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Habla, Pueblo, habla

Así comenzaba una vieja canción de la Transición. Y el Pueblo habló, después de 40 años de silencio. Desde entonces ha llovido mucho, y a aquella primera consulta electoral le siguieron otras, y la sensación de que los ciudadanos estábamos dibujando libremente el futuro de nuestra sociedad se acabó apoderando de todos, hasta de los que habían sido más críticos con el proceso. Muchos de nosotros pensamos, con entusiasmo, que a partir de entonces ya nada se podría hacer de espaldas al Pueblo, y que desde la más pequeña pedanía hasta en la capital del reino, serían los ciudadanos quienes decidirían su modelo de sociedad. Pero pronto íbamos a darnos cuenta que la democracia y la libertad nos son metas que se alcanzan sino senderos por los que se camina. Y que elegir a un candidato cada cuatro años, de entre tres o cuatro posibilidades, era mucho mejor que no elegirlo, pero no tan bueno como para sentarnos, satisfechos, a contemplar nuestra obra.

En algunos pueblos, el poder político local pronto se demostró incapaz de dar soluciones a los problemas de sus ciudadanos. Y sin saber muy bien cómo, los pueblos en los que algún sector social ostentaba fuertes intereses económicos, se fueron convirtiendo, poco a poco, en algo que casi nadie quería. Si preguntamos a los vecinos de Galapagar o de Villalba si su pueblo es el que habían soñado hace 25 años, la mayoría contestarían que ni de lejos. De ser pequeños y tranquilos pueblos residenciales, han pasado a ser ciudades caóticas, densificadas, sin otro planeamiento que no sea el puramente especulativo. Pueblos que han copiado lo peor del modelo urbano e industrial de las grandes ciudades, modelo que incluso estas urbes ya han abandonado hace años. ¿Cómo es posible, entonces, que los pueblos crezcan de forma y manera contraria a los intereses de sus ciudadanos, que supuestamente, son los que deciden?

Colmenarejo no es una excepción. Aunque, de momento, estamos lejos del “horror” en que se han convertido otras localidades cercanas, los indicios apuntan claramente en su misma dirección. La voz de los que, de una u otra manera, están llamados a dirigir los destinos políticos del municipio, van en ese sentido. Y poco importa que sean de derechas o de izquierdas. Supuestas verdades incuestionables, como: “este es el progreso”, “todos tienen derecho a vivir en Colmenarejo”, “hay que dar trabajo a nuestros jóvenes”, etc. se oyen con mucha frecuencia, apoyando un crecimiento que en la práctica solo se centra en una única cosa: hacer casas. La cultura, la participación, las zonas verdes, la defensa de nuestro medio ambiente, la sanidad, la política de inserción de inmigrantes, la educación… todo eso también es crecimiento y riqueza. Hacer casas es muy rentable para algunos ciudadanos y para el ayuntamiento. Pero hay otras muchas cosas que son muy rentables para todos.

Difícilmente pueden nuestros políticos darnos el pueblo que deseamos, cuando no saben qué es lo que verdaderamente queremos. Por ejemplo, algunos concejales de nuestro ayuntamiento están convencidos que Colmenarejo vive de la construcción, cuando sólo el 14% trabaja en este sector, y es un porcentaje que ha ido decreciendo año a tras año, conforme el pueblo aumenta su población.

Un voto cada cuatro años no es un contrato de adhesión inquebrantable. En Colmenarejo (como en todas partes) todos creemos conocer la voluntad general. Desde políticos pasando por colectivos ciudadanos y asociaciones, todos sabemos lo que quiere Colmenarejo. Y probablemente todos nos equivoquemos por la sencilla razón de que nadie se ha molestado en preguntar. Nuestros políticos prefieren “interpretar” antes que “conocer”. Quizá por que si supieran lo que verdaderamente queremos no tendrían más remedio que dárnoslo.
Cuando se presentó APIC, la hoy alcaldesa habló de recuperar el viejo espíritu de consenso y participación social en las decisiones políticas; incluso mencionó el viejo Rondón, como foro para que los ciudadanos pudieran expresarse en asambleas multitudinarias.

Queda un año escaso de legislatura. El próximo equipo de gobierno deberá (por lógica y por mandato legal) elaborar un Plan General de Urbanismo. Y ese plan va a decidir cómo será el Colmenarejo del futuro. Queremos que se cuente con los ciudadanos, porque nos jugamos mucho. No queremos que se nos interprete, ni que se diga que como hemos votado a tal o cual persona hemos depositado en él nuestra confianza para que decida lo mejor para el pueblo. ¡No; en absoluto! Queremos que se haga una consulta completa, mediante encuesta, formulario o referendo, con rigor científico, para saber cómo somos y que modelo de Colmenarejo queremos para el futuro.

