Urbanismo, especulación y Agenda 21

¿Qué futuro urbanístico nos aguarda?

El mes de septiembre de 2002, mediante acuerdo plenario, todos los grupos políticos comprometieron su adhesión a la Carta de Aalborg, “con el fin de promover un desarrollo estratégico y sostenible del municipio”,  lo que implicaba la elaboración de la Agenda 21 local y su correspondiente Plan de Acción.
Igualmente, por acuerdo plenario, el 30 de diciembre de 2004, —con el respaldo de APIC y PSOE y la abstención del PP—, el Ayuntamiento concluyó en que “el proceso de Agenda 21 de Colmenarejo ha superado con éxito las dos primeras fases previstas” y se comprometía a poner en marcha el Plan de Acción Local.

Un plan por la trastienda

La elaboración de la Agenda 21 de Colmenarejo fue el resultado de muchas horas de trabajo de colectivos ciudadanos y particulares, con alto nivel de consenso.
En la primavera de 2005, la asociación de vecinos “La Agrupación”, próxima a APIC, nos sorprendió anunciando un acto para dar a conocer el Avance del Plan General de Urbanismo. A los pocos meses, fue el equipo de gobierno de APIC, quien presento el Avance a la opinión pública, facilitando, durante el verano, una recogida de sugerencias, que fue contestada por la oposición y Proyecto Verde por insuficiente y escasamente difundida, por lo que APIC, se vio obligada a exponer el avance y recoger las sugerencias hasta finales de noviembre de 2005.
Proyecto Verde presentó numerosas sugerencias, que aún no han sido contestadas (aunque sí fueron rechazadas en  un Pleno de manera global), y en un acto celebrado el pasado marzo, explicamos las razones por las que nos oponíamos a este primer documento de Avance del Plan General. Algunas de las más llamativas son que el plan posibilita una población en torno a los 25.000 habitantes y para algunos urbanistas superar los 30.000. Que se destinaban 3 millones de m2 a urbanizar (el 52% de todo lo que se podría construir), recalificando 2,5 millones de m2  de suelo hasta ahora protegido. Es decir, un plan netamente especulativo. Tan es así, que cuenta con el respaldo de algunos concejales procedentes del Partido Popular.
Este Avance también ha recibido el respaldo público de la Agrupación Socialista de Colmenarejo y de Izquierda Unida. No ha sido respaldado por los concejales procedentes del Partido Socialista y que han sido expulsados del mismo.

Mal momento para la especulación urbanística

Hace unos días hemos recibido la noticia a través de un representante de “La Agrupación” (Asociación de Vecinos) de que queda paralizado el Plan General hasta después de las próximas elecciones locales, porque a pesar de que la Agrupación Progresista Independiente de Colmenarejo, APIC, cuenta con el respaldo de los concejales expulsados del Partido Popular, no quiere aprobarlo porque, entre otras cosas –dicen- el PSOE no tiene concejales y tampoco Izquierda Unida.
A pesar de que han desperdiciado otros cuatro años (y ya van 8), ya tenemos claro el modelo de urbanismo que nos ofrecen los partidos políticos de Colmenarejo. En todos los casos un modelo especulativo y alejado de los planteamientos de la Agenda 21.

¿Qué fue de la Agenda 21?

APIC en su campaña electoral se comprometió a respetar las propuestas de la Agenda 21, engañando a los vecinos de Colmenarejo. El gobierno municipal contaba con el respaldo suficiente para haber sacado adelante un Plan General respetuoso con la Agenda 21 y no lo ha hecho porque en su intención no ha estado nunca aplicar la Agenda 21. La prueba está en que desde el 30 de diciembre de 2004 en que se aprobó el Plan de Acción, sus propuestas han quedado en total olvido municipal.
En estos días, urbanismo, especulación y corrupción están en los medios y han sido asociados y asumidos por la ciudadanía como algo ampliamente extendido. La mayoría de los ayuntamientos no tienen voluntad alguna de poner el urbanismo al servicio de los intereses generales y se han hecho cómplices de la degradación que sufre el medio ambiente. Han ignorado que nuestra Constitución consagra el uso social del suelo:
“Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos (Art. 47 Constitución Española)”.
Están utilizando los planes de urbanismo no para solucionar problemas de los pueblos sino para poner en venta el suelo a precios de escándalo que después tenemos que pagar los demás cuando adquirimos nuestra vivienda, enriqueciendo a unos pocos.
Cuando en estos últimos meses los casos de corrupción han salpicado a los dos principales partidos políticos, se han hecho los despistados, diciendo que se van a tomar medidas para evitar los abusos. En Colmenarejo el documento de planeamiento propuesto multiplica la población por cuatro y sin embargo ahí tienen a los partidos que se dicen de izquierda dando su bendición al plan y a APIC defendiéndolo. Se desprotege suelo que actualmente está protegido y ¡todo vale!

Solo hay que querer

Los ayuntamientos, si tienen voluntad de proteger la calidad de vida de sus ciudadanos y luchar contra la especulación, disponen de instrumentos para paliar los efectos agresivos de estas leyes. Pueden proteger suelo en vez de desprotegerlo. Pueden hacer un planeamiento “en negativo”, es decir, primero proteger y, del suelo que quede, planificar su uso gradual y racionalmente atendiendo a su finalidad social, como dice el mandato constitucional. No pueden, como lo ha estado haciendo el ayuntamiento de Colmenarejo, vender suelo público a precios especulativos como el resto de los agentes que intervienen en el mercado de suelo.
Quizás el urbanismo es demasiado importante para dejarlo en manos de los políticos y tenga que ser la ciudadanía la que se movilice para que los planes de urbanismo no sean especulativos, sean respetuosos con la naturaleza y den solución a las aspiraciones de los ciudadanos.
Lo que hemos visto en estos últimos años ha sido el fracaso de la política y del equipo de gobierno de APIC, incompetente para gestionar una oportunidad histórica de sacar adelante un plan acorde con los principios de la Agenda 21. Tenían todo en su mano para respetar a los ciudadanos y su voluntad, y convertirse en un modelo político a seguir, y sin embargo han preferido desoír la voluntad de los ciudadanos.
Nosotros, Proyecto Verde, somos los únicos que nos hemos opuesto abiertamente a este Plan, y lo seguiremos haciendo frente a quien sea, mientras que el plan propuesto quiera convertir Colmenarejo en algo que solo beneficia a unos pocos.

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