque Regional y la Guardia Civil, el grupo Proyecto Verde asegura que apenas se realizaron las esperas con vigilancia; incluso el último día en que se acordó la presencia de agentes forestales y SEPRONA, los cazadores no acudieron a la cita, hasta después de la cacería. A este respecto, Besteiro explica que decidieron no presentarse porque estaban “los ecologistas haciendo ruido y no queríamos más polémica, por lo que llamé al agente forestal y nos vimos después de cazar”.

Pero el verdadero trasfondo de esta polémica, que está enfrentando a dos sectores de la población, pese a que Besteiro asegura que la mayoría del pueblo les apoya, es la realidad sobre la necesidad de estas matanzas de fauna salvaje en uno de los pocos espacios protegidos de la Comunidad de Madrid.

Perjudican o enriquecen
Preguntado sobre la necesidad de matar a estos animales fuera de la época de caza, el representante de los cazadores asegura que la población de jabalíes se ha triplicado. Este dato, aún sin contrastar de manera oficial, lo apoya Besteiro asegurando que se ha incrementado el daño producido sobre las puestas de perdices (anidan en el suelo) y las conejeras, verdaderos especies de interés para los cazadores.

A este respecto, el grupo conservacionista de Colmenarejo Proyecto Verde asegura que para los cazadores, cualquier animal del monte que compita con su caza es una alimaña, como los zorros y las urracas. Un experto de este grupo asegura que tras varios años de seguimiento de estos animales, “nunca he visto restos de conejo en sus excrementos y sólo en dos ocasiones he visto dos conejeras atacadas. Respecto a la perdiz, su hábitat no coincide con el del jabalí, ya que aquélla prefiere las estepas abiertas y nunca el bosque cerrado”.

Para los amantes de la naturaleza, pues, la presencia de esta especie enriquece el valor de un espacio natural, y más si está protegido, ya que no perjudica el equilibrio de otras especies, realmente afectadas por enfermedades y cacerías. Por ello, mientras que los cazadores aún desconocen si solicitarán de nuevo estos permisos el próximo verano, los conservacionistas aseguran que van a luchar para que en el parque “prevalezca su principal derecho, que es el de la flora y la fauna, por encima de cualquier otra actividad, como la diversión. Y si no se consigue que se prohíba totalmente la caza en el parque, sí que su actividad se supervise con lupa, con informes detallados sobre su necesidad, volumen de poblaciones y posibles perjuicios; así como el control de las cacerías por expertos”.

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