Desde este espacio que gentilmente nos ha cedido el ayuntamiento, queremos pedir al equipo de gobierno, y en especial a APIC, que recupere el discurso de la anterior campaña electoral, y deje sentadas las bases para que el futuro de Colmenarejo quede depositado en quien ostenta la verdadera soberanía: los ciudadanos de Colmenarejo. ¡Que hable el pueblo!

PROYECTO VERDE DE COLMENAREJO

Más sobre el polígono industrial de Colmenarejo

Proyecto Verde va a presentar alegaciones ante la Dirección General de Obras Públicas de la Comunidad, una vez que el pleno municipal estudie las alegaciones presentadas por otros colectivos. A muchos de los argumentos que vienen citándose en las últimas semanas, cabría añadir el estupor que produce la ampliación de un polígono que ha resultado ser un fracaso (la mayor parte del existente está sin construir) y que lo seguirá siendo, pues el lugar no reúne condiciones estratégicas que puedan merecer el interés de las empresas.
También tenemos una duda respecto a la zonificación del Parque Regional, en la que no aparece claramente la desvinculación del polígono a su territorio.

Y como nos tememos que, a pesar de la oposición de algunos concejales, pueda utilizarse el polígono como moneda de cambio política y termine por aprobarse, hay algunas cosas que bajo ningún aspecto deberían permitirse.

1º. Los accesos al polígono a través de la Fuente del Conejo deben clausurarse. El polígono debe tener accesos propios y la actual situación de paso a través de una urbanización es un completo desafuero.

2º. Cualquier polígono industrial debe poseer una planta de depuración propia, o al menos de decantación. Así lo recomiendan la propia Consejería de Política Territorial (documento “Aplicación de las alternativas de actividad económica”) y el sentido común. La existencia de determinados vertidos puede dificultar e incluso anular el funcionamiento de la futura depuradora que se construirá a apenas 1 kilómetro de este polígono.

3º. Previo a su aprobación, o simultáneamente, deben redactarse ordenanzas municipales específicas para este polígono, que imposibiliten la presencia de industrias nocivas o peligrosas (que son muchísimas más de las que nos imaginamos).

4º. Los proyectos de zonas industriales están incluidos en el Anexo II de la Ley de Evaluación de Impacto Ambiental (6/2001 de 8 de mayo), y solicitaremos de la autoridad ambiental competente que así se haga. A priori no parece fácil que, en su actual diseño, este polígono pueda pasar este trámite.

5º. Proyecto Verde exigirá al ayuntamiento el estricto cumplimiento de la ley de evaluación de impacto ambiental en lo que concierne a la instalación en nuestro suelo de industrias y negocios. Las competencias municipales exigen “calificación ambiental” incluso en materias aparentemente insignificantes (como montar una peluquería o un videoclub), requisito que en la actualidad o es inexistente o se acomete como mero trámite.

Urbanismo y Ley Forestal

ASUNTO: URBANISMO Y LEY FORESTAL FECHA: 20-11-01

EXCMO. AYUNTAMIENTO DE COLMENAREJO

ALCALDIA, CONCEJALIA DE URBANISMO Y CONCEJALIA DE MEDIO AMBIENTE

Estimados ediles:

Hemos tenido conocimiento del interés del ayuntamiento y promotores privados en urbanizar una zona lindante con el arroyo del Membrillo, junto a la Cañada de las Merinas.

Queremos recordar al Ayuntamiento que en dicha zona existe una fresneda de gran interés ecológico, por cuya existencia y a instancias nuestras, la Comunidad de Madrid modificó el trazado del emisario de aguas residuales que alimentará a la futura depuradora.

Dicha fresneda se encuentra, en parte, sometida a la Ley de Aguas por encontrarse en zona de Dominio Público Hidráulico, por lo que no puede ser objeto de ningún tipo de aprovechamiento urbanístico.

Además, al tratarse de una masa arbórea de fresno, se halla sometida a la Ley 16/1995 Forestal de la Comunidad de Madrid, y protegida en diferentes puntos de su articulado.

Las características de esa fresneda la harían idónea como área recreativa natural, mucho más adecuada por su frescor y sombra, que el Navazo y zona de la ermita, pues su localización entre una zona urbana y una depuradora hipotecan a medio plazo su futuro como enclave natural. Debe protegerse, sin embargo, su valor botánico, lo que no es incompatible con determinadas actividades de ocio.

Además, su proximidad al Parque Regional hacen que su urbanización sea totalmente improcedente para la adecuada protección de este enclave.

Atentamente,

Junta Directiva de Proyecto Verde

Presencia policial

ASUNTO: PRESENCIA POLICIAL FECHA: 31-10-01

ILUSTRISIMA SRA. ALCALDESA

Estimada Sra.:

En los últimos tiempos venimos asistiendo en nuestro municipio a la proliferación de determinados delitos contra la propiedad, y la seguridad de las personas que están provocando una gran alarma entre nuestros vecinos.

La seguridad ciudadana no es un asunto que nuestra asociación tenga como objetivo estatutario, y no es nuestra intención entrar en este espinoso y delicado tema para el cual existen asociaciones más legitimadas y voces más autorizadas.

La razón de nuestro escrito es salir al paso de un rumor muy extendido en el pueblo, rumor que atribuimos al descontento generalizado ante esta ola de inseguridad y en cierta medida, de xenofobia, que venimos padeciendo en los últimos tiempos.

Resulta que se dice que la policía local tiene desatendido al municipio porque vuelca toda su atención en la Universidad.

Proyecto Verde mantiene una relación de proximidad con la Universidad y la Residencia de Estudiantes. Proximidad que es tanto física —varios miembros de la junta directiva viven en sus proximidades y frecuentan sus instalaciones, cursos e iniciativas culturales— como asociativa, ya que organizamos actos conjuntos e incluso celebramos nuestras reuniones en la Residencia.

En este último año, hemos podido ver a la policía local en la universidad en dos ocasiones. Si atendemos a la estadística, podríamos manifestar que la universidad, a tenor de nuestros propios datos, está en todo caso desantendida en cuanto a vigilancia.

La casuística delictiva en sus instalaciones en el último año corrobora esta apreciación personal —de la junta directiva de nuestra asociación— ya que se han sucedido delitos y robos con una asiduidad similar, si no mayor, a la del resto del municipio.

A la vista de los hechos —que no de los rumores— parece evidente que es necesario aumentar la presencia policial en todo el municipio, incluida la Universidad, aumentando la dotación para poder abarcar una mayor cobertura durante un mayor tiempo.

Junta Directiva de Proyecto Verde

Gastos de defensa del Camino del Rey

ASUNTO: GASTOS DEFENSA CAMINO DEL REY FECHA: 8-10-01

ALCALDIA Y CONCEJALIA DE MEDIO AMBIENTE

Estimados ediles:

Como sabéis, en parte por las informaciones periódicas mantenidas con la Concejalía de Medio Ambiente, y en parte por las informaciones aparecidas profusamente en los medios de comunicación, después de 75 días de un incesante trabajo para tratar de que las obras de canalización del CASRAMA se hicieran conforme establecen la Declaración de Impacto y la propia ley, la empresa OHL, con el respaldo de la Confederación Hidrográfica del Tajo y la pasividad políticamente medida de la Comunidad de Madrid, han terminado de arrancar todas las encinas que les estorbaban, vendiendo su madera sabe Dios a quién y haciendo caso omiso a todos y a todo, incluyendo el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Hasta llegar a la situación actual, hemos mantenido una estrecha colaboración con Los Verdes, en especial con Gloria Torres, su presidenta, repartiéndonos tácitamente el amplio espectro de actuaciones y medidas que podían, de alguna manera, salvar el encinar. Mientras Los Verdes se centraban en la denuncia judicial y mediática, nosotros trabajábamos en la documentación y diálogo institucional. Lamentablemente, ni la amplia repercusión mediática y judicial que ha tenido su trabajo, ni lo silencioso y gris del nuestro han servido para proteger suficientemente el medio (aunque algo si se ha conseguido).

En nuestro caso concreto, no conseguimos que el ayuntamiento asumiera la defensa del encinar, ni obtuvimos resultado positivo alguno de nuestras reuniones con responsables de la Confederación ni de la Comunidad de Madrid (en primera instancia) o de las cartas enviadas al Ministerio de Medio Ambiente. Logramos, eso sí, que finalmente la dirección del Parque denunciase las obras de OHL por ilegales (cuando un mes antes las había dado por buenas ante el juez de San Lorenzo), pero la Dirección General de Disciplina Ambiental retuvo la denuncia, negándonos el acceso a la misma, lo que hubiera sido decisivo para que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Madrid inclinara la balanza a nuestro favor, manteniendo la suspensión cautelar de las obras.

El enorme trabajo de estos dos meses largos ha dejado un rosario de decepciones y un importante montante de gastos económicos.

En nuestro caso, estos gastos han sido difícilmente cuantificables (¿cómo se calcula, por ejemplo, el dinero que deja de ganar un autónomo cuando falta días enteros a su trabajo?). Pero en el caso de Los Verdes, el dinero dedicado a pagar procuradores y abogados está documentado y justificado mediante recibos y minutas. No es una cantidad alta, pero es mucho para quien no dispone de otro ingreso que la cuota de sus militantes.

Este dinero es una mínima parte del esfuerzo que hemos dedicado unos y otros a tratar de proteger un patrimonio que pertenece a todos los colmenarejanos y que consideramos —y así os lo hacemos saber una vez más— que debía haber sido defendido por nuestro ayuntamiento.

El objeto de este comunicado es pediros que asumáis una parte de esfuerzo en la conservación de nuestro patrimonio, corriendo con los gastos del trasplante y cuidados de un número de encinas significativo, que podrían ser replantadas en La Puerta del Sol, endulzando en algo el amargor que todos tenemos por la forma en que ha sido destruida la plantación de los últimos años. Para este trabajo existe una empresa —Salvar la encina— que está obteniendo grandes éxitos en este campo, avalados por importantes contratos de diferentes comunidades autónomas y administraciones locales. El coste, con ser alto no es ni mucho menos desproporcionado, pudiendo realizarse trasplantes a partir de las 30.000 pesetas por ejemplar de 20 centímetros aproximadamente, con una supervivencia media del 90%. Con una cantidad inferior a la que se ha dedicado a espectáculos taurinos durante este verano, sería posible cambiar el actual aspecto de la Puerta del Sol, convirtiendo el enclave en un encinar, que completaríamos con aromáticas y arbustos.

Las encinas se obtendrían de la zona que aún está pendiente de deforestar, paralela a la carretera de Valdemorillo, hasta Pino Alto. En este proyecto podríais obtener la ayuda de la Comunidad de Madrid.

Estamos a vuestra disposición, tanto nosotros como Los Verdes de la Comunidad de Madrid, para facilitaros la ayuda e información que necesitéis. Eso sí, si tenéis interés en este asunto debéis actuar con celeridad, porque las máquinas de OHL no se duermen.

Estamos a la espera de vuestra contestación,

Atentamente,

Junta Directiva de Proyecto Verde

EFECTOS DE LA DENUNCIA O SOLICITUD

Sin respuesta de ningún tipo

Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos

ASUNTO: Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos FECHA: 31-9-01

ALCALDIA Y CONCEJALIA DE MEDIO AMBIENTE

La entrada en vigor el 27 de julio de la nueva Ley del Suelo ha cambiado el panorama del urbanismo en la Comunidad de Madrid. A partir de esa fecha, cualquier ayuntamiento puede declarar como urbanizable todo aquel suelo que no esté estrictamente protegido.

Esto, que a más de un consistorio hará saltar de alegría, es en la práctica una amenaza atroz para el medio ambiente y el futuro bienestar de la mayor parte de nosotros. Baste decir que el planeamiento proyectado por el anterior alcalde habría pasado el filtro de la Consejería de Urbanismo. Y no solo eso: será posible realizar urbanizaciones allá donde los ayuntamientos estén dispuestos a permitirlo. Podremos asistir en los próximos años a la proliferación de promociones inmobiliarias en lugares que ahora mismo son parte de las señas de identidad de este pueblo: «Residencial El Navazo», «Urbanización Las Minas», «Mirador del Madroñal»… Basta echar un vistazo a alguno de los pueblos que nos rodea para hacernos una idea aproximada de lo que esto puede significar. Galapagar y Villalba son dos buenos ejemplos de términos municipales con un casco urbano caóticos y agobiantes (como comienza a ser el nuestro) y núcleos de población dispersos, que completan casi la totalidad de su superficie, creando tremendos problemas de infraestructuras, equipamientos y comunicaciones. Suele alegarse que ese crecimiento ha traído riqueza para el pueblo (para varias docenas de familias), pero bastaría con preguntar a los ciudadanos de esos pueblos si era eso lo que querían, y a los colmenarejanos si quieren algo parecido. Y no sirve con decir que en Colmenarejo las cosas serán distintas, que haremos amplias calles, con hermosas aceras, zonas verdes, abundantes aparcamientos para que los coches no interfieran en la vida de las personas… La realidad actual no es esa y la futura seguirá la misma línea, si no peor. Colmenarejo está siguiendo un modelo urbanístico que todos conocemos de sobra porque lo vemos a diario en Galapagar; un modelo abandonado hace años incluso en grandes poblaciones de nuestro entorno, como Madrid o Majadahonda, un modelo que solo responde a los intereses de unos pocos en perjuicio de la inmensa mayoría.

Y aún no hemos hablado de medio ambiente.

Entre todo lo que se podrá urbanizar, (es decir, en todo el suelo que no está protegido por alguna figura específica), hay multitud de espacios y lugares de gran valor paisajístico, histórico o natural. Y esos lugares, que las excavadoras podrán llevarse por delante sin demasiados problemas, conforman un patrimonio natural que han ido heredando las generaciones desde tiempos inmemoriales. Ese patrimonio natural es aún más importante que otros patrimonios que a ningún político se le ocurriría tocar. Imagina que llega un alcalde y decide derribar la iglesia y hacer una nueva. Su tropelía sería enérgicamente contestada por el pueblo, y por supuesto, su futuro en la política habría acabado. Una vez derribada la iglesia por este «cafre», el nuevo alcalde comenzaría de inmediato su reconstrucción, y en pocos meses tendríamos una iglesia que nadie podría distinguir de la anterior; incluso podría ser hasta más hermosa, con gran riqueza de imágenes y pinturas realizadas por los mejores maestros contemporáneos o compradas en subastas de arte antiguo. Es solo cuestión de dinero.

Pero ahora imagina que ese mismo alcalde decide hacer una urbanización en un hermoso prado, recorrido por un arroyo estacional que en primavera serpentea entre fresnos centenarios; un prado en el que croan las ranas, se alimentan lavanderas y currucas, y salen a cazar los gallipatos. Llegan las máquinas y arrancan los árboles, excavan las tierras y llenan todo de hormigón, ladrillo y asfalto. ¿Alguien podría volver a poner ahí los fresnos, los gallipatos, las currucas…? Ni todo el dinero del mundo sería capaz de restituir una fresneda centenaria. Ni los mejores jardineros, ni los más grandes biólogos, ni los más voluntariosos políticos serían capaces de recuperar ese espacio, irremediablemente dañado para siempre. Ni la más insignificante creación de la Naturaleza es capaz de ser recreada por el hombre; ni un simple pulgón somos capaces de fabricar. Y a pesar de eso, a pesar de nuestra incapacidad para imitar ni uno solo de los logros de la Naturaleza, seguimos sin dar ningún valor a los árboles y los animales y los paisajes y los ríos… Los arrancamos, contaminamos, urbanizamos.

Las pasadas elecciones mostraron muy claramente la preocupación de los ciudadanos de Colmenarejo por el medio ambiente; ¡muy claramente! Nuestros vecinos están enamorados de este pueblo porque tiene naturaleza y tranquilidad, porque pueden olvidar las aglomeraciones que nos rodean, el tráfico, el urbanismo invasor y masificado. Y vosotros no podéis volver la cabeza ante esa realidad, por fuertes que sean los intereses inmobiliarios y sus presiones, muchas veces camuflados bajo la apariencia de «todos tienen derecho a la vivienda» o «más trabajo para el pueblo».

Este comunicado de nuestra Junta Directiva es mucho más extenso de lo habitual. Y el motivo es intentar haceros ver el papel trascendental que podéis jugar en nuestras vidas. La legislatura no ha empezado nada bien por lo que concierne al medio ambiente. Pero no es el momento de críticas o reproches. Tenéis la oportunidad de dejar una huella imborrable en este pueblo, no en forma de casas, ni carreteras, ni tan siquiera centros cívicos o escuelas. Todas esas cosas, imprescindibles por otra parte, las puede hacer cualquiera, y de hecho los políticos profesionales son expertos en hacerlas; es casi lo único que saben hacer. Lo que podéis hacer vosotros es algo mucho más importante, algo que no cuesta dinero y no necesita financiación ni endeudamiento, sino voluntad, visión y coraje políticos: dejar sentadas las bases para que el Colmenarejo del siglo XXI siga siendo un lugar privilegiado dentro de la Comunidad de Madrid por su riqueza natural, biodiversidad y calidad de vida.

El procedimiento es muy sencillo: elaborar un Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos. Los ayuntamientos tienen potestad para proteger espacios dentro de sus municipios. La nueva Ley del Suelo lo establece en su Artículo 34, pero también lo permiten otras leyes. Es una potestad que aquellos ayuntamientos con sensibilidad ante el tema están ejerciendo. Podemos poneros unos cuantos ejemplos de municipios cercanos que lo han hecho. En Colmenarejo tenemos todo lo que hace falta: espacios que merecen una especial protección y personas capaces de demostrarlo científicamente. Sólo faltan políticos municipales dispuestos a ordenarlo. Y esos políticos debéis ser vosotros; para eso habéis sido elegidos; ese es el trabajo que esperamos de nuestra alcaldesa o de nuestro concejal de medio ambiente. Y si tenéis dudas, preguntad a la gente; haced encuestas, convocad asambleas, dejad que el pueblo se pronuncie.

Tenéis la oportunidad de hacer lago verdaderamente importante a largo plazo para este pueblo; y ese es un privilegio que está al alcance de muy pocas personas. No lo desaprovechéis.

Junta Directiva de Proyecto Verde de Colmenarejo

EFECTOS DE LA DENUNCIA O SOLICITUD

Sin respuesta de ningún tipo.

Senda ecológica

ASUNTO: SENDA ECOLOGICA FECHA: 19-1-01

ALCALDÍA Y CONCEJALÍA DE MEDIO AMBIENTE

Estimados amigos:

Cuando fuimos informados del ofrecimiento hecho por la Comunidad de Madrid para realizar en Colmenarejo una senda ecológica nos reunimos para estudiar el tema, dando prioridad al criterio de los especialistas (biólogos y naturalistas).

El asunto de las sendas es un tema complejo y controvertido. En aquellos lugares de gran valor ecológico (como puede ser el cañón del Aulencia o las proximidades del descansadero de Puente Caído, incluyendo las cárcavas y afluentes del Aulencia y el Valbellido), las sendas pueden convertirse en todo lo contrario de lo que se pretende, es decir: en vez de promover el respeto y conocimiento del medio natural, lo que fomentan es su destrucción. Esto se ha visto a lo largo de muchos años en numerosos lugares y existen estudios determinantes sobre el tema. Se trata, pues, de un asunto incontrovertible que incluso la propia Comunidad de Madrid asume, y evita esos lugares emblemáticos, en los que la componente de educación ambiental no compensa mínimamente la destrucción de hábitats.

Dicho esto, nos quedarían otros lugares de menor interés ecológico, aunque dignos de protección y protegidos de hecho. En estos lugares, cualquier posible senda debería discurrir por vías pecuarias, ya que por un lado, gran parte de las fincas son privadas y por el otro, la actividad cinegética, en épocas de caza, pondría en grave peligro la iniciativa, cuando no a las propias personas (podríamos contaros algunos casos de cazadores que amenazan o echan de caminos públicos a tranquilos paseantes).

El resto de lugares que nos queda para posibles sendas son zonas periurbanas, sin demasiado interés, y en las que sería complicado encontrar suficientes alicientes como para validar la ruta.

Recibid un cariñoso saludo,

Junta Directiva de Proyecto Verde

RESULTADO DE LA SOLICITUD

La senda no se realizó en el sitio propuesto por el ayuntamiento por negativa de la Comunidad de Madrid.

Tabaco en el Centro Cívico

ASUNTO: TABACO EN EL CENTRO CÍVICO FECHA: 19-01-2001

CONCEJALÍA DE CULTURA

Estimada concejala:

Hace unas semanas pasamos a todos los concejales un escrito en el que se os instaba a adoptar las medidas pertinentes para hacer cumplir la legislación antitabaco aplicable a los centros públicos. Tan solo recibimos respuesta del Concejal de Medio Ambiente.

Realizada una visita a distintos centros para verificar las medidas adoptadas sobre este asunto, hemos comprobado con preocupación que en aquellos en los que no se cumplía esta legislación sigue sin cumplirse. De los lugares sobre los que tienes competencias, el Centro Cívico registra un incumplimiento grave en este aspecto. No existen carteles informando de la prohibición y tampoco se hace cumplir esta norma por parte del funcionario responsable del centro, más ocupado en otras tareas. Además, la existencia de un negocio de hostelería parece servir de estímulo al uso del tabaco, haciendo que la calidad del aire que se respira en este lugar deje mucho que desear.

Debería bastar la legislación sobre la materia para que esta prohibición fuera efectiva, pero como esto parece no ser suficiente, quizá debas valorar la utilización que habitualmente hacen de este lugar los niños, a los que no tenemos ningún derecho a intoxicar.

Te rogamos que te tomes este asunto con el máximo interés, pues se trata de un tema de salud pública cuya competencia es íntegramente municipal.

Proyecto Verde, como asociación ambiental que es, no puede mirar a otro lado, por lo que tendremos que entrar a fondo en este asunto si en unas semanas no queda solucionado el problema.

Recibe un cariñoso saludo,

Junta Directiva de Proyecto Verde

RESULTADO DE LA SOLICITUD

Más de dos años después, el uso del tabaco en el Centro Cívico está generalizado.

La plaza de Colmenarejo

Ha terminado una reforma y ha comenzado una polémica. Después de muchos meses de obras, ha quedado vista para sentencia la plaza de Colmenarejo.

Y el fallo popular no parece que vaya a ser favorable. Habrá mucha gente a la que no guste y también la habrá a la que la obra le parezca un acierto. Unos y otros tienen razón, por dispares que puedan ser sus criterios, porque —en contra de lo que dice el refrán— sí hay cosas escritas sobre gustos; hay tanto escrito, que cualquier cosa, por horrenda que pueda parecernos, tiene sus adeptos. Y es justo que así sea.
A mí, personalmente, me parece de muy mal gusto, pero no pienso discutir con nadie sobre si es bonita o fea.

Pero si bien es baladí cuestionar los fundamentos estéticos de la nueva plaza, no sucede lo mismo con otros principios que deben animar cualquier obra pública. Los primeros son totalmente subjetivos mientras que los otros están claramente marcados por normas (municipales, urbanísticas, arquitectónicas, técnicas…) e incluso por algunas leyes de rango comunitario.

Criterios arquitectónicos

La plaza de Colmenarejo era, hasta hace unos meses, uno de los escasos lugares del pueblo en que todavía se podía percibir ese ambiente de pequeño pueblo serrano. Había —y hay— algunos edificios “fuera de lugar”, pero la sensación general era de una plaza añeja, más ligada al Colmenarejo del pasado que al nuevo Colmenarejo de casas modernas y abigarradas. Pero llegaron los arquitectos de la Comunidad de Madrid y diseñaron un entorno más propio de un nuevo barrio periférico de Madrid que de un pueblo serrano con cientos de años a sus espaldas. La elección del adoquín como solado parece acertada. Se trata de un material tradicional, muy resistente y versátil, que filtra bien el agua y permite reparaciones con gran facilidad. Pero muchas de las ventajas del adoquín se han perdido por el diseño del dibujo radial, que ha obligado a realizar infinidad de cortes en ángulos inverosímiles, dejando por doquier piezas tan pequeñas que se levantarán a la primera oportunidad. Pero el error no está en la elección del material sino en el uso que se le ha dado.

Otro punto polémico es la llamada Sala Multiusos (antiguo frontón). Es difícil saber, a priori, qué actividades se van a poder desarrollar en ella a plena satisfacción. No cabe duda de que es original, en su concepción y en la elección de materiales, pero no es originalidad lo que estamos necesitando en Colmenarejo, sino lugares adecuados donde poder desarrollar actividades culturales y de ocio.

Lo que hay justo enfrente de dicha sala no sé como calificarlo porque no sé muy bien lo que es. Da la sensación de que en cualquier momento alguien va a decorarlo con unos pendones y va a aparecer algún personaje del pasado a echarnos una arenga. La escalera que había, daba salida a la plaza, le daba amplitud y perspectiva; con este cierre, el lugar parece más pequeño.

Pero uno de los mayores desaciertos de los arquitectos es haber realizado un diseño de espaldas al uso y tradición de una plaza. Las plazas fueron y son lugares de paseo, encuentro y reunión. Solo la llegada de los coches ha mermado algo esta tradición. Pero con la plaza de Colmenarejo semi o completamente peatonal, se hacían imprescindibles lugares para sentarse y descansar, para disfrutar de esa actividad tan española de “ver pasar la gente”. Los ¿asientos? que han colocado están tan desarraigados como el resto del diseño y solo sirven para transeúntes solitarios o matrimonios mal avenidos. No hay nada que articule el amplio espacio y la sensación no es la de una plaza remodelada sino la de una plaza a medias.

Otro elemento que completa el conjunto es la fuente. Una fuente hay que verla funcionar para juzgarla, y las veces que he pasado por la plaza estaba apagada.

La iluminación es otro de los aspectos desacertados. Se han instalado varias luminarias empotradas en el pavimento. Este tipo de iluminación está pensada para espacios en los que se produce el tránsito de vehículos sin barreras de ningún tipo, por lo que no es posible situar luminarias con pie (farolas, para entendernos) que supondrían un obstáculo para la circulación. Es una iluminación muy deficiente, pero es la única que puede soportar el paso de un automóvil. Pero, en un área peatonal, ¿qué pintan estas luces, que no iluminan el suelo que se pisa y sí deslumbran completamente cuando nos acercamos a ellas? Son, en el mejor de los casos, inútiles y molestas. Pero, eso sí: originales a tope.

Criterios urbanísticos

Bastarían los criterios arquitectónicos mencionados (hay más) para descalificar la labor de la Comunidad de Madrid en este asunto, pero también los hay urbanísticos. Mencionaré solo uno. A cualquiera de nosotros que desee hacerse una casa en Colmenarejo, se le va a exigir respeto a determinadas normas municipales, dictadas para tratar de evitar un pastiche de estilos, materiales y colores. En la práctica, estas normas son bastantes laxas en las urbanizaciones y alrededores y algo más severas en el centro del pueblo, especialmente su plaza, a la que yo, en mi ignorancia, atribuia un cierto carácter de entorno protegido. Pues bien, mientras que la valla de mi chalet, por ejemplo, debe tener una altura mínima y estar realizada o chapada de piedra, en los edificios públicos se puede usar el revestimiento que el arquitecto estime oportuno. Me pregunto qué habría sucedido si la iniciativa de utilizar policarbonato —o lo que sea— la hubiera tenido el propietario de alguno de los edificios particulares de nuestra plaza.

Criterios históricos

Yo llevo viviendo en Colmenarejo seis años, y mentiría si dijese que siento el pueblo como propio. Aquellos que llevan más años en el pueblo y, sobre todo, aquellos que nacieron aquí entenderán mejor lo que voy a decir a continuación. Lo que da carácter a un pueblo, lo que le otorga una personalidad propia, diferente de la de otros pueblos, son aquellas cosas capaces de permanecer a lo largo del tiempo, de mantener encendida la memoria. Son aquellas que pasan de generación a generación, que constituyen el complejo entramado de tradición, memoria histórica, vivencias… todo ello indefectiblemente ligado a un entorno, sin el cual serían simples anécdotas. Y ese entorno que sustenta la esencia de un lugar como Colmenarejo son sus campos, sus callejas, la iglesia, su olma —hoy castaño de Indias—… y su plaza. Cuando un pueblo pierde estas señas de identidad todos perdemos algo. La memoria deja de tener referencias reales, parajes, casas y cosas identificables, y termina por diluirse; y el pueblo pierde su duende. A alguno le parecerá que la plaza sigue siendo básicamente como era antes. Yo creo que no. Aquellos que han diseñado la obra y aquellos que la aprobaron, debieron considerar que el duende de nuestra plaza no merecía demasiado la pena ser conservado, porque en lugar de utilizar elementos y modos de hacer acordes con su espíritu, optaron por sustituir la tradición por innovación, lo viejo por lo moderno, lo venerable y ligado con la memoria de Colmenarejo por cosas llegadas de fuera sin ningún sustento cultural en el pueblo. Confundieron modernidad con “modernez”. Moderno es disponer de unos servicios ejemplares, de una asistencia social adecuada, de una actividad cultural de primer orden, de una decidida política medioambiental; moderno es disponer de espacios recreativos en condiciones, tener aceras por las que poder pasear… Tener una plaza de metacrilato con tres sillas negras y luces en el suelo no es moderno, es simplemente hortera.

A cada cual lo suyo

Se acerca el momento del veredicto (del mío particular, por supuesto). Y va a ser condenatorio. Pero, ¿a quién se condena? En primer lugar, a los arquitectos, por haber diseñado un espacio con criterios exclusivamente estéticos (acertados o desacertados), sin pensar para nada en la utilización ni en la historia ni en el entorno cultural de la plaza. En segundo lugar, a la Comunidad de Madrid, tan ejemplar en algunas cosas y tan poco respetuosa con la tradición de este pueblo y con las leyes de defensa del patrimonio que ella misma promulga. Y en tercer lugar, al equipo de gobierno que dio el visto bueno al desaguisado de los dos anteriores. Todos ellos han sido actores necesarios para la comisión del delito.
Ya se alzarán voces pidiendo una nueva remodelación. La plaza debe quedarse como está hasta que, con el tiempo, su deterioro aconseje una nueva remodelación. No se puede utilizar el dinero público para experimentar: “Ahora gobierno yo y pongo esto; mañana gobiernas tú y lo quitas…” La plaza tiene padres, y estos deben asumir su paternidad, para lo que está bien hecho y para lo que no lo está. Tan bueno como recordar a los que hicieron grandes cosas es no olvidar a los que cometieron tropelías. De lo contrario, corremos el riesgo de caer en los mismos errores.

Medidas de ahorro energético

ASUNTO: MEDIDAS DE AHORRO ENERGETICO FECHA: 1-12-00

EXCMO. AYUNTAMIENTO DE COLMENAREJO

ALCALDIA, CONCEJALIA DE MEDIO AMBIENTE

El desarrollo de las energías alternativas ha alcanzado en los últimos años un nivel técnico que permite sustituir ventajosamente en determinadas circunstancias a los combustibles fósiles. Si a esto unimos la creciente conciencia ciudadana que demanda mayores medidas de ahorro energético y respeto al medio ambiente, nos encontramos con medidas como la adoptada recientemente por el Ayuntamiento de Barcelona de utilizar energía solar térmica en todos los edificios públicos.

Sabemos que mucha gente desconoce el grado real de rentabilidad y fiabilidad de estos sistemas, y esta ignorancia les retrae a la hora de adoptar este tipo de soluciones. Pero para eso están las administraciones, para dar ejemplo y poner en práctica medidas pioneras que redunden en un beneficio para todos.

La energía solar térmica es el calentamiento de agua a través de la radiación solar. Se trata de un sistema que lleva funcionando muchos años, y en países con condiciones mucho menos favorables que las nuestras, como Alemania. En otros lugares constituye la principal fuente de agua caliente sanitaria, como en Israel.

El sistema consiste en unos paneles negros en los que está embutido y protegido por un vidrio antivandalismo, un serpentín de tubería de cobre. Por este serpentín circula agua, que se calienta y es enviada a un depósito perfectamente aislado que la mantiene caliente durante muchas horas. Este depósito es el que surte de agua caliente sanitaria al edificio. Cuando se suceden varios días de lluvia o cuando el agua caliente llega a agotarse por un exceso de consumo, entra en funcionamiento una resistencia en dicho depósito, en cual actúa como termo eléctrico pero con tarifa nocturna, lo que reduce a la mitad el gasto. En utilización para agua caliente sanitaria, la instalación de energía solar térmica se amortiza entre 5 a 7 años, por lo que a partir de ese momento es gratuita. También se puede utilizar esta energía para su utilización como calefacción, con lo que el ahorro es aún mayor.

La instalación es enormemente sencilla y discreta, pues los paneles solares van en la cubierta del edificio.

Desde Proyecto Verde creemos que sería muy beneficioso y de gran impacto social y mediático, que el Ayuntamiento de Colmenarejo adoptara este sistema energético en todos los edificios de nueva construcción, comenzando por el nuevo colegio. Sería positivo para el bolsillo de los contribuyentes, para las arcas municipales, para la imagen política de los ediles y, sobre todo, para el medio ambiente.

Proyecto Verde se ofrece a asesorar al ayuntamiento y solicitar el concurso de empresas especializadas en este tipo de instalaciones para que hagan los estudio pertinentes.

Junta Directiva de Proyecto Verde

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